⛓️CAPÍTULO 4 ⛓️

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Solo una mirada bastaría para reconocerlo.

Y...

Solo una mirada es suficiente para hacerte sentir intimidado.”



— Lucien, vamos a llevarlas a la mansión —sugiere el otro chico, a quien logro encontrarle un cierto parecido con Lucien —

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— Lucien, vamos a llevarlas a la mansión —sugiere el otro chico, a quien logro encontrarle un cierto parecido con Lucien —. Es obvio que están asustadas y  exhaustas.

Ambos se parecen, aunque para ser honestos, tampoco es mucho. El chico tiene el cabello castaño, y sus ojos son de un azúl bastante extraordinario. Sus facciones son un poco similares, pero no es mucho el parecido.

— Jade — me llama Lía.

Yo en mi lugar estoy tratando de procesar palabra por palabra. Letra por letra. Todo es demasiado confuso ahora.

— Es su decisión si se quedan allí postradas en la arena o si se van contigo. 

El tipo llamado "Lucien" y a quien desde el mismo minuto en el que ha hablado he anotado en mi lista de: personas desagradables, nos da la espalda y comienza a acercarse a la camioneta de la que parece haber bajado, trepa sobre ésta y luego se va de allí.

— ¿Vendrán conmigo? — pregunta Ethan.

« Lucien lo ha llamado: Ethan. Así que supongo que ese es su nombre. »

El pelinegro es Lucien, y el castaño es Ethan.

¿Quiénes son?

No tengo ni una puta idea.

«Bien, Jade. Vamos procesando. »

— Jade — Lía vuelve a llamarme.

Salgo de mis pensamientos revueltos y confusos, y finalmente hablo.

— No. Gracias — me levanto del suelo con las piernas aún temblándome. Me afirmo sobre mis pies y aclaro mi garganta para sonar más segura —. Estamos bien. Iremos caminando — Respondo a la pregunta de Ethan.

No puedo darme el lujo de confiar en un desconocido, y menos aún sabiendo que al parecer las personas se pueden volver locas de repente dentro de éste lugar.

— ¿Estás segura? — Él no luce convencido — Sé que están asustadas, pero yo no les voy a hacer daño —  Asegura con suavidad.

Ethan parece mucho más agradable que Lucien. Su expresión es más dulce y amable. Pero aún así, no me fío de su amabilidad.

Justo ahora no confío en nadie. Ni siquiera en mi propia cordura.

— No. Gracias —  digo firme.

— Jade.

— ¿Qué, Lía? — Es la tercera vez que me llama, por lo que alzo mi voz un poco. Pero me doy cuenta de que cometo un error cuando la miro —. Lo siento.

LUCIEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora