3. Beso En La Mejilla

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—Souta x Akari...

—Y entonces Haruki dejó caer la malteada encima del guión de Yuu.— relataba Souta con una sonrisa. La mitad de su mente estaba centrada en recordar aquel desastroso incidente y la otra mitad disfrutaba el hecho de tomar la mano de la preciosa chica que lo escuchaba con atención.

—Oh vaya, Serizawa es más torpe de lo que parece.— reía Akari igualmente emocionada por sus manos juntas.

—Sí, pero aun así no logra ganarme.—asintió el muchacho.— Como sea, se pone peor.

—¿En serio?

—Sí. Mi queridísimo amigo pensó que sería una genial idea esconder el guión mojado con los guiones de las chicas de segundo año.

—Oh dios mío...  ¿Y Setoguchi lo dejó vivir?

—Tuvo suerte, pero tuvo que reescribirlos todos y cada uno sin ningún error.

—¿Sabes? Eso me recuerda a algo que pasó con Sena el otro día...—cuando ambos sabían que estaban cerca al hogar de la familia Hayasaka sus pasos comenzaban a ser más cortos y más lentos. Luego de un par de citas ya se habían memorizado el camino, sobretodo el de ida y vuelta a la pastelería. Akari movía suavemente su pulgar contra la mano de Souta como un pequeño gesto de cariño guardado para el final.

—Akari... realmente me divertí mucho contigo hoy.— dijo Mochizuki con ese modo formal que usaba cuando se esforzaba en ser completamente honesto. Esas palaras que hacían que Akari se derritiera en su sitio.

—Yo también la pasé muy bien, muchas gracias por todo.

—Y... y...— en un momento fugaz de valentía, Souta apretó un poco más su agarre y se inclinó con el fin de dejar un beso en la mejilla de Akari. Fue fugaz porque apenas duró un par de segundos, pero eso fue suficiente para que el frío de la noche no hiciera efecto en los rostros de ambos. Un, dos, tres, cuatro segundos pasaron en un avergonzado silencio hasta que el chico finalmente reaccionó—¡Muchasgraciasatíportodocreoqueyaeshoradeirmeadiós!

Antes de poder recibir una respuesta, salió corriendo en la dirección opuesta a la casa de la chica. Y ahí había quedado ella, con su mano sintiéndose algo fría y su pecho sintiéndose bastante cálido.

¿Por qué tenía unas repentinas ganas de chillar abrazando un peluche?

31 Besos [Honeyworks]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora