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*

Me despierto algo sobresaltado, intentando salir de la pesadilla que se mezcla con la realidad. Al instante siento las manos de Anne sobre mi espalda. 

—Tranquilo, estoy aquí —dice su voz cerca de mi oído.

Mi pecho sube y baja agitado mientras la miro a los ojos.

—Soñé que te ibas...

Ella acaricia mi cabello, se inclina y me besa levemente.

—No me iré a ningún lado —me da una suave sonrisa —Sólo fue un mal sueño. Todo está bien mi amor. Vuelve a dormir... ven aquí. 

Asiento y volvemos a acostarnos. Me abrazo a su cuerpo, pero no logro conciliar el sueño de nuevo. Hace una semana que tengo sueños recurrentes en donde Anne desaparece y yo me desespero. 

Ella me tararea algo al oído mientras yo escondo mi cabeza en su cuello, de a poco me comienzo a relajar y logro quedarme dormido. 

**

Me levanto cuando el sol sale. Voy a la cocina y decido preparar el desayuno. Coloco todo en una bandeja y voy hacia la habitación. Anne gira en la cama cuando abro la puerta y me da una sonrisa perezosa al verme con el desayuno.

—Buenos días, preciosa.

—Hola bebé.

Coloco la bandeja sobre la cama y me siento a su lado. Nos besamos y le paso una taza con té. Ella toma una tostada y comemos en silencio. Cuando terminamos deja la taza a un costado y se acerca a mí para sentarse sobre mi regazo.

—¿Dormiste bien? —inquiero acariciando su cadera.

—Muy bien, en cambio tú no, ¿verdad?

—Sí, dormí. Sólo tuve pesadillas —se inclina hacia mi rostro y me besa.

—Necesitamos irnos de vacaciones —sonríe con picardía —Miami podría ser una buena idea.

—Podría ser, me gustaría verte en Bikini. 

Sus mejillas se sonrojaron levemente y luego me da un golpe en el brazo. Se levanta para ducharse mientras yo me preparo para salir.

El timbre del departamento suena, Anne corre a atender. Desde la cocina veo que son tres hombres. Dos vestidos de policía y uno de civil. Al instante me acerco a la puerta.

—¿Qué sucede? —les pregunto poniéndome de forma protectora frente al cuerpo de Anne.

—Señor Blythe, soy el agente Smith, y deberá acompañarnos —me informa el hombre de civil mientras me muestra su placa.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunta Anne angustiada.

—¿Cuáles son los cargos? —quiero saber mientras noto que uno de los policías saca unas esposas.

—Fraude, estafa, lavado de dinero... —enumera el agente.

—No, no, no —Anne niega y me mira con ojos asustados —Debe haber un error, Gilbert...

—Tranquila mi amor —tomo su rostro entre mis manos —Llama a Jerry y dile que necesitamos a Hugo.

—Pero...

—Todo estará bien —le prometo, aunque sé que no debería. Pero a pesar de que la cosa se ve mal, sé quién está detrás de todo.

No me opongo a que el policía me ponga las esposas con las manos en la espalda. Observo el rostro preocupado de Anne. Dejo que ellos me guíen hacia el exterior y me metan dentro del patrullero que espera por nosotros. Siento la furia creciendo en mi interior mientras veo a los vecinos que me miran con desagrado.

Peligrosa Obsesión (Adaptada)  │ SHIRBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora