Capitulo 4

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Al final, aunque intenté evitar que ellos lo pagaran, me regalaron el vestido. Estube enojada por un rato por que no me dejaron pagarlo, pero deje de estarlo cuando Emmett me abrazo y me hizo cosquillas.

Odio cuando nos hacen sonreir y se supone que estamos enojadas. Dañan nuestro orgullo.

Tienes razón.

Luego de un rato más por las tiendas, decidimos volver a Forks, donde me llevaron a mi casa, prometiendo que nos volveríamos a ver muy pronto. Yo les sonreí, me habían caído muy bien.

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Cuando me dijeron que nos volveríamos a ver pronto, sinceramente no pensé que iba a ser a la mañana siguiente.

-¿Que tal si conoces a nuestros padres?- preguntó Alice.- De todas formas, ya eres parte de la familia si contamos el hecho de que Bella es tu prima.

-No de sangre.- comenté mientras me ponía mi abrigo. Ellos me miraron confundidos.- Fui adoptada por la hermana de Charlie. Creí que era obvio.- me encogí de hombros.

Ellos no le dieron mucha importancia, cosa que agradecí, ya que pensaba que iban a hacer preguntas o cosas por el estilo. Subimos al Jeep y nos dirigimos hacía la casa Cullen, obviamente, cantando a todo pulmón.

Cuando llegamos, entramos y subimos las escaleras hasta la sala. Carlisle y Esme estaban sentados en un sillón leyendo un libro cada uno. Levantaron la vista al escucharnos entrar al lugar.

-Mamá, papá les presento a Adara. Adara ellos son nuestros padres. Aunque no se para que los presento si ya se conocen.- Rosalie murmuró al final. Sonreí por su comentario.

-Hola.- saludé con una sonrisa en la cara. Esme me sonrió y se levanto, se acercó a mi y me abrazó. Yo me sorprendí al principio, pero después le devolví el abrazo.

-Es un gusto por fin conocerte, Adara.- Carlisle se acercó y se paro al lado de su esposa, extendiendome una mano. Yo la estreché.

-Igualmente, señores Cullen.- respondí.

-Dinos Carlisle y Esme, querida.- comentó la mujer castaña. Le sonreí y asentí con la cabeza.

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Despues de eso, Emmett me llevó en un recorrido por la casa. Hasta que la curiosidad tiñó su cara y le pregunte:

-¿Que pasa?- el me miró y sonrió. Estábamos en su habitación, yo estaba viendo la gran repisa con discos y el estaba acostado en el sillón del cuarto.

-Cuentame más sobre la criatura que eres.- me pidió, mirándome atentamente.

-Soy una driade. En la mitologia griega, las driades son las ninfas de los robles en particular y de los árboles en general.- mientras hablaba, me acerqué a él y me senté en un espacio libre del sillón.

-¿Tienes poderes?- se sentó, quedando mas cerca mío y poniéndome nerviosa.

(Los poderes van a ser inventados por mi)

-Algo así. Puedo correr a la misma velocidad que un vampiro, pero entré los árboles. Puedo comunicarme con los árboles y cosas asi.- respondí. El estaba entre maravillado y sorprendido.- Ven, voy a mostrarte.

Lo tome de la mano y el se paró del sillón, siguiéndome. Bajamos las escaleras y salimos de la casa. Los demás parecian haber desaparecido.
Nos adentramos al bosque y, cuando estuvimos los bastante lejos, me detuve y cerré los ojos, concentrándome.

Al abrirlos, Emmett me miraba sorprendido.

-Pasa cada vez que me transformo.- le expliqué al ver que el miraba mi cambio de atuendo.

- le expliqué al ver que el miraba mi cambio de atuendo

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(Solo el maquillaje de los ojos y las cejas, las flores del pelo no lo tomen en cuenta)

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-Aparte de que el vestido me ayuda a correr mas rápido y camuflarme.- prosegui, sonriendo.- Sígueme.

Empezé a correr entre los árboles y Emmett me seguía como podía. Había veces en las que se confundía, ya que yo me camuflaba con las hojas y el no podía verme.

Pare cuando llegamos a un gran árbol, el cual se veía muy antiguo. Emmett se detuvo a mi lado.

Me acerque al arbol y puse una de mis manos en el tronco, el pelinegro observaba todo muy atento.
El árbol se movió como si se retorciera en su propio eje y sus ramas siguieron el movimiento. Era como si estuviera tratando de girar pero no podía porque estaba enterrado en el suelo.

Paso unos pocos minutos así hasta que se inclinó y bajo una de sus grandes y gruesas ramas, la cual quedo a la altura de mis piernas.

-¿Como... hiciste eso?- escuche que Emmett me preguntaba. Gire un poco mi cabeza y le sonreí mientras lo miraba. El estaba con los ojos abiertos como platos.

-Me comuniqué con el.- le contesté y me encogí de hombros. Le indique con la cabeza que se acercará y el lo hizo lentamente, con cautela.- No te hara nada, es inofensivo.- prometí.

Me senté en la rama y lo invité a que hiciera lo mismo. Cuando ambos estuvimos sentados, la rama se elevo con cuidado. Emmett casi se desmaya y lo hubiera hecho si no fuera un vampiro.
La rama se elevó hasta la posición en la que estaba antes, donde nos daba una vista perfecta del bosque.

-Eres impresionante.- confesó el pelinegro luego de unos minutos. Me voltee a verlo y el ya tenía sus ojos fijos en mi. Le sonreí.

-Gracias.- contesté. El me miro y me abrazo por los hombros con uno de sus brazos, yo apoye mi cabeza en su pecho y abraze su cintura.

Dʀɪᴀᴅᴇ || Eᴍᴍᴇᴛᴛ Cᴜʟʟᴇɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora