|C a p í t u l o 19|

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Odiaba la sentencia, tanto así que muchas veces casi rompe la prohibición de acercarse a ella, pero se contuvo al recordar que tan solo le quedaba algunos días y aquello terminaría para él, pudiendo así acercarse mucho más a Samantha.

A pesar de todo lo sucedido hace casi un año atrás, él seguía queriéndola como la primera vez. Aun recordaba cuando la conoció, tan solo era una novata de medicina ansiosa y nerviosa por la ceremonia de matriculación. Pero todo acabó el día del matrimonio de Phelps, tanto así que Steven solo reaccionó de la única manera en que sabía hacerlo.

El rubio paso sus manos sobre su rostro, se sentía cansado, el tema de Samantha ocupaba gran parte de su mente ideando como llevar a cabo algún encuentro con ella.

Luego, se encontraba el tema de aquella mujer que había vuelto la vida de su padre y de él. Después de tantos años, apareció actuando como si nada hubiese sucedido. Odiaba que todo tema importante lo tomase de aquella forma, como la última vez en que la vio antes de partir.

Pero por otro lado, también le preocupaba Miller. El chico en los últimos días había recaído, su enfermedad poco a poco comenzaba a hacerse cada vez más presente, y Steven a pesar de seguir buscando información sobre el tema, solo tenía una solución segura, la que le había sugerido Ivanov.

—Si de verdad quieres hacerlo, hazlo. —le había dicho—. Pero no te frustres si los resultados no son lo que esperabas.

—Tengo la certeza de que todo saldrá bien, Ivanov.

—Sería estupendo, así podrías seguir avanzando con la investigación, McFadden. Conozco algunas personas que podrían interesarse en el tema. —suspiró— De verdad, no se como pudiste dejar pasar tanto tiempo a algo tan importante. ¿de verdad sigues siendo el mismo?

—Lo soy. Solo que...Han sucedido muchas cosas en estos años. Ya te contaré sobre eso.

Aun con su mente arremolinada de pensamientos y recuerdos, rebuscó entre sus bolsillos y sacó su billetera en donde tenía guardadas algunas tarjetas de crédito y su identificación. Tomó esta última y la observó por varios minutos, prestándole la máxima atención a una sola palabra: Donante.

—¿Señor McFadden? —La voz femenina hizo que él levantara su mirada. —Puede pasar.

Steven asintió y siguió a la joven enfermera por un corto pasillo blanco. Entró a una pequeña sala a la vez que ella le indicaba que se sentará y se descubriera uno de los brazos. El rubio hizo lo que se le pedía, mientras que la joven mujer lavaba sus manos para luego secarlas y tomar un pequeño algodón con alcohol, limpiando en la zona en donde debía estar la vena.

—¿Puedo ver el otro brazo? —preguntó a la vez que botaba el algodón y sacaba otro con alcohol para realizar el mismo procedimiento.

—Claro. —Steven arremangó su manga de su brazo izquierdo y lo apoyó en la pequeña mesa, a la vez que la joven limpiaba la zona. —Tengo problemas para que encuentren la vena...

[2° Libro]Love is a drug-Los Fantasmas VuelvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora