CAPÍTULO 18☺️

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El Lamborghini de Nicholas se encuentra estacionado a las orillas de una pequeña playa a las afueras de la ciudad. Melissa yace de espaldas en los brazos de él mientras éste está recostado de su auto. Aún faltan unas tres horas para ver el primer rayo del sol. El oscuro cielo esta centellante con unas hermosas estrellas y una enorme luna llena. Haciendo que la luminosidad de la luna se refleje por toda la playa. Un principio de amanecer hermoso.

—Nicholas...—Le llama Melissa entre sus brazos.

—Dime Princesita...—Le responde él viendo al cielo estrellado.

—Al diablo todo sabes...—Me removí de sus brazos para verlo fijamente.

—Que quieres decir...—Acaricio sus mejillas.

Melissa se acerca a los labios de Nicholas y los une en un beso tierno, dulce y lento. Nicholas abre sus ojos por la reacción repentina de Melissa y se relaja cuando ella sube sus manos hasta su cuello,y lo acerca más a su cuerpo posando sus manos una en la cintura y la otra en la espalda. El beso se vuelve profundo cuando las manos de Melissa pasan por la camisa de Nicholas, quitando botón por botón. Abre la espaciosa tela sin cortar el beso, y luego Nicholas saca sus brazos y los acuna de nuevo en la cintura de Melissa. Él baja el cierre de la parte superior del conjunto del vestido y lo hace a un lado. Corta el beso para contemplar el torso desnudo de Melissa. Esos besos van a esa parte desnuda con caricias delicadas y tiernas despertando cosquillas en la piel de Melissa hasta erizarse, mientras ella le besa el cuello y el pecho con besos húmedos y largos.

—Estás segura de ésto Princesita...—Jadeo un poco nervioso.

—Nunca me voy a arrepentir.—Responde agitada.

Nicholas la besa de nuevo muy feliz con su respuesta. Ahora sí a disfrutar del momento que él tanto esperaba sin un antifaz de por medio. Por la abertura del vestido mete su mano derecha y le alza la pierna para tocarle tiernamente mientras la besa con tanto amor y lujuria. Ella quita el cinturón y abre un poco el cierre después del botón. El elástico del boxer Calvin Klein se deja ver y ella pasa sus yemas entre él y la piel de Nicholas. Él termina por sacar la falda del vestido, alza a Melissa en sus caderas y camina con ella unos pasos hasta ponerla suavemente sobre la cubierta del motor del Lamborghini. Quita sus pantalones y los coloca entre toda la ropa que yace debajo del cuerpo de Melissa. Sube un poco y se posiciona en su entrepierna. Con sus dedos juega con su entrada ya húmeda y los gemidos de Melissa son suaves y delicados.

—Te haré mía mi princesita...—Melissa me responde mordiendo mi labio y con sumo cuidado entro en ella disfrutando cada centímetro de la piel de su sexo estrecho. Ella muerde sus labios y me araña la espalda mientras penetro suave y me muevo lento y de a poco a poco.

—¡Nicholas! Que me haces...—Se mueve tan lento que me tortura en excitación pero siento todas mis cosquillas internas a que siga y me muevo junto con él. Lento y suave. Gemí en sus labios suavemente mientras sentía todas las sensaciones más deliciosas que he tenido. Es un amor lo que hace.—Te adoro mi príncipe....—Araño su espalda mientras me embiste tan suave y con ternura.

—Te estoy haciendo el amor mi princesita...—Sus palabras me recordaron a la primera vez que estuvimos juntos. Cosa que no sabe. Seguí embistiendo hasta que sentí la presión de su vagina ser contraída en mi pene. Y es lo máximo. Ella jadea mientras se forman sus orgasmos, y aumento sólo un poquito el ritmo para que se corra delicioso y a los segundos lo hace, su vagina se vuelve más estrecha, caliente y más húmeda. Me volví loco con su fricción y con un poco más profundo el movimiento de mis caderas entro completo sin dejar nada, y fue el momento mágico para correrme dentro. Jadeo ronco por el placer como nunca nadie más lo hizo.—¡Ah! Princesita! Ah! Ah!—

Ser Quién No Quieres Ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora