|C a p í t u l o 17|

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¿Cómo era posible que residentes en prácticamente su último año, no pudieran dar una buena respuesta a su pregunta? Suspiró con frustración y cerró los ojos por un momento ante la atenta mirada de sus residentes. Volvió abrirlos y todos se encontraban con su mirada gacha sin saber que responder o hacer para quitar aquel incomodo momento. Adam comenzó a pasearse por la sala, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Se detuvo y fijo su mirada en Fredericksen.

—¿Podría decir algo, señorita Fredericksen? —inquirió el rubio ladeando la cabeza, ante lo cual Collins se aclaró la garganta. —¿Algo que decir, señor Collins?

El chico de cabello oscuro y ojos café claros levanto su mirada a la vez que su cuerpo se tensaba. Byrne arrugo ligeramente el ceño sin apartar su mirada de su alumno.

—Supongo que...

—¿Supone? —lo interrumpió provocando que Collins se mordiera el labio inferior sin dejar de observarlo.

Byrne comenzó a percatarse que su alumno estaba nervioso y aquello hacía que su mente comenzará a crear algunas teorías y cada una era improbable, pero si lo sumaba a acontecimientos anteriores, todo comenzaba a tener algo de sentido.

—Como nadie va a responder —dijo Byrne volviendo a su puesto y fijando su mirada en la laptop que tenía frente a él. —para mañana necesito que me traigan resuelto el problema y el nombre del fármaco que se le suministraría a una persona con aquellos antecedentes.

—¿Para mañana? —inquirió uno de los alumnos —Mañana podría ser...

—Al parecer su compañero no puede mañana, así es que, será para hoy. —dijo a la vez que los tres jóvenes observaban a su compañero de forma recriminatoria. — Tienen una hora para resolverlo. —dijo cerrando la laptop y levantándose de su lugar. —Una hora —repitió fijando su mirada en los cuatro residentes quienes asintieron a su pesar.

Los cuatro jóvenes salieron de aquella sala, dejando a Adam ordenando algunos papeles para luego guardarlos en una carpeta que tenía a su lado. La tomo y salió del lugar dirigiéndose hacia una de las enfermeras para entregarle aquella carpeta. Cuando comenzaba a caminar para dirigirse a ver a uno de sus pacientes, lo detuvieron.

—Doctor Byrne, llaman de cirugía. Necesitan de su ayuda. —dijo una de las enfermeras a la vez que Adam fijaba su mirada en ella. —Lo están esperando en el pabellón dos.

—Está bien. Gracias Jane —dijo con una pequeña sonrisa.

Adam camino rápidamente hacia el pabellón número dos. Acostumbraba a que pidieran de su ayuda y era de esperarse ya que él es uno de los mejores médicos en el área de la neurocirugía.

[2° Libro]Love is a drug-Los Fantasmas VuelvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora