50 SOMBRAS DE GREY- LIEAN (ADAPTADA)

CAPÍTULO 25: "Cumpliendo tus reglas".

MARATON 1/6

Luego de comer algo - que me pagué yo - camino de nuevo hacia la habitación, no me importa que Jean esté enfadado. Yo lo estoy más, echo humo por la nariz, no puedo creer que haya tratado de castigarme negándome sexo.

Después de que estoy metido en todo esto gracias a él, aunque no puedo culparlo del todo. Yo firmé ese maldito contrato sabiendo a qué me exponía, ahora estoy en nada más, ni nada menos que en ¡Grecia!. No tengo pasaporte para volver, ni dinero y si, estoy a merced de Jean, mierda y más mierda.

Abro la puerta de la habitación, Jean corre hacia mí y me abraza.

-Perdóname Libardo, por favor.- dice con la cabeza hundida en mi cuello.

-¿Qué?.- pregunté sin creerlo.

-No voy a repetirlo dos veces.- ríe.- Pero va en serio, quiero ser mejor y lo único que hago es cagar todo.- se separa de mi y me toma por las manos.- Hagamos un trato...-

-Oh no, sé cómo empieza esto.- trato de separarme pero su agarre me lo impide.

-Vamos, por un problema no vamos a terminar nuestra relación. Si las cosas fueran así, no habrían parejas que duren más de una semana.- acaricia mi mejilla.- Te quiero Libardo, y lo acepto.- abro los ojos sorprendido.

-Yo también te quiero Jean, pero no estoy dispuesto a soportar esos castigos a los que acostumbras darles a tus sumisos. Quizás no soy suficiente para tí o...-

-Te equivocas, eres mucho para mí.- le doy una media sonrisa.

-¿Qué se supone que haremos?.- pregunto.

-Hum..., ¿comiste?.- pregunta y asiento, besa mi mejilla y se aleja.- Yo no, así que pediré comida, ¿deseas algo?.- pregunta.

-No, gracias.- me acerco a él y pongo mis manos a cada lado de sus mejillas.- Solo te deseo a tí.- sonríe y pone sus manos en mi cintura.

-Yo también, solo a tí... y a un poco de sushi no te pongas celoso.- reímos y no considero normal sus cambios de humor.

Pero después de todo, ¿Quién es normal?.-

Al día siguiente...

-¡Jean, vamos muero de ansias!.- grito desde la puerta.

-¡No encuentro mi corbata!.- grita y sonrió.

Camino hacia la cama, busco debajo y saco la corbata.

-Creo que te la olvidaste ayer aquí.- digo acercándome a él y pasándola por su cuello.- Me encanta esta corbata.- muerdo mi labio inconsciente.

-Vuelve a morder ese labio hermoso y te sacaré ese bonito traje.- una de sus manos se pierde en mi cintura.

-¿Dónde aprendió a hacer tan buenos nudos, señor León?.- preguntó sonriente y ajusto la corbata.

-Bueno, señorito Isaza. Todo comenzó en Nueva Orleans, cuando mis padres a los doce años me llevaron a pescar. Noté que me encantaban los barcos, así que en ese se requiere una gran habilidad con los nudos... Fin.- una risa sin humor sale de mis labios.- ¿Sucede algo?.- pone su mano en mi barbilla para que lo mire.

-Con papá también íbamos a pescar cuando era niña, una vez me caí al agua y me estaba ahogando. Papá salto y me salvo, no lo quería antes... porque era mi padrastro y se acaba de casa con mamá. Pero cuando arriesgó su vida para salvarme nuestra relación mejoró extremadamente, aunque él ya no está con mamá... vino a mi graduación, siempre estuvo.- acaricia mi mejilla.

-Te quiere mucho, el día que lo conocí me dijo cuánto te amaba y a pesar de que su ex esposa ya no estaba con él, el cariño que siente por ti es mucho más grande. Me amenazó que no te hiciera sufrir.- abro los ojos sorprendido.

-¿Te-te amenazó?.- tartamudeo.

-Me dijo "Cuida a mi hijo, si lo veo sufrir me convertiré en tu peor pesadilla", te seré sincero el tipo daba miedo.- soltamos varias carcajadas cuando nuestra risa para nos miramos.

-No puedo creer que estoy en Grecia contigo, es demasiado para mí. Nunca supuse que entrar a tu empresa a trabajar cambiaría mi vida de ésta forma, que terminaría aceptando cosas que nunca imaginé y aquí estoy, la relación jefe barra empleado se fue al carajo.- sonrió y acarició su mejilla.

-Estoy aquí, cumpliendo tus reglas.- me pongo de puntillas para unir nuestros labios.- Te quiero.- murmuró contra ellos.