CAPITULO 23. Parte 4.

2.2K 102 0
                                    

BÁRBARA

Mentiría si dijera que escuchar tan maravillosas palabras de Daniel no causaba un efecto en mí, admitir que aún lo amaba me había costado demasiado, pero teniéndolo aquí con nosotras era lo mejor, así que esta vez me dejaría llevar y le haría caso a mi corazón.

La verdad me importaba un carajo que cuando regresáramos a Milán tal vez nos volveríamos a distanciar, pero en este momento teniendo a Daniel entre mis brazos era una de las mejores sensaciones del mundo, simplemente estaba feliz.

Daniel me acerco mucho màs a él- si eso era posible- coloco mis manos en su cuello, de inmediato el beso se hizo màs profundo, con mucho màs amor.

-Te necesito Barbi- susurro Daniel en mi oído- quiero sentirme mía, amor

-Pero... Alaia está dentro de esa habitación- dije separándome un poco de él y aprovechando para tomar un poco de aire.

-¿no hay otra habitación?- pregunto mirándome, y pude ver sus pupilas dilatadas, Daniel me necesitaba tanto como yo.

En ese momento deje ir cualquier miedo, cualquier duda, solo me deje llevar, tome la mano de Daniel e hice que me siguiera. Recorrimos el pasillo y ubique la habitación màs lejana que había en la villa. Una vez que llegamos y colocar el seguro a la puerta, no puede avanzar mucho cuando Daniel empezó a besarme, ambos estamos necesitados uno del otro.

Entre besos y caricias poco a poco llegamos a la cama, Daniel siendo muy cuidadoso me recostó, sin dejar ni un segundo mis labios, yo por mi parte no dejaba de acariciar su muy tonificada espalda, me encantaba acariciar a Daniel y poder sentir cada parte de su cuerpo, era toda una delicia.

Poco a poco nos fuimos despojando de nuestra ropa, quedando yo solo en ropa interior y Daniel en bóxer.

-Eres hermosa Barbi- susurro trazando besos en mi cuello- te amo tanto

-Te amo Dani- dije atrayéndolo a mí para besar esos labios que tanto me volvían loca.

Daniel quito mi sostén y acuno mis pechos en sus manos, enviando una ola de placer hacia mi centro, lentamente fue dejando besos por todo mi cuerpo, hasta llegar al elástico de mí tanga, la quito muy lentamente haciéndome sufrir mucho más, yo estaba que moría por sentirlo nuevamente en mi interior ¡necesitaba sentirlo ya!

-Vamos Dani, hazme tuya- dije eso más en un gemido, que como palabra coherente.

Dani se despojó de su bóxer, no sin antes colocarse un condón, se colocó entre mis piernas separándolas, y muy lentamente me hizo suya.

Sentirlo nuevamente dentro de mí, era una sensación maravillosa y a la vez indescriptible, con sus caricias y sus besos me hacía llegar al cielo y ver las estrellas, hacer al amor con Daniel era como tocar el cielo con las manos, Daniel me provocaba cosas que me negué a probar con alguien màs, Daniel había sido el primero hombre en mi vida y estoy completamente segura que será el único, no concebía hacer el amor con alguien que no fuera Daniel.

-Eres mía Barbi- dijo entrando en mí una y otra vez, yo solo podía asentir- dímelo Barbie... dime que eres mía.

-Soy tuya Dani- dije mordiendo su hombro de tanto placer- siempre tuya

Dani entrelazo nuestras manos, haciéndome sentir la mujer más amada del mundo, esa noche no solo estábamos teniendo sexo, esa noche... estábamos haciendo el amor.

***

Después de nuestra maravillosa demostración de afecto- la cual repetimos unas cuantas veces más casi hasta el amanecer- Dani me tenía abrazada no queriendo soltarme nunca màs, estaba completamente feliz de estar así con Dani, sentir su piel contra la mía, me fascinaba, pero debía regresar con nuestra hija, si despertaba y no me veía a su lado se podría asustar, a pesar de estar muy cómoda entre los brazos de Dani, tenía que regresar a mi habitación.

Siempre TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora