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X Capítulo: ¿mentiras? Muy malas...

—¿Vos lo has matado?—Eleve una ceja encogiéndome de hombros—. Hadid, responde, no voy a castigarte. Solo quiero saber si lo has hecho vos.

—Tus castigos, baba, me dan igual...— Él me miró fijo cambiando su expresión de preocupada a una sería.

—Incate—, me ordeno y yo reí.

—Un rey jamás se arrodilla ante nadie—, baba trago saliva.

—Ante Ala, ante mi que soy tu rey ¿Que es lo que insinúas Hadid? Debes obedecer—, eso solo hizo enfurecer al demonio dentro de mi. Me levanté buscando irme contra baba pero este fue mucho más rápido y sujeto mis hombros haciéndome caer de rodillas—. Abre la boca—, ordeno y en ese momento sonreí por dentro, al principio me recisti, para que creyera que sería algo malo. Pero termine "cediendo", él bajo comenzó a desabrochar su cinturón. Por fin, por fin después de tantos años iba a probar la polla de mi baba, esa con la que soñaba día y noche desde aquel día en que descubrí por primera vez que era el sexo. Pero cuando creí que estaba en la gloria por conseguir lo que buscaba estaba tan equivocado... Negué viendo cómo baba levantó el cinturón y lo estrelló contra mi espalda—. Aprenderás que conmigo no se juega y aprenderás que a un Rey no se le falta el respeto, ¡demonio!— Ese día entendí que haber mentido porque mate a un canino estaba mal. Las mentiras estaban mal, pero haberlo matado y sentir su sangre en mis manos era la maldita gloria. El olor a miedo y dolor del cachorro, los borbotones de rojo carmesí corriendo por la tema de la alfombra. El último chillido desgarrado del animal, todo, todo el momento vivido para mí fue la gloria y entendí que eso estaba bien, pero mentir no... Baba me estaba regañando por mentirle.

Ll.