🍦; Viseul II; Chocolate

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Haseul desde ese día que no puede ver a sus tazas de té o de café iguales, desde ese día que sentía que nada se podía comparar y no quería nada más que no fuera ese mismo latte, de todas formas, por más que el latte fue algo muy exquisito, quería también probar el resto, como el cappuccino por ejemplo, o alguna bebida del lado de las leches, se preguntaba si todo sería igual de bueno

Le preguntó a Jihyo si tenía algo que hacer para volver a trabajar en ese lugar como lo hicieron la otra vez, cosa que hicieron muy bien, pero ella dijo que no. Ahora estaba ahí sin ninguna excusa en camino de nuevo a la cafetería, simplemente iría a tomar algo y probar algo nuevo

Ahora su caminar fue más normal, con más confianza que la del otro día, con mucha más confianza. Entraba más natural, no como si fuera un polluelo que con suerte sabe caminar. Cualquiera que la haya visto el otro día se hubiera dado cuenta de la diferencia, inclusa la forma en que su mano tomó la manilla de la puerta y la abrió para que nuevamente suena la campana que avisaba su entrada

Fue directamente hacia donde Ryujin con la caja registradora. Había una persona delante de ella, por lo que se quedó esperando que sea atendida, parecía ser rápido porque Ryujin estaba sacando una cosa poca de una vitrina, un simple pastel que ha estaba hecho y este lo estaba pidiendo

—Muchas gracias, y que lo disfrutes, vuelve luego— Dijo Ryujin despidiéndose del anterior cliente y retirando todo papel que ya no sirva para continuar, Haseul caminó un poco más al frente haciendo presencia y esperó un tiempo para que la otra terminara por completo —Buenas tardes, ¿Te puedo ayudar en algo?—

—Quiero pedir un cappuccino— En ese momento pensó en algo que le pudiera responder mejor a su duda pendiente del otro día —Del normal, por favor— Aclaró con una sonrisa

Ryujin por un momento miró confusa, por lo general si no decían nada es porque era un normal, pero ahí iba Haseul pidiendo uno normal con la completa seguridad, asegurándose que le vayan a dar uno normal. Anotó eso sin decir nada y tampoco quería darle vuelta

—¿¡No hay nada más!?— Preguntó una chica un poco más allá de ella, llegando a la sección de las entregas y viendo si no había nada

—¡Sakura cállate!— Se escuchó el mismo chico de la otra vez desde adentro en la cocina —Mis cupcakes no se hacen si hay alguien afuera gritando como idiota—

—Perdón, solo hago mi trabajo—

Haseul ignoró esa escena y solo entregó el dinero hacia Ryujin que nuevamente era exacto, también para estar completamente segura, no es que desconfíe de Ryujin, todo lo contrario, estaba segura de ella y quería estarlo aún más, estar segura de cada mínimo detalle

—Esta vez no te tienes que quedar esperando por la bebida— Habló Ryujin con tranquilidad mientras movía el dinero dentro de la caja y después cerrar esta —Aquí está la persona que se encarga de llevarla a la mesa, solo espera en cualquier mesa y llegará en poco tiempo. Ten un lindo día y disfrutalo— Ofreció el comprobante de pago

—Por supuesto—Dijo Haseul y lo último que vio fue nuevamente la forma en que Ryujin se daba la vuelta para acercar el papel con su pedido

Nuevamente el sentimiento de una mirada sobre ella la consume, pero a diferencia de la otra vez, la sentía más directa, miró hacia un lado y se encuentra con aquella chica Sakura, esta solo miraba hacia la cocina, nada sospechoso, volvió a mirar hacia el otro lado y Ryujin seguía de espaldas, pero sin el papel en su mano, buscó por los agujeros que le daban a la cocina y vio al cabello de Sungwoo de perfil, nuevamente no encontró nada que le diga el porqué se sentía así

No le dio más vueltas, continuó su camino buscando una mesa desocupada, encontró una un poco alejada de la cocina y de donde Ryujin estaba parada, se dio cuenta que era perfecta para alguien solitaria como ella y se sentó con total calma como también mucha paciencia

¡Vecina, Su Hija! /LOONA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora