Te Prometo.

Capítulo 45

—Yibo...
—Aqui estoy mi amor, no te preocupes. –Sostiene su mano y lo mira a los ojos con preocupación.–
—¿Donde estamos?.
—Estamos en un hospital, un médico reviso tus heridas y dice que tienes un hombro algo lastimado y tres costillas rotas así que no debes moverte mucho.
—Pero no siento que me duela.
—Eso es por los analgésicos y otros medicamentos para que te recuperes pronto y no te duela.
—¿Cuando me darán de alta? No quiero estar aquí.
—Probablemente mañana mi amor, tranquilízate. Ya hablé con unas personas para que retiren parte de nuestro dinero de las cuentas y solo dejar la cantidad que mencionaste y un poco más.
—No, Yibo tu los escuchaste ellos dijeron...
—Se muy bien lo que dijeron, pero no es justo que hicieran eso, además eran tus ahorros y yo se cuanto trabajaste por ello, ¡no pienso permitir que ningún maldito mal nacido se salga con la suya!, todavía que te golpearon no dudaron en robarte todo tu dinero, y yo no voy a dejar que se lleven todo nuestro dinero así como asi, cuando fue a nosotros quien nos costó.
—Mi amor cálmate.
—¡No, no me voy a calmar! Si tan solo nos hubieran quitado el dinero talvez no estaría tan enojado, ¡pero te hicieron daño, te lastimaron y yo no puedo permitir que se salgan con la suya!, además había cámaras de seguridad y saben quienes son por que no es la primera vez que lo hacen. Zhan esos tipos irán a la cárcel, yo no voy a permitir que vuelvan a lastimarte jamás ni que se hayan burlado de nosotros, si tan solo me lo hubieran hecho a mi créeme que no me habría importado, pero se trata de tí, de la persona que más quiero y más amo y no  volveré a permitir que te hagan daño. –Llora de rabia e impotencia por saber que no pudo hacer nada para defenderlo e impedir que lo golpearan , Zhan lo abraza y acaricia su cabello para calmarlo.– Lo siento Zhan, no pude hacer nada para que no te golpearan, ni siquiera tenía idea de lo que estabas pasando, perdóname.
—No mi amor no es tu culpa, yo no quería que te hicieran daño a ti e intente escapar por eso me golpearon, pero no es tu culpa mi cielo.
—Aun así, ya hablé con el banco y hice que transfieran parte de mis estados de cuenta a otro lado y me congelaron la tarjeta que tenía más dinero, así sólo podrán obtener una pequeña parte de mis cuentas en comparación con lo que tengo pero aun faltan las tuyas.
—Dejalo así.
—¿Como que déjalo así? Zhan no...
—El dinero está repartido en las tarjetas que les di, si les quito dinero pensarán que mentí y vendrán por nosotros, así que es mejor así. Además tienen las joyas que acababa de comprar así que estarán tranquilos si ya no movemos más.
—¡Pero Zhan era todo tu dinero y esas joyas acababan de salir de ahí, tu las fuiste a comprar!.
—Si pero ya no importa, lo único importante es que estamos vivos y que tu estas bien, lo demás no importa, ya recupérate ese dinero algún dia así tenga que trabajar todos los días del año de sol a sol.
—No digas eso, yo voy a ayudarte.
—No es necesario mi amor, lo hice para salvarte y no me arrepiento.
—Pero Zhan...
—No te preocupes, –Acaricia su mejilla y le muestra una pequeña sonrisa.– es más tengo algo para ti. –Toma una pequeña caja de color rojo que está sobre una mesita de al lado.– Toma es para ti mi amor.
—¿Pa-para mi? ¿De donde sacaste esto?.
—Solo ábrelo. – Yibo toma la pequeña caja y la abre, dentro hay una delgada cadena de oro con un dije de un corazón. –¿Te gusta?.
—¿Por que me das esto y de donde lo sacaste? ¿Como es qué...?.
—Lo escondí. –Sonrie.– Dime ¿Te gusta?.
—Si me gusta, gracias Zhan.
—No es nada. –Sonrie.– Aunque es una lástima que no haya podido conservar también los regalos que eran para nuestros padres.
—(¿como puede seguir sonriendo después de lo que pasó?).
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Al día siguiente.

—Vamos sientate y descansa mi amor, voy por un vaso de agua para que te tomes tu medicamento. – Va a la cocina, sirve un vaso con agua y regresa a la sala donde está Zhan. –Toma.
—Didi vayamos a dar un paseo, el día esta nublado y...
—Y nada, el doctor dijo que debías reposar y descansar para que puedan sanar pronto tus costillas Zhan, tu lo escuchaste, además está haciendo mucho frío allá afuera y el doctor dijo que no debías moverte demasiado y aunque lo niegues yo se que te duelen las costillas y mucho.
—Pero no quiero estar aquí encerrado sin moverme, quiero ir a comprar algo de comer y dar un paseo.
—Nada de paseos y si quieres algo de comer puedo ir yo a comprarlo por tí así que no tienes ninguna excusa para salir.
—Entonces... hagamos cositas.
—No.
—¿No?.
—No.
—¿Porqué no?.
—Por que no, tu escuchaste al doctor "nada de movimientos bruscos ni mover o cargar cosas pesadas".
—Aiya... No voy a hacer nada de eso, a menos que mi didi sea brusco conmigo y me quiera dar como si no hubiera un fin.
—No lo haré de ningún modo hasta que te recuperes y no puedes tentarme.
—¿Estas seguro? Sabes que tengo algunos métodos para enloquecer a alguien en la cama.
—¡Ni se te ocurra Zhan!, Sabes muy bien que no puedes y podrías lastimarte más.
—Esta bien, está bien. Me quedare aquí acostado y aburrido sólo para que mis costillas mejoren pronto y pueda hacer lo que me plazca sin remordimientos.
—Bien.
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