Extra 1

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*

Gilbert

Sus ojos me miraban llenos de miedo e inseguridad. Y llevaba callada como cinco minutos los cuales a mí me parecían horas. Abría y cerraba la boca sin decir absolutamente nada, mientras yo tomaba sus manos alentándola a que me dijera de una vez por todas lo que la tiene así.

—Mi amor, sea lo que sea... solo dímelo. Me estás asustando —musité una vez que el silencio ya me provocaba incomodidad y desespero. 

Hace aproximadamente media hora Anne llegó a mi departamento, con lágrimas en los ojos y abrazándose a mi pecho como si su vida dependiera de ello. Me asusté tanto que hasta pensé que alguien había muerto o algo por estilo... después de que se calmara y le diera un vaso de agua ella dijo que estaba bien y que necesitaba hablar conmigo. Ahora estábamos en la habitación, ambos sentados a la orilla de la cama.

Ella seguía en silencio, y de vez en cuando me miraba de reojo, entonces lo supe.

— ¿Quieres terminar conmigo verdad?... Sé que últimamente no he estado muy pendiente de ti cariño, el trabajo recién empieza y cada que nos vemos duermo como un oso. Pero solo será por ahora, te prometo que cuando los chicos y yo estabilicemos la empresa, tú serás la dueña de todo mi tiempo, podemos salir, o viajar algún lugar que quieras y...

—Gilbert estoy embarazada.

Y de pronto todo quedo en silencio, me quede de piedra de repente e imágenes de lo que pasó antes de salir de la universidad volvieron. Anne llorando diciendo que no estaba preparada para ser madre, yo temblando como un crío sin saber que decirle.

Pero ahora era diferente, sí que lo era. Yo ya no era ese crío asustado, y ambos teníamos un sueldo con el cual sustentarnos a nosotros y a nuestro bebé... fue entonces que las palabras salieron de mi boca sin previo aviso.

—Cásate conmigo.

Ella me miró como si me hubiera vuelto loco.

—Gilbert, puedes por favor hablar en serio conmigo. Sabes que todo el mundo dirá que nos casamos porque estoy embarazada. Seré como esas chicas desesperadas que...

—Me importa una mierda lo que digan los demás Anne. Yo te amo, y voy a hacerte feliz a ti y a nuestro hijo. Solo tienes que decirme que sí.

Ella me miró con los ojos vidriosos, y luego sus ojos se dirigieron al anillo que aún estaba en su dedo. Nunca se lo ha sacado, y yo soy feliz cada vez que se lo veo ahí. Como un recordatorio de nuestra promesa, nuestro futuro juntos.

—Hicimos una promesa con este anillo ¿no?

Yo solo le sonreí con el corazón casi saliendo de mi pecho.

—¿Eso es un sí? — Pregunté esperanzado.

—Sí, voy a casarme contigo Gilbert Blythe.

Riendo como un niño la agarre entre mis brazos y comencé a besar su rostro lleno de lágrimas. De pronto baje a su estómago, y le hablé al primer ser humano que daría pie a nuestra pequeña familia.

— ¿Oíste eso hijo? Mamá y papá se van a casar.

**

—¿Puedes quedarte quieto maldita sea? —Me dijo Jerry con gracia en su voz.

—No, no puede —Le respondió Moody mientras se arreglaba un poco el cabello frente a mi espejo.

—Se supone que vendrían a verme para tranquilizarme, no para burlarse de mí—Les dije.

—Te ves bien hermano, ahora relájate —Aseguró el pelinegro.

—Si Gilby te ves bien, no más que yo... pero eso es imposible.

—Moody —Le dijo con advertencia Jerry.

Los miré a ambos y comencé a reír como un idiota, mis dos amigos me miraron como si me hubiera vuelto loco. Y de pronto los abrace. Ellos me respondieron inseguros.

—Gracias a los dos. Durante todos estos años han estado para mí, incluso cuando los he tratado como la mierda... son mis hermanos, mi familia—Les dije con nostalgia en la voz.

—Estamos felices por ti Gilbert. Sé que a veces crees que no te mereces a Anne, pero no es así. La mereces, te he visto convertirte en el hombre que la merece. Y hoy por fin te vas a casar con ella. — Me respondió Jerry.

De pronto sentimos unos sollozos.

— ¿Moody estas llorando? — Le dije sin poder creerlo a mi amigo castaño.

— Estoy orgulloso de ti Gilby, y de ti también Jerry, a veces no entiendo mucho lo que hablas pero te quiero.

Jerry y yo nos miramos para luego soltar las carcajadas que solo Moody nos puede sacar.

De pronto tocaron la puerta, al abrir apareció una bella Diana con un vestido rosa pastel que habían acordado con Ruby, para ser las perfectas damas de honor de Anne.

— Gilbert, todo está listo.

El lugar en que Anne y yo nos íbamos a casar era hermoso, ella siempre soñó con una boda en medio de la naturaleza, con árboles y flores... y yo moví cielo, mar y tierra para cumplir con ese sueño. El lugar era hermoso.

De pronto sentí una mano posarse en mi hombro con delicadeza. Al mirar me encontré a mi madre viéndose más elegante de lo que estoy acostumbrado.

— Te ves tan guapo mi pequeño — Me abrazo con cariño y yo contuve las lágrimas que luchaban por salir.

—Gracias por estar aquí mamá. Tengo todo lo que pude pedir en este preciso momento —le aseguré mientras besaba su mejilla.

*

Anne

Si hace un tiempo atrás me hubieran dicho que me casaría con Gilbert Blythe probablemente me habría reído hasta más no poder. Pero en estos momentos mientras camino del brazo de mi padre hacia el altar, me doy cuenta de las vueltas que da la vida.

Todos están aquí, puedo visualizar a compañeras de trabajo que hice en la empresa de mi madre donde ya soy jefa de área. También están amigos de Gilbert y los chicos. Marilla y Jhon están en los primeros asientos, se ve la felicidad en sus rostros. Al otro lado del pasillo está mi madre luciendo siempre como una súper modelo y mostrando más dramatismo del que me gustaría. Moody y Jerry me miran como si su hermana pequeña estuviera dando sus primeros pasos. A cada lado están mis mejores amigas, Ruby y Diana se ven hermosas con sus vestidos a juego y veo en sus ojos lo felices que están por mí. Incluso Mary y su pareja Sebastián están en unos asientos.

Delante de mi va una hermosa Hope con su vestido de princesa, tirando pétalos desde una canastita.

Y al fondo está él.

El amor de mi vida.

El dueño de mi corazón.

Gilbert me mira como si yo fuera la cosa más hermosa que ha visto en su vida y yo me lo creo, porque me hace sentir así. Como si cuando yo entrara en algún lugar no existiera nada más que yo.

A medida que voy avanzando con la ayuda de mi padre, veo que pequeñas lágrimas se han acumulado en los hermosos ojos color avellana de mi futuro esposo. Y lo amo tanto, que estoy feliz de pasar mi vida junto a él.

Cundo finalmente llego a estar frente al hombre que amo, mi padre le da un pequeño abrazo y le dice algo en el oído que no logró escuchar. Gilbert asiente para luego tomar mi mano y besar mi frente con cariño.

—Justo cuando creí que no podías ser más hermosa, te apareces con ese vestido— me susurra bajito.

Yo le sonrío y tomo su mano con fuerza para posicionarnos frente al hombre que nos unirá en matrimonio. De pronto siento una pequeña sensación en el estómago y lo acaricio con mi mano libre.

Si mi amor, mamá y papá se están casando.


Peligrosa Obsesión (Adaptada)  │ SHIRBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora