Odio las despedidas

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Delilah ciertamente se estaba divirtiendo viendo a Davina gritándole a Marcel, ciertamente se lo merecía

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Delilah ciertamente se estaba divirtiendo viendo a Davina gritándole a Marcel, ciertamente se lo merecía. Pero ya se había cansado de su pelea así que decidió bajar a dónde se encontraban los Mikaelson

—A las brujas no hay quien las entienda— escucho decir a Klaus mientras se acercaba a ellos.

—No porque las brujas no te quieran significa que todas son difíciles— le dijo ganándose una mala mirada del híbrido.

Los vampiros oyeron un par de golpes que provenían de la habitación te Davina.

—Bueno, la cosa va bien— comenta Klaus con sarcasmo.

—Si pretendías ganarte tu confianza, envenenar al chico que amaba, claramente no fue buena idea— se queja Delilan con enojo— Nunca me cansare de decirte lo idiota que eres.

—Lo siento— era una disculpa más falsas que las de Damon— ¿Hay alguna otra muerte inoportuna que quieran echarme en cara?

—Dame un mes, y te haré una lista— esta vez hablo Elijah sacando una risa de la bruja.

—Empezando por Jenna— comentó la rubia— Y seguida por Carol Lockwood.

Antes de que él contestara, volvieron a escuchar otro golpe proveniente del mismo lugar.

—Jóvenes, viejas, vivas o muertas las brujas son un dolor de cabeza— dijo viendo directamente a Delilah quien rodó los ojos.

—Como si tú fueras una linda flor.

Klaus se levantó de su sitio con molestia dedicándole una sonrisa falsa a la rubia  antes de salir de la sala.

Delilah ve a Klaus entrar en la habitación de Davina y sin pensarlo lo sigue para evitar que le hiciera algún daño a la chica.

—¿Que es este alboroto?— cuestiona molesto.

Pero entonces Delilah y se ven como Davina no puede parar de toser tierra. Rápidamente la rubia corre hacia su amiga para rodearla con sus brazos y acariciar su cabello suavemente.

—Estarás bien— le asegura— estarás bien D.

—Maldita sea— se queja Klaus antes de que todo el lugar comience a temblar a causa de un terremoto.

Los dos vampiros salen de la habitación con confusión mientras Davina le dirige una mirada asustada a Delilah, quien la observa asustada.

—¿Que está pasando?— escuchan a Rebekah preguntar a lo lejos.

—Davina— se queja Klaus dándose la vuelta para entrar a la habitación.

—¡No!— les impide la rubia a los vampiros— ¡lárguense de aquí! Esta asustada y créanme, cuando una bruja que su magia está descontrolada no es bueno que la molesten. ¡Largo!

Darkness: Kol Mikaelson <2>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora