Amistad

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—Mark, Donghyuck está abajo, ¿le digo que suba?

—Eh... ¿sí? ¿Se le quedó algo?

—Preguntó por ti.

—Vale... sí, dile que suba —su madre salió de su habitación y él la acomodó lo más rápido que pudo. ¿Por qué preguntaba por él?

—¿Se puede? —preguntó Donghyuck en la entrada de su habitación. Mark asintió, el menor entró y se sentó en su cama.

—¿Por qué viniste? —su voz sonaba firme, pero su mente no lo estaba.

La primera y última vez que hablaron, no fue una mala experiencia, pero tampoco se esperaba su presencia tan pronto.

Una cantidad gigante de posibilidades pasaban frente a sus ojos, la mayoría eran escenarios en los que él terminaba mal.

Le daba miedo que sucedieran.

—Pensaba que le iba a ver en la escuela, pero no ha ido, ¿por qué? —Mark tragó duro y separó su mirada.

La respuesta, por más comprensible que fuera, a él le parecía ridículo.

Donghyuck lo miraba atento, esperando que hablara.

—Por nada... —suspiró. De verdad deseaba que el menor pasara eso por alto, que evadiera el tema, de la misma forma que él evade su realidad.

—Tienes los libros —dijo mientras miraba su estantería—. He visto que vienen los profesores a tu casa, ¿por qué no vas a la escuela?

—Yo... no es nada... —tenía una pequeña posibilidad de entablar una amistad con este chico y no pensaba arruinarla de esa forma.

—Hyung... algo tiene que ser —Donghyuck dejó su mirada encima suya—. No lo voy a juzgar —le sonrió.

—¿Por qué te preocupas por mí? —por más que la actitud pareciera linda, incluso tierna, no podía dejar de sospechar de sus intenciones.

—¿Por qué no?

—Porque no me conoces —tampoco estaba tan necesitado de amistades, como para abrirse por completo y que después él fuera con sus amigos, a hablar y burlarse de él.

—Hyung... no lo conoceré bien, pero sé de su existencia. Y lo poco que me ha hablado me ha agradado... no lo voy a juzgar... quiero saber si puedo ayudar.

—No te preocupes, ya bastante tienes con tu vida.

—No supondrá una carga, se lo aseguro.

—¿Estás seguro? —Donghyuck asintió—. Vale... —Mark respiró profundo. Quizás podía confiar en él, aunque sea un poco—. Me da miedo salir, la gente me causa ataques de pánico —el menor quedó en silencio, no se esperaba esa respuesta. El silencio sonaba cada vez más y Mark sintió la necesidad de romperlo—. Es ridículo, lo sé.

—N-no hyung, no lo es, no piense eso —ahora era Mark quien no se esperaba la respuesta del contrario. Siempre se había encontrado con rechazo en su entorno y de repente había alguien que le aceptaba sin siquiera cuestionar. ¿Cuáles eran sus intenciones?—. ¿Puedo saber qué ocurrió? Digo, debe haber alguna razón para eso.

—Es complicado... —esta parte si que no pensaba compartirla.

—Si no quiere decírmelo está bien.

—Gracias —le sonrió, aliviado—. Vas un curso abajo ¿cierto? Si necesitas ayuda con tus estudios, estoy yo.

—Gracias hyung.

Frecuentar la casa del mayor de a poco fue convirtiéndose en una costumbre entre ambos, la música ya los unía de una forma sostenible, pero la química que había entre ellos no la habían experimentado nunca.

「✁」FobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora