22.- Haseul lo sabe, Haseul se cuida

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Un día libre para Haseul. Era todo lo que ella soñaba, pero no de su trabajo, ella se sentía bien con su trabajo. El día libre que pedía, era sobre otra cosa

—¡Jinsoul atrápalo!— un suspiro fue lo único relajante que Haseul pudo hacer antes que escuchó a su vecina gritar a unos metros de ella

—¡Allá voy!— Jinsoul como se lo pidieron, tomó el salvaje conejo entre sus manos, Heejin rápidamente se acercó hasta ella para asegurarse que Jinsoul lo agarró perfectamente

—¡Eso es, Jinsoul!— Heejin le celebró a la vecina, golpeando de su espalda despacio —Lo lamento, a veces no sabe hacia dónde se dirige—

Haseul tiene un trauma con ese conejo, y uno grande. Recordaba como Kahei llegó corriendo persiguiendo este a su casa, la única forma en que lo atraparon es que Yeojin extendió sus brazos y el conejo parece haber sido atraído hacia ellos. Apesar de que eso fue tierno, lo más tierno que ha visto, el desorden provocado no lo era

—Oh... ¡Hola Hansel!— Heejin saludó con el conejo en mano

—Es Haseul— le respondió de mala gana por el error

—Lo que sea— Heejin hizo un gesto con su mano para restarle importancia al pequeño (para ella) error —¿No quieres conocer al conejo?, ¿Ser amigos apara toda la vida?, ¿Divertirse...?, ¿No...?—

—No— antes de responder miró con mala cara a Heejin

—¿Por qué no?— Heejin le hizo un puchero y mostró al conejo

—Porque te recuerdo que ese conejo invadió mi casa, la desordenó y la ensució— Haseul estaba bien apoyada en la cerrada puerta, buscando el momento para salir del pasillo y caminar por ahí

—Eres una persona muy fome— opinó Heejin —Todo es tu culpa y la de tu esposa por no aprender que la puerta se deja cerrada siempre, deberías conocer a que locas tienes de vecinas—

—Al menos lo reconoce...—

—Te voy a llamar Haseul la puerta abierta— Heejin levantó más al conejo como si fuera rey león

—Ahora por ustedes dejo la puerta sellada, me aseguro que esté bien cerrada y estoy pensando seriamente que tengamos que instalar una cámara muy pronto— Haseul apuntó a su puerta cerrada

—Eres una exagerada, eso es de locas. Eso significa que eres igual de nosotras, unas locas— se quejó Heejin mirando con una mueca a Haseul 

—Creeme que cualquiera lo haría si sabe lo locas que son sus vecinas, no es de locas, es de asegurarse la vida—

—Uy sí, pero yo encuentro de loca dejar la puerta abierta y dejando a tu hija a cuidado de una extraña con otra extraña pequeña... Como yo— Jinsoul se señaló a sí misma

—No sé qué nivel de confianza me dio en ese momento— Haseul en ese momento se golpeó porque recordaba que la primera vez que vio a Jinsoul fue cuando olvidó que dejó a Yerim adentro de la casa y ella no tenía llaves para entrar. No sabía cómo después se le ocurrió dejar a Yeojin con ella y luego confiarse de ella mientras las niñas jugaban, ¿La presión tal vez?, ¿El clima?

De todas formas sabía que recurriría a ella otra vez, porque de seguro sería necesario y no le queda de otra

—Bueno... Ahora te divertirás con el conejo— Heejin se acercó para ofrecerle este a Haseul

—No, no quiero tú sucio conejo— Haseul se negó rápidamente, no podía retroceder más y eso la alteraba un poco

—Vamos, no te hará nada— Heejin insistió cada vez más cerca

—No...— Haseul ya no pudo hacer nada más, tuvo que tomar el conejo entre sus manos y sujetarlo porque se lo dejaron en estos mismos —Eh... Hola, conejito..—

—Se llevan bien... Eso significa que está todo bien— Heejin se fue alejando estratégica, miró a Jinsoul que la entendió de inmediato y se apresuraron —¡Jinsoul, cierra la puerta ahora!— en segundos, las dos estaban dentro de la casa, cerraron la puerta y dejaron a Haseul afuera, con el conejo en sus manos

—¿¡Qué!?, ¡No!— ya era demasiado tarde, la puerta se cerró —¡Oye idiota, me las pagarán las dos!— gritó a nada de sacar humo por las orejas

Ahí quedó Haseul, con un conejo. Tocó la puerta mientras con la otra mano sujeta al animal y no había ninguna respuesta

—¿¡De verdad acabas de dejar tu mascota conmigo, sin ningún miedo!?, ¡Puedo hasta matarlo!— Haseul decía algo muy cierto, pero ella no era capaz de hacer eso

Lo último que se le ocurrió, que sería la mejor solución, es volver a su casa. Al entrar, su hija la miró extrañada, primero por su llegada tan temprana a la casa y después se dio cuenta del conejo. Cuando estuvo frente a la pequeña, el conejo inmediatamente saltó hasta llegar a los brazos de Yeojin. Tenía algo de agradecer y eso era que pudiera ver una escena tan tierna. Odiaba y amaba a Heejin en esos momentos, no lo iba a negar

 Odiaba y amaba a Heejin en esos momentos, no lo iba a negar

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Hola, ¿Cómo están?

Los obligo a que comenten lo primero que se les ocurra👺:

Creo que no tengo mucho que decir, este capítulo fue super improvisado, de repente se me ocurrió y pum lo escribí

Besitos de buenos días, noches, tardes, lo que sea

¡Vecina, Su Hija! /LOONA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora