CAPÍTULO 10: "Un gusto conocerte"

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Tomé mi celular y tecleé un mensaje al número de Jean.

De: Libardo

Para: Jefe Jean

"Fue un gusto conocerte.19:56.✓".

Le haría una bromita.

El timbre de la casa me interrumpió mi momento de shock, sacudí la cabeza y cerré los ojos tratando de volver a la tierra.

Con el pijama caminé a la puerta y abrí era Naim.

-Hola amigo.- chilló, besó mi mejilla y entró al departamento.

-Hola Naim, ¿qué te trae por aquí?.- me abracé a mí mismo.

-¿No puedo venir a visitar a mi mejor amigo, carajo?.- fruncí el ceño y el rió.- Está bien, tengo algo para contarte.- sonreí, siempre necesita algo.

-¿Algo para tomar?.- buscó en su bolso y sacó una botella de vino caro.

-Tarán.- negué con la cabeza riendo y me dirigí a la cocina.

Saqué dos copas y caminé nuevamente al living. Luego de varias copas, me decidí a hablar.

-Ahora cuéntame, ¿qué pasó?.- el rió, estaba ya muy ebrio.

-Viste este... el primo de tu novio.- asentí.- Anoche me acosté con él.- llevé las manos a mi boca.- No me mires así, lo encontré en un bar... no sabía que era Orson, no lo reconocí.- asentí.- Fuimos a la casa en Seattle de mi padre, y bueno tuvimos sexo.- lo dijo tan normal y despreocupado, pero no me sorprende.

-¿Y...?.- hablé.

-No sé, pero me encantó.- rió.- ¿Y vos qué onda con el frío maniático del control?.- me sonrojé.

-Em... normal, tengo que tomar una decisión...- le dije mientras jugaba con mis dedos.

-¿¡Te pidió matrimonio!?.- gritó.

-No, Naim.- reí.- Quiere que me vaya a vivir con él...- susurré.

-¿A capital?.- habló y asentí.

-Si, a su mansión.- él ahogó un grito en el almohadón.- Y me regaló un Audi rojo.- abrió los ojos como platos y gritó como loco.- Le dije que sería sólo un préstamo, no me gusta recibir cosas que no pague.- el rodó los ojos.

-Es tu novio, puede regalarte las cosas que él quiera.- negué con la cabeza.

-Que sea mi novio no significa que tenga que darme regalos de ese monto.- el rió.

-Vamos a ser familia.- reí.

-¿Quién sabe?.- me levanté y fui a dejar las copas vacías en la cocina.- Ahora quedate a dormir, estás muy borracho.- el asintió riendo.- Podés dormir en mi habitación, yo en el sofá.- negó.

-Es tu casa, yo duermo en el sillón no te preocupes.- asentí.- ¡Hasta mañana!.- se lanzó en el sofá, me dirigí a el pero ya estaba roncando.

Caminé con flojera hasta mi habitación, junté varias prendas que estaban tiradas en el suelo y las doble en los cajones. Luego tendí mi cama y por fin me acosté, mis sueños con el señor empresario Jean Carlo León se interrumpieron porque alguien prendió la luz.

-Señorito Isaza.- habló, vestía unos jeans desgastados, una camisa blanca con algunos botones desprendidos y unos zapatos negros. Me miraba ceñudo, su rostro era impenetrable.

Me dió miedo.

-¿Qué hace aquí?.- miré mi reloj de bolsillo, 23:59.- A ésta hora...- susurré.

50 SOMBRAS DE GREY- LIEAN (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora