Capítulo 30: Come out of the things unsaid

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Jiang Cheng despertó sintiéndose muy mal. No era solo el terrible dolor de cabeza que tenía, también le ardían los ojos y tenía una tremenda sed. Usualmente su resistencia al alcohol era muy alta, pero debía admitir que la noche anterior se había extralimitado y ahora no solo sufría las consecuencias en su cuerpo.

Nunca imaginó que sería tan difícil convivir con sus invitados durante la cena. Ordenó que prepararan la sala de banquete y acomodaron las mesas para una cena más íntima y familiar. Jin Ling estaba sentado a un lado de su tío mientras que los dos Lan y Wei Wuxian estaban frente a ellos, con Lan Wangji al centro.

Ahora que Jin Ling sabía lo que estaba pasando, se había tomado la tarea de que el lugar no fuera dominado por el silencio. Sabía que, en presencia de Lan Wangji, Sizhui no tendría otra opción que regirse a la regla de que hablar durante la comida estaba prohibido, así que su único aliado era Wei Wuxian, aunque más que una conversación eran provocaciones del mayor a su shizi.

Lan Wangji permanecía en silencio y serio mientras escuchaba la cháchara de su esposo y comía lentamente, masticando perfectamente cada bocado. Él y su hijo bebían té, pero Wei Wuxian y Jin Ling sí bebían licor –aunque el joven no tenía permitidas más que un par de copas aún–. Jiang Cheng estaba demasiado incómodo aún en presencia de Lan Wangji y a cambio de no ser partícipe de la cháchara de Wei Wuxian, se dedicó a beber copa tras copa perdiendo la noción de cuantas jarras había vaciado ya.

Cuando quiso servirse una copa más, pero del recipiente sólo salió un pequeño chorro, lo bebió todo de golpe y azotó el vaso sobre la mesa antes de ponerse de pie. Su equilibrio estaba visiblemente afectado, aún así se acercó a las mesas del frente.

—Nunca me has agradado y sé que es mutuo —declaró Jiang Cheng señalando a Lan Wangji y olvidando toda etiqueta y cortesía, aunque la persona frente a él tenía una expresión estoica e imperturbable... al menos para quien no lo conocía bien.

Wei Wuxian sabía que si Jiang Cheng era mordaz estando sobrio, podía serlo aún más en estado de ebriedad, así que se puso de pie y trató de negociar con su shidi. —Jiang Cheng, por favor, has bebido más de la cuenta. Será mejor que te vayas a descansar antes de que pierdas la cara.

Jin Ling también se puso de pie con la intención de ayudar a Wei Wuxian y fue a pararse al otro costado de su tío. —Tío, por favor, Wei Wuxian tiene razón. Ven conmigo, te acompañaré a tu habitación.

—¡No me interrumpan! Tengo muchas cosas pendientes qué decir. —Jiang Cheng los apartó sin mucha fuerza y avanzó un paso más hacia Lan Wangji que permanecía en el puesto donde tomó su cena. Lan Sizhui estaba pendiente de la reacción de su padre en caso también tuviera que intervenir.

Lan Wangji se puso de pie y rodeó la mesa para enfrentar a Jiang Cheng. No era del todo cierto que nunca le había agradado. Al principio en realidad no tenía una opinión muy profunda sobre él.

Cuando era estudiante le pareció que era muy diligente aunque también un poco indisciplinado como el resto de los estudiantes externos y en su mayoría por influencia de Wei Wuxian. Durante la guerra era un aliado confiable y sus habilidades no eran pocas, así que le tenía respeto. Como líder demostró ser capaz y sabiendo lo difícil que era asumir el liderazgo a tan corta edad –como su propio hermano– era digno de admirar que levantara a su Secta de las cenizas. Sin embargo, todo esto no definía si Jiang Cheng le agradaba o no.

Luego del asedio, sin embargo, su opinión se volvió negativa. No concebía que hubiera sido capaz de levantar su espada contra alguien que era prácticamente su hermano y que se hubiera abalanzado contra las personas inofensivas que habitaban en el Monte Luanzang, incluído su hijo. No lo odiaba, pero definitivamente no le agradaba, en especial porque verlo era el constante recordatorio de que Wei Wuxian ya no estaba y que él no había sido capaz de protegerlo. Verlo hacía que la herida de su corazón volvíera a abrirse.

Just don't let me disappearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora