Despierto en medio de la noche, justo cuando alguien toca mi brazo. Luego de la vida que tuve, obviamente mis reflejos son rápidos y las reacciones, no tan gentiles. Atrapo esa mano con la mayor de las fuerzas y miro hacia la negrura.
―Tranquila, Andrea, soy yo... ―creo sentir una tierna caricia en mis cabellos para calmar el ambiente y reconozco la voz de Anne a la perfección. Aún confundida, contemplo hacia arriba ―vení, no podés dormir en esas sillas, te vas a caer.
―¿Anne? ―no puede ser cierto.
¿No se supone que es imposible que salga?
―Vení... ―me incorporo mientras me guía. Noto que el vidrio desapareció y que entro en su habitación, porque me choco con el minicomponente sin querer ― despacio, no tienen que darse cuenta...
―Pero, ¿Qué...?
―Estaba esperando a que se hiciera de madrugada, pero ya no oigo más movimientos ―. La noto sonreírme con esa honestidad y gentileza de siempre y está cerca de mi cara porque puedo percibir su suave respiración ―. Son las once y pico, ya a esta hora se van todos a dormir. Te llevaré a las sillas a las siete de la mañana, antes de que se levante el laboratorio completo. Las cámaras no son tan buenas, no registran lo que sucede a la noche.
Aún no entiendo lo que está sucediendo, ¿Cómo fue que no escuché que el vidrio se subía? ¿Por qué está haciendo esto?
―¿Vas a comerme? ―susurro de manera estúpida, para aliviar el ambiente.
La oigo reírse entre dientes.
―Usá este camisón, así no ensuciás tu ropa. Mañana te daré otra, aunque te quede grande. Cambiáte en el baño, lo preparé para que puedas darte una ducha. Podés encender la luz y tomarte el tiempo; ni te gastés en limpiarlo ―. Sus dedos vuelven a acariciarme el cabello con una cadencia preciosa ―. Mañana lo hago, tranquila... Decíme, ¿Te gustaría un vaso de agua? No comiste ni bebiste más nada después de lo que pasó...
De todas las cosas más locas que me han ocurrido en este laboratorio, el simple hecho de que Anne se haga cargo de una idiota como yo, es lo más alto de mi "rarocosómetro". Espero a que me indique donde está todo y puedo notar que sus ojos parecen casi brillar en la oscuridad. Son profundos, cálidos y muy sobrecogedores; me agradan y por supuesto, no generan ningún miedo.
Simplemente, me siento confundida por todo.
Mientras me desvisto en su baño de lujo, porque tiene hasta un jodido jacuzzi, me miro rápidamente al espejo. Veo las marcas de la piel, y trato de cubrirlas casi con desesperación; tanta que los ojos se me llenan de lágrimas. Espero que el escote del camisón sea grande, la mayoría están en la espalda, son muy visibles y, si llega a darse cuenta de ellas, preguntará...
...y no sé si esté preparada para explicarle ciertos detalles de mi vida.
Al fin y con un suspiro nervioso, me relajo en esa cálida y deliciosa agua. Veo que preparó algo con sales naturales y rosas, porque el aroma es delicioso.
ESTÁS LEYENDO
𝐴𝑛𝑛𝑎/𝑒/𝑙𝑖𝑠𝑠𝑒
Bilim KurguLas vueltas de la vida nunca son lo que parecen. Andrea es una ex convicta con un pasado difícil, a quien le toca hacer horas comunitarias como acompañante terapéutica en un centro de investigación que pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología...