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Itachi Uchiha, un jóven de 26 años, polímata especializado en la historia del arte y psicología, profesor en estudios de arte en la universidad de Tokio, el cual en sus días libres ofrece clases de dibujo para ayudar a las personas con problemas...
Eran las vacaciones de verano, en esta temporada usualmente me dedicaba de lleno a mis "pacientes" puesto que llegaban más de lo normal que en un semestre. Mis días se habían convertido en despertar, darme una ducha, almorzar y dar clases de dibujo, raramente hacia algo más en mis días, así que el día de hoy decidí hacer algo diferente pero que se me hiciera cómodo, decidí ir a una cafetería para pasar el rato.
Llegué a una pequeña cafetería que recién estaba abriendo su turno, lo cual me pareció excelente por qué no habría tanta gente, así que me adentré en ella, lleve un libro para distraerme y por unos momentos me perdí en mis pensamientos.
Después de unos minutos, una presencia se acercó a la mesa, era la mesera que se encargó de dejar el menú, levanté ligeramente la vista para alcanzarlo y seguí en lo mío.
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La mesera se acercó para tomar mi pedido y ahí perdí la razón, mi vista se levantó lentamente enfocando a una hermosa jóven de cabellos rosas largos, con unos hermosos ojos verdes y blanca como la nieve.
Me recordó inevitablemente a la niña que conocí en el hospital cuando era pequeño, pero.. era imposible que el destino sucitara casualidades así.
La chica se percató de mi cara de asombro mientras preguntaba por mi orden, no queriendo incomodarla me dispuse a pedir un café americano con un pastel de zanahoria.
Ella asintió recogiendo el menú y desapareciendo. Quise detenerme a pensar en lo irónico mientras volvía a mi libro, no tuve mucho éxito en seguir leyendo ya que cierta pelirosa se metió en mis pensamientos, la verdad era muy bella, sin embargo, no estaba interesado en una relación sentimental o algo por el estilo, simplemente quedé sorprendido, si es que era ella, sería demasiada casualidad para ser cierto así que lo dejé pasar sin tomarle mayor importancia.. o eso creí.
La chica se acercó nuevamente después de un ligero rato a dejar mi orden y pasar a retirarse. La gente comenzó a llegar al local, y sin darme cuenta estaba espiando un poco a la chica mientras se encargaba de atender a los demás clientes. ¡Que va!, seguramente me veía como un pervertido mirándola tanto, pero la verdad es que me daba curiosidad su rostro, era un rostro tan inexpresivo como el mío que era inevitable no pensar en que pasaba por su cabeza, si algún defecto tengo es intentar analizar a las personas por su mirada y ademanes pero esta vez en particular no lograba entender.
Antes de seguir con ese juego de detectives, miré mi móvil percatandome que ya era la hora de partir, así que llame a la chica pidiendo mi cuenta para retirarme.
Ella se acercó a dejar la bandeja de la cuenta y pude observar que en su gafete decía Sakura, que va, ese nombre le quedaba como anillo al dedo. Sin más pagué y me retiré del lugar.
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Más tarde ese día, me dispuse a preparar todo para mí clase de las 5 p.m., todo iba saliendo bien y extrañamente me sentía emocionado por la clase de hoy, será que encontrarme con ella me hizo pensar en la razón por la que tomé está iniciativa así que me sentía más motivado de lo normal.
Todo transcurrió tranquilamente, fueron dos clases amenas llenas de talento, si algo tenían mis alumnos es que eran muy sensibles y esto lo expresaban claramente en sus obras.
Por la noche, me encontraba divagando en qué cenar sin mucho ánimo de cocinar, así que pedí a domicilio una orden de tonkatsu. Sin más por hoy, mi noche culminó yendo a recostarme a esperar el nuevo día.
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El día siguiente, tenía que ir a realizar unos pagos tempranamente, me alisté y salí temprano a cumplir mis pendientes. En el camino de regreso, para mí desgracia la lluvia se dejó llegar, tuve que refugiarme dentro de una tienda de conveniencia mientras esto se tranquilizaba.
Mirando hacia afuera contemplando el paisaje, me percaté de la presencia de una bella mujer familiar, iba caminando con una sombrilla roja hacia su trabajo, y de nuevo noté esa seriedad en sus ojos.
Paso aproximadamente media hora y la lluvia se calmó, al salir del lugar mi mente comenzó a traicionarme y mi ansiedad me inclinaba a ir a visitar nuevamente la cafetería, ciertamente no habría gran problema puesto que es un lugar que queda de paso a mi hogar, así que sin más me dirigí hacia allá.
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Llegué a la cafetería, siendo saludado por la cajera, me dispuse a sentarme en una mesa cercana a la ventana del lugar contemplando la vista exterior. Me perdí en mis pensamientos y me di cuenta que tenía un menú al lado de mis manos. Busque con la mirada a la pelirosa pero no lograba encontrarla así que miré el menú. No sé para qué me molesto, si tenía planeado ordenar lo mismo así que deje el menú a un costado y me dispuse a esperar.
La mesera se acercó a tomar mi pedido pero al alzar la vista era la misma mujer que me recibió al llegar. Un poco decepcionado le indique mi orden y ella se retiró.
Paso un rato, y de pronto escuché que la puerta del lugar se abrió, dejando pasar a la pelirosa saludando a la mujer que me atendió. Se alcanzaba a escuchar la conversación entre las mujeres:
Sakura: Ino! Perdóname la vida, se me complicó un poco llegar había una fila terrible en el banco y tarde en llegar por la lluvia 😔
Ino: Serás .. almenos llegaste date prisa Saku, cuando termines hazle llegar a la mesa 3 esta orden por favor, voy a comenzar a preparar el pedido de la señora Amaya
Sakura: Enseguida! * Juntó sus manos en una expresión de perdón y una sonrisa.
La pelirosa se comenzó a colocar su delantal y su gafete, disponiéndose a acercarse a la mesa a dejar mi pedido.
La chica levantó su mirada hacia la mía con una mirada incómoda, y como no, si la había seguido con la mirada sin pensarlo. Miré hacía mi costado desviando la mirada un poco nervioso.
Sakura: Aquí tiene jóven, disculpe la demora.
Itachi: M-Muchas gracias
La chica hizo una reverencia y se alejó, que idiota soy seguramente ahora pensará que soy un acosador... En fin, me dispuse a probar mis alimentos y degustar mi café mientras miraba el paisaje nubloso perdiéndose en mi mismo como es costumbre.
Prontamente, recibí una llamada que conteste inmediatamente.
Itachi: ¿Diga?
Shisui: Itachi! ¿Cómo estás?
Itachi: Cuánto tiempo, todo muy bien ¿ y tú? ¿Estas en Tokio?
Shisui: Si, de hecho quería verte, tiene tiempo que no coincidimos, ¿andas en tu casa?
Itachi: No, ando en una cafetería cerca de la casa, si quieres ven acá te mando la ubicación.
Shisui: Si, mándamela, si es cerca de tu casa calculo llegar como en media hora, ¿Está bien?
