Capítulo: 24 "Bebé"

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Wei WuXian yacía en su cama con su hijo menor en brazos, aquel niño mimado por sus padres y hermanos, siempre estaba siendo cargado por sus familiares, paseando de brazos en brazos, el niño sonrió divertido con los gestos de su papá, el cual intentaba asustarlo, sin embargo, a una pequeña edad, demostraba su valentía y optimismo, rara vez lloraba, siempre era calmado cuando la tensión era pesada o tensa, sin embargo, cuando era animada, el menor se volvía risueño y enérgico, cansando sus mayores.

Sus ojos eran de un color dorado claro, su cabello del color de la tinta y su piel de porcelana, parecía un muñeco de jade recién tallado; realmente adorable y hermoso, quien lo viera lo atesoraría en su recamara de tesoros cual artefacto valioso y raro de encontrar en el mundo.

Lan WanJi abrió la puerta del Jinshi, la habitación privada de la pareja; al ver y escuchar a su hijo reír e intentar decir palabras entendibles, no pudo evitar sentir su corazón latir de manera cálida, ese hermoso sentimiento que ahora estaba fuertemente arraizado en su ser, gracias a la presencia de su esposo e hijos logró descongelar su actitud fría y distante que antes tenía; gracias a ellos descubrió que la vida puede tener un brillo tan deslumbrante, un sabor tan dulce y con un toque de picante, tan apasionado, tan perfecto; desde joven nunca pensó que algún día él viviría de tal modo, ya que las experiencias familiares que tenía sobre el amor de pareja era muy diferente al que vivía actualmente, por lo que prefería alejarse a pasar por rupturas doloras, como el caso de sus padres.

El doncel al ver a su amado le hizo una seña para que se acercará, el mayor asintió y fue hacia él, el menor lo tomó con fuerza de la muñeca y tiro de él, jalándolo hacia la cama, el contrario se dejó llevar, aterrizando al lado de su pareja, el niño sonrió felizmente mientras aplaudía divertido por que su padre fue engallado y derribado por su papá.

Algo muy cómico ante sus ojos, WanJi lo miro detenidamente, su mirada era cálida, pero su aura seria e imponente nunca lo abandonaba, por lo que el menor no sabía sí reír o llorar, así que optó por dejar de reír y dirigió su mirada a su papá, con sus manitas intento alcanzar el rostro del mayor, quien intentaba atraparlas entre sus labios, simulando mordidas.

El niño no apartó sus manos, en cambio intentó abofetearlo, sin embargo, sus bracitos eran cortos por lo que solo podía dar manotazos al aire, sonidos de quejidos y balbuceos llenaron la habitación.

WuXian atrapó sus bracitos y acercó su rostro a ellos, con una mirada amenazante, lentamente abrió su boca, enseñando sus dientes y su lengua rosada, el menor solo intentó liberarse, balbuceó palabras incompletas e inentendibles; en un rápido movimiento sus manos y brazos fueran besadas y lamidas por su papá, el menor soltó varias carcajadas y agitó sus piernitas al aire desesperadamente, estaba nervioso y ansioso.

De ahí los labios fueron recorriendo el cuerpo del niño, hasta posarse en su vientre, el cual fue atacado por las malas intenciones del doncel, en un sonoro "ppppprrrrr" el menor fue presa de un ataque de cosquillas, desesperándolo, sus carcajadas hacían eco en las paredes, WanJi solo contemplaba en silencio con una diminuta sonrisa plasmada en sus labios.

-¡Papá! – Una voz aguda y torpe provocó que la acción del doncel se detuviera a la brevedad, luego alzó la mirada y observó a su hijo con detenimiento, su perlado rostro estaba teñido con un leve rubor rosado, dándole una imagen más encantadora.

WuXian miro a su esposo, quien asintió felizmente, el corazón del doncel estalló de alegría.

-A- Xio dilo de nuevo. – Pidió mientras abrazaba a su hijo entre sus brazos y su pecho, besándole su cabecita y oliendo su cabello, ese agradable olor a bebé limpio.

-Pa ... pa ... papá ... ¡Papá! ... pa ... pa ... padre ... ¡Padre! – Gritó el infante agitando sus extremidades enérgicamente. WanJi asintió con orgullo y abrazó la cintura de su esposo, quien parecía explotar de la felicidad.

No importa cuántos hijos tuvieran, el sentimiento de la primera vez de cada cosa sea grande o pequeña que ellos hicieran siempre les traía una gran felicidad a sus corazones, sus hijos eran lo más apreciado para ellos, sus razones de vida, además ellos eran lo más valioso que tenían, ya que eran sus tesoros más importantes.

Sus hijos fueron el fruto de su inmenso amor, su acalorada pasión y su deseo de permanecer juntos incluso en sus otras vidas, el sentimiento de amor y deseo parecía incrementar con el paso de los años.

Siendo sus tesoros más adorados, eran de igual forma la mayor debilidad de ambos, por lo que la mayoría estaban conscientes de esto, si querían hacer algo en contra de ellos, la opción más viable y fácil eran actuar contra esos retoños que habían sido cultivados con deseo y amor incondicional.

Perfectos para desencadenar la ira y la locura en esa familia, excelentes para iniciar un plan estratégico de guerra.

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elvis - Sempai 

El doncel del amor y la cultivación 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora