|C a p í t u l o 1|

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Se encontraba en su casa completamente sola. Aquello era extraño ya que Thomas siempre estaba con ella, si no, avisaba que saldría. Pero no recordaba que le hubiera avisado. Lo comenzó a buscar por toda la casa, pero no habían rastros de él. Y si...arrugó el ceño y su corazón comenzó a latir frenéticamente a la vez que corría hasta la habitación que los dos compartían. Al entrar, se dirigió al guardarropa. Había prendas de ella y otra que, si eran de hombre, pero no precisamente de Thomas Phelps, sino más bien...

—¿Qué ocurre?

Aquella voz la hizo sobresaltarse. No quería voltear, no podía ser él el que estuviera ahí con ella en su habitación. Sintió como los pasos de él se acercaban cada vez mas hasta donde se encontraba, hasta que una de sus manos la tomaba del brazo y la volteaba a él. Su rostro era el mismo, sus ojos no transmitían arrepentimiento y su sonrisa, seguía siendo igual de fría que la ultima vez. Sintió miedo, ¿Por qué después de todo ese tiempo, debía volver?, ¿Es que, con lo sucedido, no aprendió nada?

—Suéltame...Por favor —respondió entre sollozos. La mirada azul de él, no se inmuto ante su petición, su sonrisa solo se ensancho aun mas, como si estuviera disfrutando al máximo de aquello.

El cuerpo de Samantha comenzó a temblar aun más. Quería soltarse del agarre de él, pero no podía moverse. Intentó gritar, pero no pudo hacerlo, la voz no salía de su garganta. ¿Por qué estaba con ella?

—Suéltame, por favor —su voz era débil —Steven...

—¡NO! —grito él aferrándola a su cuerpo, a la vez que Samantha comenzaba a sollozar. —Te dije, que siempre seré parte de tu vida —le susurro al oído, provocando que ella temblará aun mas.

Comenzó a besarla de manera dura con tal presión que Samantha sentía dolor en los lugares que él besaba, para luego morder, hasta tal punto de dejar marcas de su dentadura. Samantha comenzó a moverse para zafarse, pero por más que lo intentaba, Steven, la aprisionaba aun más a él, tanto así que sentía asfixiarse.

Se removió aun mas desesperada, su cuerpo poco a poco se movía con mucha mas fuerza que antes, como si alguien la estuviese ayudando...

—Linda..., hey, despierta —su voz se escuchaba lejana —Samantha.

Samantha poco a poco comenzó a tener conciencia de su cuerpo y la voz se escuchaba cada vez mas cerca. Lentamente abrió los ojos y frente a ella, con semblante preocupado, estaba Thomas acariciándole el rostro. Al verlo, rápidamente lo abrazó y escondió su rostro en el cuello de él, al mismo tiempo que sentía los brazos de Thomas, rodearle la cintura y atrayéndola hacia él.

—Tranquila, solo fue una pesadilla —le susurro él al oído mientras que con uno de sus manos acariciaba su cabello. —Esta todo bien, estoy contigo.

—No me dejes... —respondió en tono suplicante, aun en el cuello de él —No me dejes, por favor... —sollozó

—No lo haré, tranquila.

[2° Libro]Love is a drug-Los Fantasmas VuelvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora