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Mackenzie vive en una vieja casa a las afueras de Madrid, bajo las ordenes de un respetado vendedor de vienes raíces pero nadie sabe lo que pasa detrás de esas puertas.
Con un pasado tormentoso, Mackenzie trata de...
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MACKENZIE
Al quedarme sola en la habitación pude observarlo todo, las paredes están pintadas de gris con blanco muy elegante a mi parecer, había una enorme cama con edredón negro llena de almohadas ¿para qué una persona necesita tantas almohadas?, a cada lado de la cama se encontraba una mesita de noche con una lámpara, a los pies de ésta se encontraba un bonito sillón gris claro e incluso había dos grandes ventanales cerca que daban a un bonito balcón.
Me adentré más y pude ver dos puertas, en la primera me encontré un baño enorme con regadera, tina, dos lavabos y el retrete. Salí y me encamine hacía la otra puerta, al abrirla el aire abandonó mis pulmones al ver un gigante armario aunque esté se encontraba vacío, yo no tenía ropa así que no sabía que se supone que guardaría ahí.
Salí y seguí viendo la habitación, me acerque a un tocador que se encontraba en una esquina, éste tenía un lindo espejo y una silla frente para sentarse y arreglarse cómodamente. Del otro lado de la habitación había un escritorio por el que pasé la mano para ver que estaba reluciendo de limpio y había una silla que se acomodaba perfectamente al escritorio. Todo era muy lujoso y bonito, me imaginé que esto era lo más cercano a viviría como la realeza.
Me tiré a la cama sin molestarme en quitar el edredón ni la gran cantidad de almohadas y dejé que el sueño me venciera.
***
—Te quiero Macki nunca lo olvides—Las lágrimas bañaban el rostro de Leslie—Aunque ya no puedas verme siempre estaré contigo, aquí.
Apuntó dónde se encontraba mi corazón.
—¿A dónde irás—Pregunté asustada—¿Puedo ir contigo?.
Se le escapó un sollozo mientras negaba con la cabeza.
—¿Por qué no puedo ir? No quiero quedarme sola—Supliqué—Tamara y Jenny siempre me molestan cuando no estás cerca, si te vas volverán a jalarme del cabello, por favor llévame contigo no quiero quedarme aquí.
—Princesa escúchame—Dijo—Un señor vendrá por ti mañana, te llevará a un lugar nuevo dónde verás a muchos niños y niñas, debes portarte bien ¿me oíste?.
—¿Por qué tú no vendrás conmigo? ¿Es qué hice algo malo y ya no me quieres?—Pregunté.
—No Macki, tu no hiciste nada malo es solo que debo quedarme para ayudar a los niños de aquí, sabes que muchos siguen teniendo miedo de estar solos y Sonia no les dará de comer así que debo salir a buscar comida—No le creí.
—¿Y por qué no me puedo quedar yo también? Así podría ayudarte a conseguir comida—Dije.
—Porque...—Tragó saliva—El señor que vino le pagó mucho dinero a Sonia para llevarte a ese nuevo lugar, ahí estarás mejor.