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*

Me desperté a causa del sonido de unas hoyas. Levanté mi cabeza y miré hacia la cocina. Diana era la que estaba haciendo ese insoportable sonido.

—¿Qué haces? —le dije con la voz somnolienta.

—Busco mis aros —me contestó —¿Los has visto?

—¡Quiero dormir Diana! —la regañé y volví mi cabeza a la almohada.

—Lamento arruinar tu sueño, pero es hora de que te levantes, vamos a llegar tarde a la Universidad —dijo ella. Gruñí por lo bajo y me senté en el sillón, mientras restregaba mis ojos para poder mirar bien, me puse de pie y comencé a caminar hacia el baño —Oye, ¿Qué tienes?

—¿Por qué? —le pregunté deteniendo mi paso.

-— Porque estas así como... renovado, como nuevo. Tienes una mirada distinta y pareces hasta contento —me dijo.

'Anne'

Pensé en ella al instante. Estaba como nuevo por lo que había pasado con Anne. Me sentía extrañamente renovado, como si hubiese dormido unos tres días seguidos.

—Estoy haciendo yoga —le dije a Diana mientras entraba al baño.

—¿En qué momento? —preguntó ella y pasó por mi lado hasta la habitación.

Entré al baño y lavé mi cara y mis dientes. Escuché como tocaban la puerta de baño.

—¿Si? —dije mirando hacia la puerta. Mi prima la abrió y se asomó.

—Me voy primito, Anne ya está abajo por mí —me dijo.

Me paré bien derecho y la miré fijo. Ella estaba abajo...

—Está bien, te veo luego —le dije.

Ella me sonrió y salió de allí dejándome bastante alterado. Anne estaba abajo, en su auto yendo hacia la Universidad. De seguro va a contarle contentísima a Diana lo que pasó esta madrugada.
Sonreí y terminé de arreglarme para salir de casa y subirme a mi linda moto. El día estaba espectacular, un sol radiante y un cielo azul. Me puse mis anteojos y prendí marcha hacia la Universidad.

Llegué mis amigos ya estaban en el lugar de siempre. Me bajé de Betty y miré el auto de Anne. Ellas ya estaban adentro...

—¿Qué tal hermanos? —les pregunté contento mientras me acercaba a ellos y los abrazaba a cada uno por separado.

Jerry se alejó de mí y me miró con desconfianza.

—¿Quién eres? ¿Dónde está Gilbert? —me preguntó mirándome de arriba abajo.

—Soy yo, soy yo ¿Acaso no puedo abrazar a mis hermanos? —les dije.

—No, este no es Gilbert —le dijo Moody a Jerry. Reí divertido.

—Vamos, hay que entrar, se nos hace tarde —dije y comencé a caminar. Detuve mis pasos y me giré a verlos. Sonreí por lo bajo —¿Pueden moverse?

—No, este de verdad no es Gilbert. ¡Tengo miedo Moody! ¡Tal vez una nave espacial rapto al verdadero Gilbert y nos dejó a este que da abrazos y quiere llegar temprano a clases!

Moody me miró fijo analizándome. Hasta que una sonrisa de idea atravesó su rostro.

—Yo sé que es lo que le pasa —dijo el castaño. Jerry lo miró.

—¿Qué le pasa? —le preguntó el pelinegro.

—¿Acaso no te has dado cuenta Jerry? Mira su cara, mira su aura, su rostro, su cara de relajación y renovación. Gilbert tuvo sexo anoche, por eso está así —le dijo él.

Peligrosa Obsesión (Adaptada)  │ SHIRBERTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora