Me desperté cuando estábamos casi aterrizando, al bajar fui a buscar mis cosas, entre ellas obviamente mi gatito en su transportadora, al parecer no le afectan los viajes porque esta plácidamente dormido.
Tomé un taxi afuera del aeropuerto y fui a mi casa, la casa que compré la primera vez que estuve aquí. Abrí la puerta y tenia razón, esta todo empolvado, aunque no tanto como yo esperaba. De hecho, esta más limpia de lo que pensé que estaría.
Fui a la pequeña bodega donde tengo los artículos de limpieza, saqué lo necesario y comencé a limpiar mi habitación. Cuando termine traje mis cosas y saque a Shouta, que enseguida se subió a la cama para seguir durmiendo. Me saqué la chaqueta y la dejé en la cama para seguir limpiando la casa. Un par de horas después estaba limpiando la parte de abajo del refrigerador en cuclillas, pero de repente la puerta se abrió y del susto pegue un brinco golpeándome la cabeza con el interior del refrigerador. Al escuchar el ruido la otra persona actuó y en menos de un segundo unas vendas me atraparon los brazos y el torso y me elevaron.
-¿¡Acaso eres idiota!? ¡Bájame!
De todas las personas en el mundo, de todos los momentos en la vida ¿Por qué tenia yo que encontrarme con él? Con el tipo que me rompió el corazón y justo cuando estoy en short corto y camisa de tirantes tan grande que se hace un escote. Él estaba en shock.
-¿Qué haces aquí? -hablo tan bajito que casi no lo escuché. Tenía los ojos más abiertos que cualquier cosa abrible en el mundo.
-¿Cómo que que hago aquí? Es mi casa idiota. Ahora bájame- le estaba gritando. Es que en serio, no puede ser que apenas regreso y este es al primero al que veo. Él me bajo delicadamente y yo corrí hacia él empujándolo del pecho para que saliera-Largo de aquí- me tomo de las muñecas para que dejara de golpear su pecho.
-Te fuiste.
-No me digas- del coraje empecé a usar el sarcasmo. Se que a él nunca le gusto que lo usara, menos con él.
-No me dijiste nada.
-Pues lo siento, ya estoy bastante grandecita para andar dando explicaciones.
-Estaba preocupado, fue Yamada el que me dijo que te surgió algo, cuando debiste haber sido tú.
-Eres un idiota- él estaba comenzado a alzar la voz como yo, así que hablé bajito otra vez, no lo miré. Tenia la cabeza hacia abajo.
-Trate de hablar contigo, de contactarte, pero nada funcionó. Te borraste de la faz de la tierra.
-Si no supiste nada de mí en todo este tiempo es por algo. Ahora largo- aproveche que relajo un poco el agarre en mis manos para zafarme de él. Le di un último empujón en el pecho sacándolo por completo de mi casa y le cerré la puerta en la cara.
Tenía la respiración agitada. Me recargué contra la puerta y me dejé caer al suelo mientras lloraba.
No puedo creer que sea tan cínico e imbécil para venir a mi casa y pedir explicaciones que no se ha ganado y que tampoco se merece. El pequeño Shouta llegó a mí y se restregó en mis piernas. Me limpié las lagrimas y lo tomé en brazos para hacerle mimos.
Tengo que comer algo, en el avión solo comí algunos frutos secos y no desayune antes de venir. Y además tengo que darme un baño. Mañana voy temprano a conocer lo que será mi futuro lugar de empleo. No tengo nada aquí, pero no quiero salir. Tengo miedo de que él siga ahí afuera o de encontrármelo.
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.
.
A la mierda, no puedo detenerme de hacer las cosas cotidianas por miedo, menos si ese miedo es causado por él.
Me puse mi chaqueta de nuevo, tomé mi dinero y salí. Por suerte ya se había ido. Llegué al super y compre todo lo necesario para comer una semana o dos, odio tener que venir aquí y estoy cansada. Voy a preparar ramen instantáneo, no quiero cocinar.
Llegué a casa y recibí una llamada de mi hermano.
-Hola.
-Hola. ¿Cómo te fue? ¿Todo bien?
-Si, estuve limpiando todo el día y apenas voy a comer.
-No deberías malpasarte con la comida.
-Ya lo sé, ¿Tu ya comiste?
-Sip, Oscar preparó hamburguesas.
-Me alegra. ¿Cómo vas con tus clases en casa?
-No sé, no conozco a otro maestro aparte de Oscar- yo reí.
-¿Esta él?
-Nop, salió a comprar no sé qué cosa.
-Y ¿Qué hacías? -el microondas sonó indicando que ya esta mi comida de hoy.
-Unas tareas que me dejó.
-Termínalas.
-Estoy aburrido.
-Llegué- es escuchó Oscar a lo lejos- ¿Qué haces? Oye dame eso.
-¿Qué? No, espera.
-Este celular va a estar confiscado hasta que termines lo que te dejé. Hola linda.
-Hola guapo, me alegra escuchar que no le solapas todo.
-Soy un buen maestro, ¿Qué te digo? -yo reí- ¿Cómo te fue?
-Bien.
-No te escuchas muy convencida. Vamos nena, habla conmigo, no hay pájaros en el alambre así que no te preocupes.
-Me lo encontré.
-¿A quién?
-A Aizawa- suspiré- Bueno, creo que mas bien él me encontró a mí.
-¿Cómo es eso?
-No lo sé, de repente entro por la puerta como si fuera su casa. Pidiéndome que le explicara todo.
-Y ¿Qué hiciste?
-Lo saqué y le cerré la puerta en la cara.
-Ay chica, no tienes remedio. Aunque no te culpo, sigues muy dolida.
-Si- saque el aire que tenia en los pulmones como un suspiro- te dejo, despídeme de Matías.
-Claro, llama luego ¿si?
-Claro, adiós.
-Adiós.
Colgamos y me fui a dormir, allá aún es temprano, pero aquí ya es de noche y mañana me tengo que levantar temprano.
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Recupere mi computador, así que voy a estar actualizando más seguido. Espero disfrutaran de la lectura, si fue así por favor no se olviden de votar.
-Alex.
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Agradecido con el villano (Aizawa Shouta X Reader) [Terminada]
FanfictionHas llegado a Japón gracias a tu trabajo, pero, por culpa del mismo ahora tienes serios problemas. No te preocupes demasiado, cierto héroe te va a ayudar, e incluso hará más que eso. Mucho más que eso. Sus caminos podrían separarse, así que ten cuid...