―Mi nombre es Samara Weaving, seré tu acompañante terapéutica ―. No hay respuesta. Supongo que ella no entiende español, así que intento repetirlo en el inglés acartonado que aprendí en el reformatorio y que, se presume, manejo ―. My name's...
―Ya sé quién sos ―interrumpe ahora, dándose la vuelta. Me mira a la cara y entrecierra los ojos con claro desdén ―. No me interesa lo que tengas que decir o hacer, ni siquiera pedí por vos, ¿Escuchaste? Go away.
Me quedo sin habla por unos cuantos minutos, casi en shock. Tiene una voz melodiosa, pero el veneno que destila es bastante paralizante. Su cabello corto hace un par de movimientos, brilla bajo la luz del sol que se infiltra por el enorme ventanal casi abierto.
Espero a que la sorpresa baje y luego, hago un gesto con mi cara. No sé qué hacer o qué decir, me rechazó de plano sin siquiera escuchar lo que tengo que decirle. Así que, decidida, me acerco al vidrio y la miro desde mi altura, aunque es muchísimo más alta que yo.
―Escuchame, querida, me metieron a trabajar con vos porque formás parte de mi programa de reinserción social, ¿Entendés? Entonces, mejor que colabores a que te portes como una forra. No tenés idea de quién soy o qué tuve que hacer para estar acá, así que mejor colaborá y, si nos llevamos bien, va a ser más ameno para vos.
―No me interesa.
―No me toqués los ovarios, nada más ―. Anuncio con una voz rasposa.
―¿O qué? ¿Vas a encerrarme en el baño? ―se ríe con cinismo y casi que puedo entender cuánto odia su situación. Lo haría si no se comportara como una pendeja malcriada ―. Por favor, ¿Qué mierda hiciste para terminar acá?
―Cosas que no vienen al caso.
―Te di la oportunidad para que hablaras, pero no quisiste... Now, you're so fucked up ―. Se encoge de hombros y me da la espalda.
―¡No tengo que explicarte mi vida!
―Tampoco me interesa una buena para nada como vos ―. Su pose sigue siendo erguida y altanera.
Tengo muchas ganas de meterle una trompada para que aprenda a no joder con minas como yo. Dije que no soy buena para las primeras introducciones, pero nadie me avisó que esta boludita es así de gila.
―Menos me interesa saber de una fracasada ―. Sonrío con cierta saña cuando se voltea y me mira más que ofendida. Al parecer, le toqué una venita muy interna ―¿Qué? ¿Te molesta que te escupan las cosas a la cara? Seguro que vivías una vida re cómoda antes de morir, ¿No?
―Calláte ―. Se ofendió. Estoy segura de que, si estuviera fuera de ese vidrio, me arrancaría los ojos ―. You know nothing 'bout me, moron...
―Entonces, ¿Por qué sacás conclusiones rápidas y baratas sobre mí? ―suavizo la voz un poquito ―. Vengo a ayudarte, no a arruinarte la vida...
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Ciencia FicciónLas vueltas de la vida nunca son lo que parecen. Andrea es una ex convicta con un pasado difÃcil, a quien le toca hacer horas comunitarias como acompañante terapéutica en un centro de investigación que pertenece al Ministerio de Ciencia, TecnologÃa...