⛓️CAPÍTULO 26⛓️

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A las 6:30 pm del día siguiente ya me encuentro totalmente preparada para pasar la noche buena.

Un pantalón negro, botas de tacón bajo a juego y un delicado suéter bien abrigado de color blanco es lo que me viste justo ahora. Mi maquillaje es muy ligero y mi cabello y perfume están tal como siempre.

Lo último que me coloco es el brazalete que Lucien me ha regalado.

— Ese ser si que tiene un muy buen ojo para las joyas — dice Rachel perfectamente arreglada acostada en mi cama. Hace rato que ella y su familia han llegado —. Primero fué la cadena. Que  debe costar alrededor de 180 mil dólares. Y ese brazalete en tu cumpleaños el cual está valuado cerca de los 80 mil dólares. Todo porque son trabajos excepcionales y únicos. Todo está minuciosamente hecho — habla como toda una experta—. Es demasiado cuidadoso con los detalles. Seguramente yo consigo un novio y no me regala ni una piedra —se queja—. No es que yo sea interesada. Pero es que me he dado cuenta de que todos los chicos con los que he salido son más tacaños que mi tío Robert.

—¿Tu tío Robert no se murió?

— Exactamente. Solo, malhumorado y tacaño. Una desgracia de verdad — dice asintiendo enérgicamente.

— Ya ni muerta respetas a la gente — comento.

— ¿Pero qué quieres que haga? Solo digo la verdad — se defiende.

— ¡Jade, Rachel!

Nos llaman, así que decidimos bajar.

Todo está perfectamente preparado.

Al bajar nos encontramos con mi papá limpiando unos vasos de whisky en el bar y frente a él está el señor Tommas Robinson y el señor Henry Lee, el padre de Rachel. A mis hermanas y a mamá las veo conversando con la Señora Helen Robinson y Dania, la madre de Rachel.

Rachel y yo llegamos abajo.

— Díganme que llaman porque me van dar tequila — dice Rachel con una sonrisa en su rostro.

— ¿Acaso tú trajiste tequila? — le pregunta Dania con una ceja alzada.

— Ay, mamá. Obviamente sí — Rachel habla con obviedad —. Está en el auto. Traje tres botellas. Dije que hoy iba a embriagarme porque me lo merezco.

— Qué jóven más loca. Los jóvenes de hoy en día son un caso — le comenta Dania a mi mamá.

La madre de Rachel es una mujer muy relajada y carismática. Ambas son pelirrojas e igual de ocurrentes y graciosas.

Por otro lado yo desvío la conversación y le dirijo la palabra a la señora Helen.

— ¿Éste año no vendrá Grace? 

Grace es la única hija de los Robinson.

— No — El señor Tommas es quien responde riendo al acercarse—. Esa muchacha se ha vuelto loca. Dijo que estaría trabajando hasta tarde en su restaurante. Probablemente nos visite luego de las navidades.

— Oh, Grace ya es una persona bastante ocupada — comenta mamá—. Le dedica demasiado tiempo a ese trabajo. Debería volver a casa más a menudo o enfermará si sigue saturándose con el trabajo.

— Es terca, pero estoy segura de que bajará un poco el ritmo si hablan con ella. No tiene porqué llevar tanta prisa.

— Jade tiene razón — responde Tommas —. Oh, Jade  — me ve —. ¿Y si hablas con ella? A pesar de que ella es mayor, siempre escuchó tus consejos.

— Es verdad — opina Rachel—. Es que siempre ha sido así. Jade siempre parece mayor. Y es buena dando consejos.

— Bueno... Pero no creo que pueda hablar con ella en persona.

LUCIEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora