— Dios — digo algo exaltada y rápidamente llevo una de mis manos para sostener el ruedo de la camisa que llevo puesta al recordar que no tengo absolutamente nada de ropa interior debajo—. Pensé que ya habías dejado la mala costumbre de asustarme.— Lo siento. Pensé que te habías dado cuenta de mi presencia.
— Pues, no fue así — respondo nerviosa.
«¡¿Por qué no se quedó abajo?! ¡Ah! ¡Voy a gritar de frustración y vergüenza!»
Que alguien me saque de aquí rápido, por favor.
«Dios. ¿Quién me manda a mi a inventar cosas como éstas? Solo a mi se me ocurre.»
— ¿Qué haces aquí? — pregunto rápidamente al ver cómo comienza a avanzar en mi dirección con tranquilidad.
— Ésta es mi habitación. Creo qué, en tal caso, esa pregunta debería hacertela yo a ti,¿no crees?
Tiene razón.
«Jade, deja de cagarla. Solo vete.»
— Admito que estás en lo correcto. Vine aquí, porque estaba verificando algo.
— ¿Verificando el qué? — Alza un ceja al preguntar mientras se sigue acercando a paso lento.
Yo en mi lugar doy diminutos pasos hacia atrás.
— Algo.
— Bien — se cruza de brazos y lo medita un poco—. Supongamos que si has verificado ese "algo" — dice y yo asiento. Luego me señala —. Entonces... ¿Cuál es la razón por la que llevas puesta una de mis camisas?
— Porque me dí una ducha. Me gusta el baño de ésta habitación — respondo rápidamente y también lo señalo —. Y ya no me hagas más preguntas. Se supone que estoy molesta contigo.
— ¿Estás molesta por mi forma de actuar allí abajo? — cuestiona con con seriedad, pero evitando ser frío.
— Has sido un idiota... Otra vez.
Lo veo sonreír de medio lado, y por alguna razón esa sonrisa en vez de caerme mal, me hace sentir nerviosa. Hay algo en el ambiente que me está haciendo sentir mucho calor y no sé qué es.
No sé si es él, que se ve tan jodidamente bien como todo el tiempo. Con ese traje negro que se ajusta perfectamente a su cuerpo trabajado. Los guantes de cuero con ese diseño que tanto parece gustarle a él, y ese nuevo corte de cabello que lo hace lucir como un chico malo.
«Oh, dios. ¿Es eso?»
Lucien siempre se ha visto como el estereotipo justo y perfecto del tipo malo ante el cual cualquier chica caería rendida sin importar nada.
El tipo de hombre qué, si se lo propusiera, podría romper el corazón entregado de cualquier chica inocente que se enamore perdidamente de él.
El tipo de hombre al que podría imaginarme follándome una y otra vez sin tregua alguna, como si no fuera suficiente.
«¡Jade! ¡Suelta esos pensamientos!»
Niego para mis adentros y me enfoco viendo al frente.
— Eh, eh — lo señalo nuevamente —. ¿A dónde vas?
— Solo a ver qué es ésto — dice llegando a su escritorio y toca la caja donde se encuentra el pastel.
Ya para ese instante yo me alejé de allí quizás unos dos metros.
— Ah.
— ¿Sabes? Honestamente pienso que tienes razón. Fui un idiota... Otra vez — dice al comenzar abrir con cuidado la caja—. Pero ésta vez tuve una fuerte razón para actuar de la manera en la que lo hice.
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LUCIEN ✓
Roman d'amourJade es una estudiante de arte y diseño en LUCIEN; la mejor universidad de todo Eosen. Un lugar prestigiado y conocido por muchos. Pero lo que nadie sabe de dicho lugar, es el terrible secreto que se esconde allí dentro de sus extensos alrededores...