Pesadillas

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—Tu madre dice que te puedes quedar hasta que terminen los exámenes.

—Gracias hyung.

—No es nada, fue bastante fácil convencerla.

—¿Sí?

—Sí. Donghyuck, ya es tarde. Deberías arreglarte para dormir, mañana tienes clases.

—Sí... hyung, lo que pasó mientras veíamos series... —Mark lo recordó, e intentó evitar sonreír.

Sería algo... raro.

—Olvídalo... estabas cansado —Donghyuck asintió y fue al baño a arreglarse. Mientras tanto, Mark ordenó el espacio en el que iba a dormir el menor.

—Duerme bien, donsaeng.

—Buenas noches hyung.

[...]

Pulso acelerado, temperatura elevada, ansiedad. Nerviosismo, miedo, inquietud.

Un poco más rápido y... llegó, alcanzó a llegar a la hora al instituto.

—Joder... —suspiró y siguió caminando hasta su aula. Se ubicó en su asiento y acomodó sus cosas.

—Pensé que no alcanzarías a llegar.

—Te equivocaste —sonrió—. Dormí bien anoche.

—¿Sí? ¿Y eso? ¿Tus padres andaban amables?

—No dormí en mi casa —Renjun iba a agregar algo pero la voz de la maestra lo calló.

Silencio —ambos jóvenes suspiraron y empezaron a tomar apuntes.

El día transcurrió con normalidad y se repetían los hábitos de siempre.

—No entiendo cuál es la necesidad de hacer eso frente a nosotros —se quejaba Donghyuck. Jaemin y Jeno se encontraban juntos, como de costumbre—. Si van a estar con sus cosas, que se lo guarden para ellos —hizo una mueca de asco y fue a buscar su almuerzo.

Renjun sólo escuchaba sin emitir ningún comentario, no servía de nada reprocharle, era igual a hablar con una pared.

—Y... ¿cómo te fue en química?

—Me saqué un 9 —resopló.

—¿¡Un nueve!? —preguntó sorprendido—. ¿Por qué lo dices de esa forma? La mitad de la clase reprobó.

—Es que a mi madre no le agrada que saque debajo de diez.

—Tu madre ¿qué? Y una mierda, te sacaste un 9, ¡y con el profesor Oh! No entiendo cómo estudias —Donghyuck sonrió un momento y luego ambos se concentraron en comer.⁶

Quizás un nueve no era tan mala nota.

—Hasta mañana —se despidió de sus amigos y salió con rapidez del instituto hacia su casa. O mejor dicho, la de Mark. No pensaba pasar por el caos que había en la suya.

—Buenas tardes —saludó a la madre del mayor.

—Buenas tardes... Mark está durmiendo —Donghyuck asintió y subió escaleras arriba. Esa frase una persona cualquiera la hubiera captado como señal de ser silencioso y andar con cuidado cerca de Mark, pero la señora no le había avisado eso con esas intenciones. Y Donghyuck lo sabía.

Mark no tomaba siestas, se le hacía muy complicado dormir de día, y verlo durmiendo a plena tarde ya era una señal de que algo andaba mal.

Haberlo conocido por ya un tiempo considerable le permitía saber a Donghyuck qué estaba pasando.

Entró a la habitación del mayor y con cautela ordenó sus cosas. Sacó sus libros y se puso a estudiar en su escritorio.

Estaba ensimismado leyendo y pegó un salto al escuchar el abrupto despertar de su amigo, su respiración resonaba fuertemente en la habitación y se escuchaba como se iba acelerando cada vez más. Cerró su libro sin pensarlo y caminó apresurado a su lado, este escenario ya se había repetido varias veces.

—Estoy aquí —le dijo mientras le abrazaba. El contacto físico a él le desagradaba, pero a Mark era lo único que lo calmaba en esos momentos, así que se tragaba todo su disgusto para confortar al mayor—. Estoy aquí hyung, estoy aquí.⁷

—Mierda —sollozó. Apretó aún más el abrazo y escondió su rostro en el cuerpo del contrario. 

Si no lo habían matado en su sueño, era muy probable que moriría ahogado ahí mismo, o eso pensaba.

—Está bien, está bien —sobó su espalda. 

—Mierda, mierda, mierda —susurró a medida que se iba controlando.  

El sentir el cuerpo y los brazos del menor, siempre conseguía traerlo de vuelta.

Sacarlo de su inconsciente, sacarlo de su mundo abstracto y traerlo a la realidad.

Hacerle razonar que era un simple sueño, que no iba a pasar nada, que todo estaba bien.

—Ya está... ya pasó hyung, ya pasó —Mark asintió y suavizó el agarre. 

—Estaban ahí y yo... y yo...⁸

—Tranquilo...

—Puedes... puedes dejar de abrazarme, entiendo que...

—Gracias —separó el contacto—. Estabas sudando.

—Fu-fue una... una pesadilla... —se resfregó los ojos y suspiró—. M-me voy a duchar...

—Deje la puerta sin seguro —Mark asintió y salió de la habitación.

Donghyuck acomodó la cama y fue a bajar las cortinas, ya era de noche.

Prendió la lámpara que estaba al lado de la cama, dejando la habitación iluminada con una suave luz cálida y fue al escritorio a prender la lámpara led, que emanaba luz fría para que pudiera estudiar bien.

Se estiró y se sentó a seguir estudiando, le esperaban muchos exámenes por delante.

Después de un tiempo escuchó como Mark entraba a la habitación, para luego sentir su presencia a su lado.

Se giró a verlo, tenía puesto sus pantalones de pijama y una camiseta holgada, su cabello que aún seguía húmedo, lo frotaba con una toalla que luego dejó colgando de su hombro para poder sacar sus libros. Abrió el primero de ellos y se puso a leer.

A Donghyuck le sorprendía la capacidad que tenía el mayor para separarse del mundo mientras leía. Su rostro se mantenía con una expresión seria, pero no molesta. El único gesto que hacía era mover ligeramente su cabeza a medida que iba avanzando.

Su mirada se mantuvo fija en el rostro del contrario, su piel blanca y suave siempre se ganaba su atención. Bajó su mirada a su mandíbula que con el tiempo se iba acentuando y su manzana de adán que últimamente había ganado forma.

¿Estaba viendo lo concentrado que estaba o su físico?

Mark cerró el libro y él volvió a la realidad, se giró a ver lo que estaba estudiando y leyó lo único que había escrito.

"El emperador Taejo de la dinastía Goryeo, unificó Corea en"

Ni siquiera había puesto el año; se abofeteó mentalmente y volvió a sus asuntos.

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「Minjunツ」

「✁」FobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora