CAPÍTULO 38: "Mi amor".

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Salgo después de unos segundos, las luces del bar impiden que alguien se dé cuenta de lo que acaba de pasar. Jean está en la mesa anterior con mi madre y Bob, él se ríe mientras que charlan de manera entusiasmada.

Me acerco a la mesa, me siento al lado de Jean.

-¿Qué tal te fue en el juego, Bob?.- le pregunto.

-Perdimos, pero porque hicieron trampa.- se queja y mamá ríe.

-Hay que aprender a perder cariño.- le dice.

-¿Verdad que si?.- digo mirando a Jean, el cual sonríe.

-Espero que no le moleste si me robó a su hijo está noche.- dice mirando a mamá.

-Siempre y, cuando lo traigas sano y salvo.- sonríe dulce.

-Por supuesto señora, es lo que mejor que tengo en mi vida.- un cosquilleo extraño se produce en mi vientre, mis mejillas deben estar como tomate.

-Se ven muy lindo juntos.- chilla mi madre, Jeancito toma mi mano y deja un tierno beso en ella.- Creo que nos veremos en la casa Libardo.- me guiña un ojo.- Vayan antes de que se les haga más tarde.- hace un gesto con sus manos.

-Gracias por corrernos mamá.- río y me levanto de la silla.

-Te quiero cariño.- sonríe pícara y me despido.

Caminamos hacia la salida del bar, Jean coloca la mano en mi cintura acercándome a su costado.

-Lamento no haber mencionado, me encanta tu bronceado.- deja un beso en mi cuello.

Levantó la vista hacia donde está mirando, un grupo de hombres miran atentos hacia aquí.

-¿Los conoces?.- pregunta y niego con la cabeza .- Voy a matarlos si no dejan de desnudarte con la mirada.- me da un húmedo beso en el cuello.

-Tu eres el único que puede desnudarme en realidad.- acaricio su mejilla.

-Vamos, te tengo una sorpresa.- salimos del club y caminamos hacia el coche.

-Señorito Isaza, un gusto volver a verlo.- dice Robert.

-Igualmente.- sonrió.

-¿A dónde vamos señor?.- pregunta una vez que estamos dentro.

-A los muelles.- lo miro sorprendido.

-¿Muelles?.- digo con un hilo de voz.

-Te encantarán.- asiento con la cabeza y la apoyo en su hombro.

-Me hechizaste Libardo, estoy embrujado por ti.- murmura en mi oído.- Me encantas demasiado, como nunca nadie.- busca mis labios y deja un beso dulce.- Te quiero.- sonrió.

-Yo también.- arquea una ceja.

-¿Tú también qué?.- pregunta.- Dilo.- insiste.

-Yo también te quiero.- acaricio su mejilla y lo beso cortamente.

-Hemos llegado.- anuncia Robert.

Jean baja y me abre la puerta, al bajar una fresca brisa y olor a humedad de mar llega. Está completamente de noche, caminamos por la arena.

-Ve a divertirte Robert, buscamos aquí en dos horas.- le informa Jean, el primer nombrado se retira y nos deja solos.

-¿Qué vamos a hacer?.- pregunto, no responde.

Lleva las manos a su corbata y la retira

-Hay personas aquí.- me quejo, viendo como unas chicas realmente hermosas con un hilo de bikini miran a Jean.- ¿No te molesta si las ahogo en el mar.- digo entre dientes tratando de caminar hacia ellas, me toma por la cintura para detenerme.

-Mi amor.- giro mi cabeza al estilo exorcista al escucharlo decir esas dos simples palabras. Hasta él parece sorprendido de lo que acaba de decir.


50 SOMBRAS DE GREY- LIEAN (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora