𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎: 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐴𝑛𝑛𝑎/𝑒/𝑙𝑖𝑠𝑠𝑒 𝐵𝑢𝑡𝑡𝑜𝑛

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26 de enero de 2020

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26 de enero de 2020

No es la primera vez que nos presentan a alguien a lo largo de los últimos cinco años. Digo, "me presentan". A pesar del resto de los idiotas que tuve que aguantar, ella parece agradable. Me gusta cómo habla con ese acento raro y sus modismos carcelarios, no se asusta y siento cierto placer al escuchar que su corazón se acelera, no por miedo sino porque nos miramos fijamente y lamo mis labios.

Ojalá pudiera entrar en su cerebro y ver qué es lo que está pensando con tanto detenimiento cuando no hablamos. Esa noche luego de conocerla, no pude sacármela de la cabeza. La traté mal, la hice llorar y me sentí horrible, una verdadera hija de puta. Durante horas, la culpa me carcomió lentamente.

Eso no sucede con regularidad, realmente disfruto hacer daño a otros imbéciles.

Se supone que es una persona fuerte y de convicciones férreas, pero cuando la vi con sus ojos llenos de lágrimas, algo dentro de mi corazón volvió a esa extraña normalidad que cubro con tanto odio acumulado.

Repito, no es la primera vez que tenemos compañía, pero Samara es diferente. Suena tan trillado que me da arcadas, pero presiento que puedo confiar en ella.

Me gustaría hacerlo, darle un abrazo y confirmarle que todo estará mejor. Tuvo un horrible pasado como el mío... No obstante, ni siquiera puedo con mi propia vida, menos seré capaz de hacerme cargo de alguien dos años mayor que yo.

El sueño de anoche fue tan raro...

Se trataba de una de las tantas películas en las que trabajé.

A cambio del idiota con el que tenía que actuar, me presentaron su reemplazo, puesto él salió en los medios porque era un adicto a las metanfetaminas. De hecho, lo era y muchas veces me intentó convencer que tomara algunas de sus bolsas de regalo a cambio de sexo, algo a lo que me negué rotundamente.

Ya bastante tenía con el alcohol que había en esas fiestas que celebraban cada tanto en la mansión de uno de los tantos directores. Sin que lo notara, metieron bebida en la gaseosa y grabaron mis reacciones; videos que espero nunca salgan a la luz.

Borracha soy...

Ugh...

En fin, era obligada por mis padres, ya que querían que tuviera buenos contactos.

Ellos no sabían el descontrol que se armaba y las de veces que tuve que esconderme detrás de un mueble hasta que todos terminaran de hacer lo que sus cuerpos les pedían. Cuando estaba viva, no fue la primera vez que encontré en la cama a chicas de mi edad o mucho más pequeñas con hombres adultos o mayores, casi ancianos.

So fucking disgusting...

Con tal de que tuviesen un buen papel en una película de renombre, sus padres eran capaces de cualquier cosa. Lo mismo sucedía conmigo, pero seguía firme en mis creencias religiosas que padre había olvidado una vez que probó la buena vida de los ricos.

𝐴𝑛𝑛𝑎/𝑒/𝑙𝑖𝑠𝑠𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora