MARATON 3/6
Salimos del coche y entramos a otro hotel, debe ser sofocante que los periodistas te persigan a todos lados. No puedes vivir tranquilo, más Jean que tiene todo lo que tiene gracias a su trabajo.
El ascensor va directamente a la suite, llevo mis manos a las mejillas de Jean y estampo mis labios contra los suyos. Retrocedemos fuera del elevador, introduce su lengua a una guerra con la mía. Me acorrala contra la pared mientras que sus manos no dejan centímetro de mi cuerpo sin recorrer, su celular empieza a sonar arruinando el momento.
-Jean.- gimo cuando se separa a ver su celular.
-Dame dos minutos.- camina hacia el ventanal de vidrio.
-Por favor.- gruño y tiro mi bolso en el sillón.
Empiezo a hacer un recorrido por el lugar, tiene dos habitaciones gigantes. Una cocina ejemplar, pero hay algo que me llama mucho la atención.
Una mesa de billar, hace mucho no jugaba a esto. La curiosidad se apodera de mi y empiezo a tocar varias cosas.
En el centro de la mesa las bolas están entre un triángulo de hierro, lo retiro y tomo uno de esos tacos para jugar.
-¿Qué haces aquí?.- pregunta Jean entrando al lugar.
-Me hiciste esperar.- contesto.- Ahora es tu turno.- suspiro. Niega con la cabeza y apoya las manos en la mesa.
-¿Eres bueno?.- pregunta.
-Algo.- me encojo de hombros.- Deberíamos apostar.- saco mi lengua y humedezco mis labios.- Si yo gano, iremos al cine.- ríe.
-¿Y si gano yo?.- su sonrisa es divertida y me alegra.
-Lo que tú quieras.- me acomodo para pegarle a la bola.
Sonríe y camina hacia el estante sacando otro taco, se acomoda en la mesa y espera a que comience.
-Abre.- murmura.
-Bien.- suspiro y me coloco para pegarle a la bola blanca, pum.
Golpea en el medio y todas las bolas se expanden, la única que cae en el agujero es la azul.
-Lisa.- sonrió. Vuelvo a golpear y cae la roja. Otra vez y cae la naranja.
Camino hacia donde está Jean, para golpear la siguiente bola debo agacharme. Lo hago intencionalmente coloco mi trasero en frente de su entrepierna, escucho como gruñe y me preparo para seguir. Acaricia mi muslo desconcentrándome.
La bola blanca se pierde en la mesa y no tira ninguna, "carajo, es su turno".
-Ay, ay, ay.- se burla.
Se acomoda y golpea la bola, hace caer dos en el agujero en un solo movimiento. Tira dos bolas más y finalmente falla en una.
Seguimos así hasta que nos falta la última bola.
-Me gustaría unas palomitas de maíz salados.- esboza una sonrisa pero trata de ocultarla. Golpeo la bola... "¡Mierda!" la blanca también cae en el agujero.
-No.- exhalo.
-Espero que sepas perder.- sonríe.
-Depende de cuánto vayas a azotarme.- murmuro.
-Uh.- le da una media vuelta a la mesa y se acerca mucho a mí.- Quiero ser muy rudo contigo.- agarra su cabello.
-Entonces sé rudo conmigo.- murmuro.
Me agarra del brazo y me pone boca abajo sobre la mesa de billar, gimo y coloco mis manos para no golpearme.
Separa mis piernas con sus pies y escucho el botón de su pantalón desprenderse, muerdo mi labio y siento como corre mi pantalón junto con mis boxers.
De un solo golpe me penetra, gimo a no dar más. Me agarro del césped sintético de la mesa para aguantar las embestidas.
-Jean.- gimo.
-Haz eso, gime mi nombre.- murmura en oído.
-Je-jean.- lo siento más adentro de lo usual.
Sigue con sus embestidas hasta que ambos llegamos al límite, suelta un grito ahogado y cae en mis espaldas.
-Rápido, duro y rudo, me encanta.- murmura en mi oído.
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50 SOMBRAS DE GREY- LIEAN (ADAPTADA)
Fiksi Remaja"El llegó a su vida para darle un giro inesperado y salvarlo de sus sombras, él atropelló sus pensamientos de la vida en la ciudad y ahora tendrán que luchar contra todos para cumplir su objetivo". «Ser felices, juntos».