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El boleto de Lee Felix es para ir a Yongsan y luego piensa transferirse a Suncheon. Ya ha pensado que con el dinero que tomó, tal vez pueda alquilar una casa en Suncheon por medio año.

Son solo las 10:30 de la mañana y ha pasado mucho tiempo desde que salió de casa.

Lee Felix es muy paciente porque opina que es mejor esperar en ese lugar que seguir junto a Hwang. La sala de espera estaba llena de gente y Lee entonces se queda allí parado un rato. No se sentía demasiado cansado, pero su corazón estaba vacío y demasiado adolorido como para soportarlo.

Recuerda sin querer, a las personas diciendo que dos hombres no podían durar mucho tiempo.

Las horas pasan rápidamente, y ya eran más de las 12 del mediodía. Él sabe que ya lleva mucho esperando en la estación y ahora sí que se siente agotado. Va a comprar una botella de agua para beber. De repente, en la sala de espera, una persona comenzó a gritar desde la entrada. Un hombre con una larga gabardina gris entró corriendo, y una docena de guardaespaldas vestidos de negro iban detrás de él. Hay dos personas altas que lleva consigo para lograr comunicarse con el personal de la estación. El resto de sus hombres reparten fotos con la cara de un joven y se comunican entre ellos mediante un radio pequeño que traen en las manos.

Lee se quedó parado a un lado, sintiendo una completa curiosidad por lo que había tenido que pasar para que tanta gente se moviera de una forma tan desesperada. Pero cuando se dio la vuelta y vio al hombre alto con el abrigo gris, descubrió que era Lee Minho.

Lee Minho vio a Lee Felix de un único vistazo, se acercó rápidamente con pasos apresurados y gigantes. Soltó un suspiro de alivio y se llevó ambas manos a la cara.

—¡Dios, me asusté tanto! —Los ojos de Lee Minho están rojos—. ¿Por qué me colgaste? No tienes remedio ¡Te escuchabas tan extraño que pensé que querías suicidarte! —Lee Minho agarró la muñeca de Felix e ignoró a la gente que los rodeaba. Lo mira—: ¿Ibas a salir de Seúl? ¿Ese es tu equipaje? ¡¿Dónde está tu medicamento y el termo naturista que te di!?

Sus cejas están juntas, está frunciendo el ceño. Lee intentó detenerlo:

Doctor, no haga esto.

—¡Sí te quieres ir porque mis acciones te están molestando me lo hubieras dicho directamente! —Lee Minho aprovechó una nueva oleada de gente para salir junto a Felix —: Pensé que ibas a... ¡No lo sé! ¡Imaginé muchas cosas tontas! Traje un guardaespaldas y un médico de primeros auxilios. Incluso traje el equipo para resucitar... ¡Pensé que habías decidido morir fuera!

A Felix no le importa lo bueno que sea el doctor, su temperamento actual no le permite soportarlo.

—¡Me estoy muriendo! ¡Me suicide o no, me estoy muriendo! ¿Un médico no debería estar ocupado con otros pacientes que si puede salvar?

Todas las acciones de Lee Minho se detuvieron y miró directamente a Lee Felix. Los ojos de Lee Felix, eran amables y elegantes. Ahora se ve arrogante y enojado. Un hombre rico con ropas caras:

Yo decido a quién darle mi vida.

Lee Minho de repente, tomó a Felix entre sus brazos. Su tono fue suave y cariñoso:

Si quieres irte, entonces llévame contigo.

Felix sintió que realmente no había forma de lidiar con él. También descubrió por primera vez que este doctor era de verdad obstinado. Desde el momento en que entró a la estación, Lee Felix sintió que la presencia de Minho había capturado la atención de todas las personas dentro de la pequeña sala de espera. Era ligeramente molesto.

—¿Y si salimos de aquí? Para... Hablar.

Lee Minho sonrió y soltó el brazo de Lixie:

Vamos.

Al salir, Felix descubre que Minho había hecho un verdadero revuelo. Siete u ocho Hummers negros cruzaron en línea recta en frente de la estación y Minho, descaradamente, se despidió de ellos agitando la mano. Lee abrió la puerta de su Ferrari y dejó que Felix se sentara adelante.

Tomó su teléfono y se lo puso en el oído:

Hermano, tu gente lo ha encontrado. Esas personas y los autos ya van de regreso. Gracias por prestarme tantos... Adiós, cuando vuelvas te invitaré unos tragos para agradecerte.

Felix se acomodó en el asiento del copiloto y no tuvo tiempo de decir nada. Los dedos de Lee Minho se estamparon contra sus labios.

Cierra los ojos.

Lee Minho  susurra como si fuera un misterio de verdad. El rubio solo puede cooperar. Cerró los ojos con suavidad y esperó un largo rato sin hacer ningún movimiento. De repente, sintió un toque frío en su boca... Se sorprendió, pero sus ojos se entrecerraron cuando la visión de un gato le asaltó de pronto y le provocó juntar las pupilas. La nariz del gato estaba húmeda contra su piel.

El médico miró al animal, sonrió y dijo:

—¿Qué piensas?

El rostro de Lixie se enrojeció lentamente y antes de que pudiera decir algo, de repente pensó: «¿No es este mi gato?».

Lee Minho puso al gato en el asiento trasero, Felix vio que había tres gatos pequeños que dormían como si no hubiera mañana.

Fui a tu casa para ver si alguien sabía algo de ti... Los gatos lloraron. ¿Qué pasaba si morían de hambre?

Después de un momento de silencio, el australiano respondió muy apenado:

Gracias.

Minho regresó de nuevo al tema inicial:

—¿A dónde vas?

Felix lo pensó y se sintió angustiado por el boleto que había perdido:

Quiero ir a Suncheon.

Muy bien. —Rio Lee Minho—. Mi hermano tiene una casa de verano allí. Más específicamente en Yesu. El ambiente es muy bueno. Te llevaré.

Felix lo miraba con la boca abierta. Estaba sorprendido, asustado, atónito. ¿Eso de que iría era verdad? La distancia es demasiado grande, miles de kilómetros. El médico, por el contrario, estaba muy emocionado:

Iremos a mi casa, pasaremos por ropa y por mis dos perros. A ellos también les gusta el lugar, a los gatitos les gustará el lugar... Y tú me gustas mucho.

Lee Felix se rio con ganas:

Lo siento, todavía es muy incómodo.

Perdió a su esposo, pero ganó un doctor

Á𝓶𝓪𝓶𝓮 𝓣𝓪𝓷𝓽𝓸 𝓒𝓸𝓶𝓸 𝓟𝓾𝓮𝓭𝓪𝓼 // 𝙷𝚈𝚄𝙽𝙻𝙸𝚇 // 𝙼𝙸𝙽𝙻𝙸𝚇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora