CAPÍTULO 7:

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MARATÓN 3/5

Me levanté a la madrugada en busca del baño, me perdí en semejante suite, la más grande del edificio, no era de más esperar.

Vuelvo al dormitorio, en el que Jean sigue dormido, abro la otra puerta. Es el cuarto de baño, más grande que mi habitación,

Me miro en el enorme espejo. ¿Parezco diferente? Me siento diferente, para ser sincero, estoy un poco dolorido, y los músculos... es como si no hubiera hecho ejercicio en la vida.

En la vida has hecho ejercicio, me dice mi conciencia, que se ha despertado y me mira frunciendo los labios y dando golpecitos en el suelo con el pie.

Acabas de acostarte con él, has entregado tu virginidad a un hombre que no te ama, que tiene planes muy raros para ti, que quiere convertirte en una especie de esclavo sexual.

Ya lo sé, replicó frenéticamente.

Luego de lavarme la cara, salgo del baño y me dirijo a la habitación. Ahí sigue él, se ve tan pasivo y tranquilo. Todo lo contrario cuando está despierto, es una realidad.

-¿Qué pasa Libardo?.- me habló dulcemente, me sonroje de inmediato, me coloqué una camisa de él que estaba tirada en el suelo y solo mi boxer.

-Me dolían un poco las piernas y buscaba el baño.- hablé nervioso.

-¿Qué mierda?.- me acerqué a la cama.- ¿Por qué hay sang...?.- me miró pálido, si podía verse las cosas con la poca luz que entraba por la ventana.- ¿Eras virgen?.- asentí.

Se levantó realmente molesto de la cama, me asustó. Éste hombre puede ser el hombre más tierno y dulce, luego ser el frío empresario. ¿Cómo puede cambiar de humor tan rápido? Es tan volátil... Cuesta mucho seguirle el ritmo.

-¿Por qué no me dijiste?.- gruñó cerca de mí.- Era tu primera vez, yo no merecía tu virginidad, maldita sea.- bufó.

-Me dejé llevar, no lo creí necesario.- dije mientras jugaba con los botones de la camisa nerviosa.

-Fui un puto salvaje...- me tomó por las muñecas.- Si me hubieras dicho te hubiera tratado mejor, no soy el hombre para tí.- se separó de mpi, con sólo unos pantalones sueltos se sentó en la punta de la cama con las manos en la cabeza.

-¿Por qué no serías un hombre para mí?.- susurré.

-Libardo.- me hizo una seña para que me acercara.- Me encantas, pero eres un chico que merece a alguien que te tome en serio... en unos meses vas a ser libre voluntariamente, vas a poder hacer lo que quieras...- sonrió y se levantó.- Mis gustos son algo... diferentes, no lo entenderías.- lo miré confundido.

-Explicame...- susurré.

-Tuve un pasado muy duro Libardo, soy un amo, mis gustos sexuales van fuera de lo normal.- asiento, aunque no entiendo me hago el que lo comprendo.

-Enséñame, que es eso "fuera de lo normal".- mordí mi labio a propósito.

-Deja de morderte el labio. Me desconcentras, y resulta que me he dado cuenta de que no llevas nada debajo de mi casa, y eso me desconcentra todavía mas. Me dan ganas de cogerte y según tú estás adolorido.- lo miré sorprendido y ruborizado.

-No me cambies de tema...-ahora él me miraba sorprendido.

-Eso es lo que me gusta de vos...- puso una mano en mi cintura.- Vas de frente.- rodé los ojos, puso una mano en mi mejilla apretándola fuertemente.- No me ruedes los ojos, te voy a dar unos azotes la próxima vez que lo hagas.- bajó su mano de mi cintura a mi trasero y lo apretó.- Ésto es mío.- reí, besó rápidamente mis labios y tomó mi mano.

50 SOMBRAS DE GREY- LIEAN (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora