Darkness: Kol Mikaelson <2>

Perdidas y mas perdidas

Después del hospital, todos habían regresado a la casa Salvatore. Kyle había llegado a la mitad de la noche en representación de Kai y el, ya que el último nadie lo quería de la pandilla, pero el sifón tenía que estar ahí para su hermana antes de partir a Nueva Orleans otra vez.

Delilah suspira despertando mirando al techo. No había podido dormir bien, ella quería que todo fuera un sueño del que despertaría pronto. Lentamente se levanta quitándose la manta de encima de ella. Pasando por el suelo entre las personas que habían dormido ahí dirigiéndose a la cocina donde encuentra a Damon con un bloc de notas.

—¿Que estás haciendo?— Delilah le pregunta apoyándose en el mostrador.

—No puedo dormir— comentó sentándose en la mesa de madera mirando a la rubia quien asintió.

—Yo también— murmura tratando de prepararse una taz de café—¿Que estás haciendo?

—Como sabes, tú madre me dijo que escribiera su elogio— comentó— Creo que está tratando de darme una lección sobre mi madre.

—¿Que quieres decir?— Delilah frunce el ceño acercándose y sentándose frente a él con su taza de café en las manos.

—Se suponía que debía dar un elogio en el funeral de mi madre, pero me acobardé en el último minutos.

—Ah si— dijo recordando lo que había escuchando antes— Bueno, está es tu segunda oportunidad. Si mi mamá te pedía que hicieras esto, sabía que no la decepcionarías.

—Si, supongo que tienes razón— Delilah asintió mientras llevaba su taza a los labios.—No se lo que pueda decir para quitarte el dolor, pero no puedes romperte como lo has hecho antes— dice tomando su mano y acariciandola— Pero si quieres sacarlo todo de tu sistema, búsqueme.

—Gracias— Delilah sonrió triste.

—En cualquier momento— dijo apartando la mano y mirando el cuaderno.

Delilah asiente y se levanta para poder salir de la cocina, pero antes de eso se da la vuelta para confrontarlo.

—No te presiones tanto para escribir esto. Habla con el corazón, no lo pienses demasiado. Mi mamá te pidió que lo hiciste es que ella cree que podrás.

—Gracias Lilah— dijo Damon dándole una pequeña sonrisa.

Delilah decide salir al jardín, donde podía escuchar la naturaleza en todo su esplendor y poder relajarse, cosa que no conseguía así que decidida cerró sus ojos y empezó a murmurar un hechizo de relajación que Kai le había enseñado recientemente. Pájaros comenzaron a volar alrededor de ella, su sonido era bastante relajante, ya no se sentía tan tensa como minutos antes.

—Son bonitos— Lilah oye la voz de Caroline haciendo que el hechizo desaparezca y volteando a ver a su hermana que estaba sentada junto a ella—No puedo creer que se haya ido.