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Último Capítulo

*

Anne se aferra con fuerza a mi brazo y yo me quedo quieto frente a ella para protegerla de lo que sea.

—Solo déjanos ir —le pido con suplica. 

—Yo iba a sacar a tu novia de allí, la iba a dejar ir y me iba a ir con tu madre, como acordamos allá afuera. Pero tenías que arruinarlo todo, una vez más, Gilbert—su rostro se torna serio.

Noto que tiene una venda alrededor de su pierna izquierda. La sangre que vi cuando entré era la suya, alguien le ha disparado.

—Estás enfermo —no puedo evitar decirle con rabia —¿Por qué no te vas de una maldita vez y nos dejas en paz a todos?

—¡Cállate! —me grita y alza su mano apuntándome con un arma.

—No, por favor... —Anne dice asustada a mi espalda.

—¡Todo esto es tu culpa! —sigue gritándome él —¡Desde que apareciste lo arruinaste todo! ¡Todo! Maldito el puto día que naciste Gilbert. 

Me alejo del agarre de Anne y voy hacia él, me detengo justo cuando la punta del arma toca mi pecho.

—Dispárame —lo desafío porque estoy harto de todo —Vamos, te doy el gusto. Hazlo. ¿Es lo que siempre has querido no? 

Sus ojos rojos enfrentan los míos. Su rostro está sucio y con barba, no es el mismo Jeremy pulcro y soberbio al que estoy acostumbrado. Él se ve perdido.

Antes de poder pensarlo, le doy un golpe en la mano y el arma cae a unos metros. Entonces su cuerpo viene sobre el mío, siento su puño contra mi estómago y retrocedo. Me muevo cuando él se aproxima para volver a pegarme y le devuelvo el golpe. Su cuerpo toca el suelo, me coloco sobre él y vuelvo a golpearlo. Pero se defiende, mi mandíbula recibe un fuerte puño de su parte.

Los recuerdos de mi niñez se cuelan en medio de nuestra lucha. De repente me quedo sin aire, me tiendo de espaldas, él se alza sobre mí, triunfante, su puño quema mi rostro. Escucho la voz desesperada de Anne a lo lejos, y de repente Jeremy se detiene. Dejo de sentir su peso sobre mí. Todo da vueltas a mi alrededor, siento el sabor de la sangre dentro de mi boca.

Unas manos suaves tocan mi rostro, logro enfocar mi vista en el rostro de Anne. Me muevo adolorido hasta que logro sentarme, ella me sirve de soporte, entonces veo la escena. Mi madre está parada allí, tiene el arma de Jeremy en su mano y lo apunta con ella.

—¡No te muevas! —le grita ella cuando él da un paso.

—Dame el arma, Marilla...

—No, esto ha ido demasiado lejos—ella llora mientras sus manos temblorosas intentan sostener el arma —Jamás vas a detenerte. Y no voy a dejar que sigas lastimando a mi hijo. 

—Todo lo que hice y hago, es por ti.

—Ibas a matar a nuestro hijo, a tu hijo, ¿no lo ves? Te has convertido en un monstruo, y todo por mi culpa.

—Si tan solo me hubieses amado tanto como yo te amo a ti, Marilla —él suelta un suspiro, por primera vez en la vida lo veo cansado.

Las manos de Anne, acarician mi rostro, pero no logro sacar la vista de ellos dos.

Jeremy se acerca a mi madre, el impulso de ir hacia ella y protegerla me llega, pero no logro moverme. Ella le da el arma, y la apunta hacia su cabeza.

—¡No! —grito al instante.

—Termina con tu obsesión, Jeremy. Estoy cansada de huir de ti.

Él le quita el seguro al arma. En ese momento sé que no puedo hacer nada, cierro los ojos, el rostro de Anne se oculta en mi hombro y me aferro a su brazo que cruza mi pecho.

El sonido del disparo se escucha fuerte y aterrador, me quedo con los ojos cerrados por interminables segundos, temiendo abrirlos.

—Gilbert—murmura Anne en mi oído. Entonces soy valiente y miro.

Mi madre está parada allí, como una estatua mientras que el cuerpo de Jeremy yace inerte frente a sus pies. Comprendo lo que ha sucedido, él ha terminado con toda su locura de la única manera posible, acabando con su propia vida.

Las sirenas policiales se escuchan a lo lejos, logro ponerme de pie con ayuda de Anne y vamos hacia dónde está mi madre. Ella no habla, sus ojos están clavados en Jeremy. Anne la toma de la mano y la obliga a caminar junto a nosotros para salir de allí.

Cuando la policía llega, soy separado de Anne. Ella es atendida por unos paramédicos mientras que a mí una mujer comienza a curarme los cortes que tengo en el rostro.

Todo se ha terminado, pero no estoy seguro de como sentirme al respecto. Miro unos segundos a mi madre que está sentada con una manta sobre sus hombros. Ella parece no poder salir del trance en el que se está sumergida.

Me alejo de la mujer que intenta ponerme un poco más de alcohol, y voy hacia ella. Me inclino para poder mirar sus ojos.

—Se acabó todo —le digo.

—Lo sé —me da una sonrisa forzada —Pero... no debería haber acabado así.

—No es tu culpa, mamá. Él tomó su decisión.

—Espero que algún día puedas perdonarlo, hijo.

Me pongo de pie, beso su cabeza y me alejo para ir en busca de la chica que amo. Me acerco a la ambulancia en donde ella está sentada. Me da una sonrisa cansada.

—Todo parece ir bien, pero debemos ir al hospital —me informa el médico —Les daremos unos minutos a solas.

—Después de todo esto, no me sorprendería que me tiraras ese anillo por la cabeza —le comento intentando parecer despreocupado, pero no lo estoy. Se me ha cruzado por la mente la idea de que todo esto haya sido demasiado para ella, y quiera alejarse.

—No, para nada... —niega con una carcajada —Lo lamento por ti, pero vas a tener que soportarme por muchos años, Gilbert Blythe.

—¿Quieres apostar a que voy a hacerte la mujer más feliz del mundo?

—Tus amigos me contaron que perdiste esa apuesta, porque te enamoraste de mi ¿Qué deseas perder esta vez? —pregunta con burla. 

Quiero entrar en la ambulancia y besarla hasta ahogarnos, pero estoy tan cansado y ella está frágil. 

—Esta vez no voy a perder. Estoy muy seguro de eso...

Ella río y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas que estuvo conteniendo. De pronto también quise llorar y ella lo notó.

 Me abrazo con fuerza y yo escondí mi cabeza en su pecho. 

—Casi muero cuando te alejaron de mi Anne.

La sentí temblar levemente.

—Gracias por salvarme, mi amor —susurró.

Levantó la vista y ella me miró. Levanté mi mano y acaricié su rostro.

—Ya no más obsesión cariño, ya no más —dije y la besé suavemente en los labios sabiendo que ahora todo estaría bien.

Peligrosa Obsesión (Adaptada)  │ SHIRBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora