"INFIERNO"

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MADRID, ESPAÑALunes 15 de Junio de 2015

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MADRID, ESPAÑA
Lunes 15 de Junio de 2015

17 años después...

-¡Mac, corre! ¡Corre más rápido!-Me dolían las piernas de tanto correr pero si parábamos nos alcanzarían y esa no era una opción-¡Corre y no mires atrás!.

Mis pulmones ardían por falta de aire. Nunca fuí buena haciendo ejercicio y ahora me encontraba corriendo un maratón como toda una profesional. Llevábamos corriendo alrededor de 50 minutos sin parar y a lo lejos podía escuchar los gritos exigiéndonos que nos detuviéramos.

-L...Les...Leslie, ya no puedo seguir-Me detuve para tratar de recuperar el aire pero parecía que este no quisiera cooperar-Tu, sigue...yo los distraeré para que puedas irte.

Leslie se detuvo cuando vió que ya no iba corriendo a su lado.

-No te dejaré-Leslie se escuchaba enojada y desesperada-Siempre juntas ¿Lo olvidas?, No te dejaré, ni ahora ni nunca...

Me desperté sobresaltada y con un terrible dolor en el pecho. El sudor hacía que la ropa se me pegará al cuerpo. De nuevo ese sueño, desde hace 9 años esa horrible pesadilla me atormentaba por las noches. Sé que son fragmentos de mis recuerdos y que no pueden dañarme, por lo menos no físicamente, pero así fue como me dieron la bienvenida a este infierno.

Desde hace 9 años vivo bajo el cargo de Frederick Murphy. Para las personas fuera de esta casa, Frederick es un respetado vendedor de bienes raíces pero esa es solo una fachada para que no sepan el monstruo que realmente es. A pesar de que Murphy tiene alrededor de 50 años, se mantiene en forma. Físicamente es lo que muchas desearían en un hombre, 1.80 de altura, cabello castaño, mucho músculo y varios tatuajes, pero si te acercas puedes ver sus dientes amarillos por fumar tantos cigarrillos y unos ojos fríos color azul que guardan maldad pura, aunque yo no me acercaría demasiado ya que lo que tiene de atractivo, lo tiene de peligroso y no hablo de que tenga "aire" de chico malo, si no que es realmente peligroso. Compra niños de 8, 9 y 10 años para como él dice "darles un trabajo", en español eso quiere decir que los obliga a robar para él.

Hace un año descubrí que las chicas al cumplir 18 años son enviadas a un Burdel llamada "La noche feliz", donde trabajan para Garret, un ayudante y amigo de Frederick. A mí solo me falta un año para eso y me daba un enorme miedo pero no había encontrado una forma de escapar.

Vivimos en una vieja casa de 3 pisos a las afueras de Madrid, cerca del pueblo "Esperanza", un pueblo con una población que no llega a los 80 habitantes. El mejor lugar para que nadie meta la nariz en los asuntos de Frederick. La casa no está en las mejores condiciones pero aún se mantiene en pie dándoles la bienvenida al infierno a todo aquí que atraviese sus puertas.

En la casa somos 30 mujeres y 50 hombres, los mayores son Gabriel y Killian con 20 años y son los perritos falderos de Frederick, no hay nada que no harían por él.

No entendía por qué dos chicos que fueron comprados, golpeados y obligados a robar desde niños, le fueran leal al hombre que tanto daño les había hecho pero después entendí que descubrieron que si obedecían al puerco de Frederick, ganaban "beneficios", como la mejor comida, ropa decente, golosinas y todas las putas que quisieran.

Cuando me levanté de mi vieja cama, está crujió. Me sorprendía que aún no se haya roto. Caminé al baño dentro me quité mi ropa y la puse en el lavabo. Abrí la llave y me metí bajo el agua. El agua helada que sale ya es algo normal para mí. Agarré el jabón que compré a escondidas para lavar mi cabello, después lo pasé por todo mi cuerpo. Al terminar, cerré la llave y agarré la toalla para secarme y ponerme nuevamente mi ropa que consistía en unos jeans rotos, una blusa lisa azul marino y tenis viejos color gris. Salí del baño cuando escuché la voz de Blair.

-Mac, ¿Estás lista?, Killian dijo que nos toca a nosotras ir al pueblo a robar.

Desde que llegué a este lugar Blair se convirtió en una hermana para mí. Sino fuera por ella, no hubiera podido aguantar toda ésta situación. Siempre estábamos juntas y hacíamos nuestros turnos de robo juntas.

-Vamos entonces, no queremos que vengan por nosotras. Sabes que si se trata de Killian tenemos que ser puntuales si no queremos que le vaya con el chisme al patrón y nos castigue-Dije de forma sarcástica.

Los castigos podían ser puestos solo por Frederick y el castigo dependía de lo que hicieras. Yo los clasificaba por los castigos A, los castigos B y los castigos C. Los A eran los peores y eran puestos a aquellos que se atrevían a tratar de escapar o a los que trataban de robarle a Frederick. Los B son para aquellos que tratan de negarse a trabajar o no alcanzanban la cuota que debíamos darle por mes (3500 euros por persona) y los C son para aquellos que no obedecían lo que Gabriel y Killian ordenan.

En los 9 años que llevaba aquí, solo una vez he recibido un castigo A, lo único que puedo decir es que jamás olvidaré ese castigo. Aunque he recibido muchos de categoría B y C, nada se compara con el A.

Al salir de nuestra habitación que se encuentra en el tercer piso del lado Este, nos dirigimos a las escaleras para bajar al primer piso donde se encontraba la habitación de Killian y Gabriel.

Al llegar a la habitación de Killian en el lado Oeste de ese pasillo, las manos empezaron a sudarme. Jamás me ha gustado estar cerca de Killian ni de Gabriel.

Blair tocó la puerta y escuchamos pasos antes de que ésta fuera abierta encontrandonos a Killian en unos jeans oscuros, una camisa gris y tenis negros.

-Pero mira que me trajo el viento, las dos chicas más sexys de la casa-Nos recorrió con la mirada de pies a cabeza para después morderse el labio.

-Tu dijiste que nos tocaba turno en el pueblo-Blair trató de ignorar la mirada de Killian pero al igual que a mí, le incomodaba tener esa mirada encima.

-Antes de irnos podrían entrar y divertirse un poco conmigo. Puedo enseñarles que tan bueno soy con las manos-Trató de que su voz sonará sexy pero a mí solo me dió asco.

-¿Qué te parece mi pie en tu culo?, Así me podría divertir más-La ira recorría cada parte de mi cuerpo. Enserio lo odiaba.

La carcajada de Killian solo provocó qué esa ira aumentara.

-Tan sarcástica como siempre, me encanta. Por eso eres mi favorita princesa Mac-Cruzó los brazos y se inclinó hacia mí, haciendo que diera un paso atrás-Lastima que Frederick nos prohibió jugar contigo. Tienes suerte de ser la princesita de Frederick porque de lo contrario te haría gemir mi nombre una y otra vez.

-¿Nos podemos ir ya?-Blair quitó la atención de Killian sobre mí y se lo agradecía.

Killian me sonrió una vez más antes de cerrar su puerta y caminar hacia la salida sin voltear a ver si lo seguíamos. Blair entrelazó su brazo con el mío y seguimos los pasos de Killian hasta una vieja camioneta que Frederick le prestaba para llevar a los chicos y chicas al pueblo o a la cuidad para hacer sus turnos.

Blair iba del lado de la ventana, Killian al volante y yo en medio de ambos. Cuando la camioneta cobró vida, una horrible música de rock empezó a sonar. Ese iba a ser un largo viaje.

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