CAPÍTULO 28☺️

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Al día siguiente...

AEROPUERTO.

Unas cuatro camionetas llegaron a la pista de aterrizaje para el vuelo privado de Liam Bradford y su esposa Melissa de Bradford. El destino. Barcelona, España. De la tercera camioneta baja Liam acomodando su traje, luciendo fresco y calmado.

Melissa en cambio debe respirar profundamente para bajar y subir al monstruoso avión

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Melissa en cambio debe respirar profundamente para bajar y subir al monstruoso avión. Un viaje más en avión. Baja lentamente colocando sus lentes y pasando por el lado de Liam ignorándole por supuesto. Éste le da una mirada sexy por lo hermosa que se ve y deja que camine delante para contemplar su trasero mordiéndose los labios pícaramente.

 Éste le da una mirada sexy por lo hermosa que se ve y deja que camine delante para contemplar su trasero mordiéndose los labios pícaramente

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Suben sin esperar a nada más. Melissa se sienta cómodamente en su lugar y las azafatas le sirven un té. Ya ellas saben como es Melissa en el avión, así que sin esperar mucho le atienden. Liam se sienta al frente y saca su tableta para trabajar sin dejar de ver lo atractiva que anda.

—Señores Bradford abrochen sus cinturones. Vamos a despegar...—

Liam asiente y ajusta el cinturón de Melissa, y ella ve a otro lado porque sus nervios se disparan en el momento del despegue.

—¿Beba estás bien?—Froto su manita en círculos.

—Sabes muy bien que no Liam... No entiendo porqué preguntas...—Reproché molesta.

—Amor no me gusta verte así...—Apreté su mano y ella sigue obstinada viendo a otro lado.—¿Quieres que me siente a tu lado?—Pregunté tentativo.

—No.—Aunque por dentro ¡Sí por favor!.

—Igual lo haré...—Solté mi cinturón y me senté a su lado. Abrocho de nuevo y la veo a los ojos fijamente.—Te amo....—Digo sonriente.

—Idiota...—Murmuré mientras me duermo. Mis párpados empiezan a cerrarse y sólo sentí algo pesado sobre mis hombros y una fragancia que no olvido nunca. El pecho de Liam.

—Señor Bradford ya pueden quitarse los cinturones y caminar libre dentro del avión.—Espeta la azafata cortésmente.

—Gracias...—Quité los cinturones, y me levanto alzando a Melissa en mis brazos para llevarla a la habitación del avión.

Ser Quién No Quieres Ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora