Piloto

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Para todos los que no pudieron tener ese amor adolescente.

Para los que perdieron su juventud.

Y por quienes la vivieron escondidos.

27 de noviembre de 2020,

「Aidenツ」


—Mark, por favor, tienes que ir a la escuela. Has faltado toda la semana.

—No quiero ir.

—Sí sé que no quieres... hay días en los que yo no quiero ir al trabajo, te entiendo. A veces me gustaría estar trabajando en el hospital como antes, pero las cosas no hay que hacerlas porque uno quiera, sino porque uno debe hacerlo. Por favor, hijo —Mark pensó unos segundos,no iba a decirle por qué no quería ir a la escuela, así que prefirió asentir. No lograba nada peleando con su madre. Se levantó a ponerse su ropa y salió rumbo a la escuela junto a ella.

En el camino se encontró con uno de sus compañeros, pero no se esperaba reaccionar de la forma que lo hizo.

Todo pasó muy rápido: su respiración se aceleró de la misma forma que lo hizo su pulso, sus pies se quedaron pegados al piso y por reflejo se agachó y tapó su rostro.

«—Gordo de mierda —le dijo con desprecio a Mark—. ¿No estará en bancarrota tu familia con todo lo que comes? —estallaron en carcajadas—. Nos servirías de portero, Lee —Lee, Mark Lee era el que se encontraba en ese momento tirado en el suelo, recibiendo golpes e insultos por parte de sus compañeros.

—Aparte parece maricón —volvieron a reír.

—Ya, paremos, que vendrán los maestros... y tú —señaló a Mark—. Recuerda, nadie se puede enterar de esto, o terminarás peor —Mark asintió y recogió sus cosas para luego levantarse.»

—¿Hijo qué pasa? —le preguntó asustada su madre.

—N-no sé —respondió agitado. Su pequeño cuerpo se movía en un vaivén de adelante hacia atrás sin parar. No logró aguantar más la hiperventilación y perdió la consciencia.

Se despertó en una clínica, sin entender mucho lo que pasaba. Y los siguientes días siguió igual de confundido entre psicólogos, psiquiatras y médicos.

Lo poco que lograba escuchar de las conversaciones que tenían sus padres con los médicos, le daba una pequeña idea de qué estaba pasando.

El ánimo de sus padres no le daba muchas esperanzas y le hacía ver que las cosas no iban bien.

—Su hijo tiene agorafobia. Me contó que lo molestaban en la escuela —la psicóloga siguió hablando, pero la señora Lee ya no estaba escuchando.

«—¿Qué es esto? —le preguntó a Mark, al ver una marca morada en una de sus muñecas.

—Choqué con un compañero, en la fila del almuerzo —respondió y se fue a su habitación.»

—Es un trastorno de la ansiedad que suele aparecer después de uno o más ataques de pánico, hay una necesidad de evitar las situaciones que pueden causar sensación de pánico, encierro, impotencia o vergüenza. Si bien el tratamiento puede ayudar, esta enfermedad no tiene cura —«no tiene cura».

El mundo de los padres del pequeño se caía a pedazos, pasaba el tiempo y no encontraban la forma de que hubiera algún avance.

El hecho de que a Mark, le molestara hablar sobre él y que cada vez que le hacían preguntas, supiera la respuesta y no la dijera, no ayudaba.

「✁」FobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora