Á𝓶𝓪𝓶𝓮 𝓣𝓪𝓷𝓽𝓸 𝓒𝓸𝓶𝓸 𝓟𝓾𝓮𝓭𝓪𝓼 // 𝙷𝚈𝚄𝙽𝙻𝙸𝚇 // 𝙼𝙸𝙽𝙻𝙸𝚇

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El festival en Seúl tenía varios años sin mostrar fuegos artificiales. Hwang Hyunjin se encontraba observándolo todo desde la sala vacía y sintió que el ambiente estaba más tranquilo que nunca, como si de repente estuviera en pausa. Encontró que había hecho la cosa más estúpida del mundo, y por consiguiente perdió su tesoro más querido.

Hyunjin no sabe a dónde irá Felix. No sabe si tiene amigos nuevos o una casa a la que ir a refugiarse. Lo único que posee, son los números antiguos que se encuentran en la libreta de direcciones. Hwang incluso pensó que Felix podría estar con el médico, pero por primera vez, era incrédulo y contradecía deliberadamente sus ideas tan pronto como le llegaban.

Discretamente, llega el día de Año Nuevo. 1 de enero del 2024. Debería haber sido el decimoquinto aniversario de Hwang Hyunjin y Lee Felix. Cuando mira hacía el pasado, no pude decir que fue un decimoquinto año de amor o el decimoquinto año de una fuerte amistad. No sabe si podría llamar a lo que tenían una relación... Pero necesita a Lee Felix más que al aire que respira.

Hyunjin fumó sin parar por una noche entera y, al iluminarse el cielo, se levantó del sofá y su cuerpo alto se tensó de golpe. Miró el reloj, eran las siete en punto. Llamó a la persona encargada de la administración del edificio de departamentos y le preguntó si podía verificar las cámaras de seguridad. Le dice que puede ir a verlas dentro de una semana. La camisa de Hwang estaba arrugada, manchada y no podía importarle menos cuando salió sin un abrigo. Hyunjin sabe que las cámaras de seguridad solo pueden confirmarle que Felix se ha ido, pero de igual manera llama a la Oficina de Lim para que pueda agendarle una cita con la estación de policía.

Los oficiales consiguen mostrarle las grabaciones... Y las grabaciones le muestran a Jisung.

El corazón de Hwang Hyunjin se estremeció, y finalmente supo que había cometido un error irreparable. ¡Qué estúpido fue!

Hwang Hyunjin pensó que Han Jisung tenía un carácter absolutamente pasivo como para atreverse a ir a su casa y romper en mil trocitos la tranquila rutina de su vida. Le gritó que lo haría, claro. Estaba despechado... Pero no esperaba que lo hiciera de verdad. La molestia de Hwang incrementa. Siente dolor, y una inexplicable ira que le provoca temblar.

Felix es lo único de Hyunjin que otros no pueden tocar. ¡No tenía el maldito derecho de hacer eso! ¡Quiere que se lo regresen! Quiere abrir la puerta de su casa y mirar al hombre frente a él, sentado en un sillón, con el rostro delgado y las pestañas infinitas. Quiere mirar sus labios rosas y escuchar su voz amable decir: «Jinnie Hyung, finalmente estás aquí. Te extrañé». Cuando se encuentre con él, entonces será feliz de nuevo y las penas se disiparán en un instante. Quiere ver el calor de sus ojos, la nitidez de sus cejas, las galaxias de sus mejillas.

¡Joder! ¡Maldita sea y maldito sea Han Jisung!

Hwang Hyunjin entró por la puerta de una casa diferente, los ojos fríos observaron al hombre que estaba parado en la cocina. Cerró la puerta y luego caminó sin quitarse los zapatos.

-¿Hablar con Felix fue interesante para ti? -Su voz era suave, pero era tan escalofriante como un trueno. Jisung se dio la vuelta con un brinco angustiado... Hyunjin paso a paso, absolutamente enojado, se acercó-. Ya te lo había advertido en Francia la última vez. Te dije que te alejaras de Lee Felix. ¿Crees que eres muy valiente como para hacer lo que se te dé la gana? -Hyunjin no tiene ninguna señal de piedad en su semblante. Los ojos que le miran, son claros y confusos-. Si no puedo encontrar a Felix rápido... Vendré aquí, y te mataré.

Se dio la vuelta dispuesto a salir, pero encontró entonces su viejo joyero abierto sobre el buró.

Y allí estaba su anillo.