🎭; Chuuves IV: Día 8

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—¿Dónde estarás?— Preguntó Chaeyeon, al no tener respuesta dedujo que era obvio —¿En la sala de siempre verdad?... Lo sé, solo si es una emergencia—

—Adivinas muy bien, te daré un premio en comida, además que tengo tarea— Sooyoung le dijo en broma y no esperó más respuestas para irse caminando, por sus espaldas dedujo que las hermanas ya habían  comenzado a caminar al lado contrario

Miró su cuaderno antes de acordarse de colocar su capucha, la mano que llevaba el cuaderno y lápiz estaba a su costado, mientras la otra iba a los adentros de la chaqueta que en esta oportunidad era de algodón. Exhaló un poco de aire desde sus pulmones y se dejó de preocupar por esa apariencia

Sus ojos se cerraron para tranquilizar su interior cuando vio un poco más lejos a algunas de las personas que regularmente la molestaban, solo tenía que pensar que esta vez no dirían nada, hay días y días, como por hábito aferró más el cuaderno a su cuerpo, también el lápiz porque era pequeño y no quería perder el único que tenía, era de esas personas que solo necesitaba uno y no requería de una mochila llena de lápices, solo que los pocos se los habían perdido, quedando con solo uno

Justo como tenía previsto, alguien llegó y botó el cuaderno hacia el suelo de un fuerte golpe, solo le quedó apretar los ojos para después abrirlos y toparse con la misma gente de siempre, que incluso no les sabía el nombre, tampoco tenía interés en saberlos. Esperó un momento esperando que se vayan y pueda recoger más tranquila las cosas que le botaron al suelo, cuando encontró el momento, se agachó para recoger algo lenta, pero sintió esta vez un golpe a sus costados que hizo que cayera y por un poco de suerte no fue tan directamente al suelo, sino que golpeó la pared y terminó con la espalda apoyada en ella sin la capucha puesta

Los otros solo se rieron un rato, mientras ella se quedó ahí sentada mirando a la nada, esperando que se vayan lejos. Al rato solo le tiraron el cuaderno a su cuerpo, golpeó su hombro, rostro y por último cayó en sus piernas. Ya entonces todos ellos se fueron en dirección contraria, se sintió muy lento cada paso que daban, como si faltaran años para que se perdieran de su vista finalmente

Ahora solo le tocó mirar hacia abajo, encontrando con algunas hojas dobladas, pero nada que le fuera a molestar al momento de usarlo. Al pararse para buscar el lápiz es donde comienza a desesperar, por más que buscó con sus manos, cuidando no estorbar en el paso del resto de estudiantes, no lo encontraba, ¿A dónde pudo ir a parar?

Llegó a la conclusión que uno de ellos se lo debe haber llevado para hacer su vida aún más díficil que de lo que ya era. Solo le quedó suspirar ante la información obtenida por deducción, pararse por completo y limpiar su ropa vieja con sus manos.

Ahora sí que llegó a esa sala donde siempre estaba, no había nada cambiado, ni las sillas, ni el resto del desorden conocido. Se apoya en la pared para comenzar a descender hasta llegar al suelo, ahí se colocó a pensar, miró por un momento más al cuaderno, ¿Ahora cómo se suponía que iba a hacer la tarea si no tenía el lápiz?

Su idea brillante era solo leer las preguntas, responder en su cabeza a ellas y rezar para que cuando esté en el salón, se acuerde de las respuestas y las pueda anotar con algún lápiz prestado. Por alguna razón, su concentración dejó las hojas y se fue a cualquier otro lado menos ese planeta, se fue hacia donde su vida sería mejor, si de verdad lo que estaba sintiendo era estar viva

De la nada comenzó a llorar, tampoco es como que fuera de la nada, sabía de dónde venía, desde el fondo de su corazón. Cubrió su rostro que inició a llenarse de sus lágrimas, a callar cada silencioso lloroso, nunca lloraba, lo único que no sabía era por qué esta vez le estaba afectando tanto cuando nunca lo hizo. Nunca le importó, porque lo estuvo ignorando todo el tiempo

¡Vecina, Su Hija! /LOONA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora