*
La semana pasó bastante lenta para mi gusto. Aunque algo divertida debo admitir. Jerry intentó seducir a mi prima, y el terminó siendo el seducido. No deja de hablar de ella, ya me tiene loco.
Mientras tanto Moody está haciendo todo lo posible por averiguar cosas sobre su angelito diabólico. Estos chicos ya cayeron más bajo de lo que yo creía. Ambos parecen unos idiotas detrás de unas faldas complicadas y nada fáciles.
El timbre de salida sonó, hoy es viernes. El bendito viernes. Hoy tendría mi conquista de la semana. Y ahora tenía que verme con ella, para arreglar unas cositas.
—¿A dónde vas tan apurado? —me pregunto Diana.
—Tengo que hacer unas cosas —le contesté.
—Oye, ¿no te enojas si hoy vienen a dormir Anne y Ruby? —dijo ella.
—No, no hay problema. Hoy saldré —dije. Ella sonrió.
—Perfecto primito, te veo luego —besó mi mejilla y apuró su paso.
Salí de salón y divisé a Jenny a unos metros de allí. Con discreción me acerqué a ella y le hice un gesto para que fuéramos al gimnasio. Cuando estuvimos ahí caminamos hasta detrás de las gradas que estaban allí. Ella sonrió pícaramente y tomó mi corbata para cercarme a ella y comenzar a besarme. La miré bien, mientras nuestras bocas se unían.
Pero entonces pasó de nuevo. La que estaba frente a mí no era Jennifer, era Anne. Sus manos se colocaron alrededor de mi cuello y me acercó más a ella. Instantáneamente mis ojos se cerraron y la apreté más contra mí. Como me gustaba besarla, como me gustaba sentir su lengua sobre la mía. Como me gusta Anne... Bajé una de mis manos hasta el final de su corta pollera. La levanté con cuidado. Ella se alejó un poco de mí.
—Espera Blythe, estamos en la Universidad —dijo agitada.
Esa no era la voz, ni el olor de mi Anne. Y al alejarme el espejismo se desvaneció y el encanto se perdió. Ella me dijo algo, y no escuché lo que dijo. Solo acerté a asentir con la cabeza. Se acomodó la blusa y la pollera. Me iba a volver a besar, pero me moví y el beso frío apenas alcanzó la comisura de mis labios.
—¿Qué sucede? —me preguntó.
—Nada cielo, ve tranquila —le dije y me alejé más de ella. Ella frunció el ceño.
—¿Sabes? He notado que a todas nos dices cielo, linda o dulce. Pero solo le dices cariño a Anne.
—No, eso no es así —dije.
—Sí, puedo asegurarte que sí.
—Pues entonces... no nada. Ve, ve, creo que va a ser mejor que esto lo dejemos para otro día.
—¿Qué? —preguntó.
—Si, recordé que hoy tengo... tengo que hacer unas cosas y no podré verte. Lo siento...
—Kate tenía razón —me dijo. La miré bien —Estas muy cambiado...
Se fue de allí dejándome bastante confundido. Salí del gimnasio y ya casi todo el mundo se había ido. ¿Cambiado? ¿Yo estoy cambiado? Al parecer si, y esto no puede estar pasando. Fui hasta mi moto y me subí en ella. No quería volver a casa aun. Mejor iré a dar unas vueltas por allí. Cuando la noche llegó, decidí volver. Entré a mi departamento, y escuché un par de risitas graciosas provenientes de mi habitación. Recordé que Diana me había dicho que hoy vendrían a dormir Anne y Ruby. Mi prima salió del cuarto y me miró bien.
—¿Qué haces aquí? —me dijo.
—No quiero preguntas, no estoy de humor Diana —le dije con un tono bastante molesto.

ESTÁS LEYENDO
Peligrosa Obsesión (Adaptada) │ SHIRBERT
FanfictionMis defectos según ella: -Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfómano -dijo todo de corrido y sin respirar. La miré realmente divertido. Yo podré ser todo eso. Pero ella es eso y muchas...