Agradecido con el villano (Aizawa Shouta X Reader) [Terminada]

¿Lo que hicimos?

Lectora POV

Desperté dándome cuenta que estaba sola en la cama, seguía en brasier y pantalón y Shouta no se veía por ningún lado, puse la cafetera y luego volví a la habitación. Me puse una de las camisas de Shouta, que me quedaba grande, y cambié mis pantalones por un short. Me senté a la mesa para tomar mi café y aproveché para revisar mi celular. Tenía un nuevo mensaje del dueño de la casa que estoy por comprar. Unos minutos después él llego con unas cuantas bolsas, me pare y lo ayude para acomodar todo en su lugar.

-¿Todo bien? – él hizo un ruido con la boca pero no me miró- no has volteado a verme desde que volviste y tampoco me has dirigido la palabra.

-Perdón.

-Sigues dándome la espalda- me acerqué a él y lo tomé por los hombros- mírame cuando hables conmigo, sabes que no me gusta que me den la espalda- lo giré con delicadeza.

-Antes de que sigas. Lo siento mucho, pero, no recuerdo lo que hicimos anoche- tomó mis antebrazos, yo lo tenia abrazado por el cuello.

-¿Lo que hicimos? Fuimos al karaoke con Yamada y Nemuri. De hecho- reí- es probable que estén muertos de resaca. Cierto, tu tomaste más, ¿quieres una aspirina?

-No, ya tomé una- parecía confundido- pero, luego de que se fueran- dejó la frase al aire y se sonrojó un poco.

-Así que olvidaste todo lo que pasó luego de que se fueran- él solo asintió con la cabeza, yo reí- ¿No te duele la nariz?

-Un poco.

-Ya lo suponía, ven, pongamos algo de hielo o se hinchará más- lo tomé de la mano para llevarlo a la cocina- luego de salir te caíste, por eso te duele la nariz. Y quita esa cara de susto, no hicimos nada malo- me senté a su lado ya con una bolsa con hielo, puse una mano en su mejilla y con la otra sostuve la bolsa.

-Pero, t-tú y y yo, estábamos- tartamudeaba mucho, hizo un ruido con la garganta como queriendo toser.

-Medio desnudos en tu cama- me miró sorprendido y yo reí- perdón, quisa no debí ser tan directa. Pero ya te dije que no te preocupes, no paso nada. Estabas tan borracho que comenzaste a desnudarte en medio de la sala, cuando traté de cambiarme para dormir entraste a la habitación- me sonroje al recordar como me abrazo toda la noche hasta quedarme dormida.

-Estas roja, hay algo que no me dices.

-Idiota. ¿No crees que si hubiéramos hecho lo que crees que hicimos me hubiera tenido que quitar el pantalón? – abrió tanto los ojos que pensé que se le iban a salir.

-¿Estabas vestida? -lo miré incrédula- perdón, no me atreví a mirar cuando desperté, supe que no traías blusa porque sentía tu piel directamente- otra vez me sonrojé. Ambos nos evitábamos la mirada.

-Me voy a duchar, tengo una cita para lo de la casa nueva- ya se lo había comentado cuando la buscaba, de hecho, él me dio algunos consejos de donde y como comprarla. Fui a la habitación dejándolo solo con la bolsita y su nariz algo hinchada.

Me di un baño y salí de casa no sin antes despedirme de Shouta, su nariz ya no estaba hinchada, pero ahora estaba roja por el hielo, así que preferí ir sola. Llegué al lugar, miré una última vez la casa y me vi con el antiguo dueño en la sala para darle el ultimo pago y que él me diera las llaves. Era una casa grande, dos habitaciones cada una con un baño en la parte de arriba, además de un pequeño estudio; otro baño más en la planta de abajo, donde también estaban la sala, el comedor y la cocina. Por suerte tenia dinero ahorrado en América, solo hizo falta que Oscar me lo transfiriera a una cuenta de banco aquí en Japón. Una semana después ya estaba completamente instalada en la casa nueva e invite a mis amigos para una fiesta de bienvenida.

-Woow! It's so big- Yamada traía dos botellas de sake.

-Es preciosa, tienes un muy buen gusto- Nemuri paso con una canasta llena de dulces, helados y postres de todo tipo- Aizawa dijo que vendría más tarde, tenía mucho trabajo acumulado.

-Seguro es mi culpa, toda la semana estuvo ayudándome a traer muebles y mis cosas.

-Oye, es cierto, ¿Dónde estuviste viviendo antes de conseguir esta casa?

-Whit Aizawa. ¿No? – ambos me miraron con picardía.

-Eh, ¿no quieren pastel? Estaba aburrida y me puse a hornear- evité la pregunta con una sonrisa, no sé si Aizawa quiera que ellos se enteren.

Solo estuvieron unas dos o tres horas porque mañana tendrían que trabajar, solo tomamos la mitad de una de las botellas por la misma razón. Ya por la tarde tocaron el timbre, voy a abrir, pero no veo a nadie cerca y cuando voy a cerrar la puerta escucho.

-Miaaaauuu.

Miro hacia abajo y me encuentro con un pequeño gatito negro hermoso, automáticamente sonrio. Lo tomo en brazos y comienzo a hacerle mimos.

-Hola precioso, ¿Cómo te llamas he? -comienzo a buscarle una plaquita pensando que sería de algún vecino, pero solo tiene una pequeña cajita negra, ahora me doy cuenta que no en un collar lo que tiene alrededor del cuello, si no un gran moño rojo-¿De quien eres? Precioso animalito tierno, ¿Cómo te llamas, guapo?

-Aizawa Shota, un placer.