⛓️CAPÍTULO 8⛓️

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"La obsesión y el deseo desesperado por conseguir aquello que más deseamos a veces van de la mano."



—Volvemos al mismo tema. Es tu elección - Lucien me mira con firmeza desde su escritorio en la habitación -. Tu decides si deseas tomar la oportunidad, o si la desechas.

- Dices "desechar" como si se tratara de algo muy malo, como si al declinar la oportunidad, quien perderá algo a cambio seré yo - me quejo desde mi posición en la cama.

Dos días han pasado, la doctora Sophie me ha visitado várias veces para ayudarme y me ha extendido el tiempo de descanso para poder mejorar, pero eso significa la pérdida frecuente de clases y automáticamente la pérdida del semestre completo.

En cualquier otra situación, a nadie le habría importado, pero en mi caso es totalmente diferente.

Soy una persona un poquito terca en ocasiones, y tener a Lucien observándome cómo si fuera una tonta que no puede con "algo tan simple" me hace sentir como que si mi condición actual le fastidiara. No le conviene, y menos mientras me tenga encerrada en su habitación.

Llegué a la deducción de qué su principal objetivo es mantenerme encerrada aquí, porque no le favorece el hecho de tenerme allí afuera atrasando a los demás, o dando problemas.

Sí, justo ahora siento que el problema soy yo.

- Si tu decisión es perder el semestre por tu condición, está bien. No es mi problema. Yo simplemente firmaré para dar el permiso si lo aceptas o no.

«Idiota odioso.»

Otra cosa. No lo soporto. Su actitud malhumorada parece haber empeorado el día que se quedó dormido en la cama y despertó en la noche.

En éstos dos día que pasaron me he estado debatiendo el hecho de que me atrae, pero su actitud me hace alejar cada vez más ese pensamiento. En ciertos instantes solo quiero tenerlo cerca, pero en otros solo quiero salir corriendo lejos, o tratarlo de la misma manera gruñona.

- Bien. Lo importante aquí no soy yo.

Al decir eso, él me mira rápidamente.

- ¿He dicho algo malo? - pregunto al verlo de manera desafiante. Nunca fuí alguien de carácter sumiso, y él si que sabe desafiar mis límites - Lo que más importa aquí es lo que a ti te conviene, ¿No? - menciono con molestia guardada dentro de mí - Y como estoy recibiendo tu caritativa "ayuda", lo mejor es que tome la oportunidad, de lo contrario ambos estaríamos perdiendo. ¿Cierto?

- Jade, yo no...

- No hace falta que digas absolutamente nada. Acepto, ya está listo. Tomé la decisión.

- No es necesario que tomes una decisión de esa manera.

- Oh, claro que sí. Al menos así podré hacer algo para evitar que me sigas viendo como un fastidio que lo único que está haciendo ahora es estorbar y dar problemas metiéndome en asuntos que "no me incumben" según tú.

A éste punto todavía él no ha querido contarme nada. Y al parecer ha comenzado a molestarle un poco más mi insistencia al preguntar.

- Jade...

- Espera, aún no termino de hablar. No seas maleducado - le intervengo. Respiro con dificultad y dolor, pero no voy quedarme callada -. ¿Sabes? La verdad me parece curioso - Lo miro con molestia. Estoy molesta -. Yo no debería estar aquí arriba. Puedes pedir que me lleven a mi habitación, así te ahorras el fastidio de tenerme aquí contigo, preguntando cosas qué en realidad ¡Sí me incumben! - elevo un poco mi voz, pero tengo que calmarme ya que el latigazo de dolor que se genera en mis costillas es intenso.

LUCIEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora