Narra Jimin
Los chicos nos habían preparado una bienvenida, no tenía idea de cómo se habían enterado de que llegaríamos hoy a casa de vuelta, sin embargo amo este tipo de detalles, me hacen sentir muy bien, y se que a Jungkook también, aunque al principio se veía gruñón ante la sorpresa, y el miedo de que aturdieran a mi pequeño conejito. (Decidí decirle así, aún no tenemos un nombre para el, pero se me hace demasiado tierno) Sin embargo al final, siempre cede ante las locuras y ocurrencias de los chicos.
Los chicos se habían pasado horas y horas, discutiendo de cómo sería el nombre perfecto que debíamos ponerle a nuestro bebé, y Jin acompañado de Tae, eran los de las opciones más graciosas.
YG: Jin, en serio, ni se te ocurra llamar así a tu hijo
HS: Sufrira bullying seguro.
JN: Nam, tu que opinas?
Ante la pregunta Nam se había casi atorado con la pequeña porción de comida que se había llevado a la boca, lo cual nos hizo reír a carcajadas.
Tomaban refrescos, eran aperitivos livianos los que habían pedido, especial para mi según ellos, sin embargo deseaba tanto una jugosa hamburguesa.
Volteo a ver a Jungkook, que se encontraba riéndose de los chicos, su sonrisa era simplemente única, reflejaba tanta paz, tanta felicidad, y eso era lo único que podía demostrarme lo cómodo que el se sentía con cada uno de nosotros, mi hermoso y temido mafioso, era tan feliz.
Las horas habían pasado volando, y entre risas, anécdotas y chistes la noche repentinamente llegó, envolviendonos con su silencio. Los chicos se habían ido, y en la casa solo quedábamos Jungkook y yo, además de MinJoon y sus hombres, y obviamente las personas que trabajan aquí, es obvio.
Jungkook se levanta en dirección a MinJoon, mientras yo sigo deleitandome con el hermoso y dulce rostro de mi conejito.
Narra Jungkook
Todo estaba tan tranquilo, disfrutamos tanto cada momento, estábamos realmente bien, sin embargo esa pequeña espina en mi pecho, me recordaba que algo estaba mal, había aún algo que no me dejaba disfrutar de todo lo que vivía. Y mientras ese algo no desaparezca, esa espina seguirá ahí.
Busco a MinJoon, que se encontraba fuera de la casa, en el patio, tal vez fumando un poco, me acerco a su costado, mientras observamos la oscura noche.
- Tienen alguna noticia de Seung?
- Para tu suerte hemos logrado localizarlo, efectivamente estuvo en el hospital el otro día Jungkook.
- Ese maldito no me dejará en paz.
-Y tu sabes que hasta que no te destruya por completo, no lo hará.
- Necesito encontrarlo y acabar con el, antes de que el haga lo mismo conmigo o peor, con mi familia.
- Sabes que estamos a tus completas órdenes, trataremos de rastrear cada paso que de, para dar con el. Obviamente no será fácil, y el esta seguro de que tu lo buscaras.
- Eso lo tengo por seguro, esperará por ese momento, el maldito es listo, pero yo lo soy el doble. Quiero que comiencen a buscarlo, y en el momento en que lo tenga enfrente, gozaré matándolo.
- Le dirás a Jimin de esto?
- Debo hacerlo, la últimas veces que no le he dicho nada, ha sido peor, aprendí mi lección.
- Me parece lo correcto, sin embargo no te limites a hacer lo que sea necesario Jungkook, es por el bien de todos.
- Eso lo tengo por seguro MinJoon, y te juro que no descansaré hasta acabar con él.
Narra Jimin.
Salgo al patio a buscar a Jungkook, y veo como está con MinJoon, tal vez hablando de negocios, o algo así. Sin embargo, mi cuerpo está cansado y no podré dormir sin el a mi lado.
Jungkook se da cuenta de mi presencia y se dirige hacia mi, me toma de la cintura y deposita un suave y delicado beso en mis labios, uno muy gustoso.
- Tengo sueño Kookie, estoy cansado... (Un puchero en mis labios, y con ojitos bonitos, tengo a Jungkook embobado)
- Mmmm, mi hermoso esposo ya quiere dormir? Pues vayamos a la cama entonces.
Subimos las escaleras a la habitación, con nuestro pequeño conejito en brazos, entramos en ella y mientras Jungkook se sienta en la cama, yo hago que cargue a conejito en sus brazos, el cual me mira con unos ojitos que reflejan unos nervios increíbles, tiene miedo de cargar a nuestro bebé.
- Ji- Jiminie... yo... tengo miedo de cargarlo, es- es pequeñito y no quiero hacerle daño
Es la escena más tierna sin duda alguna.
- Jungkookie, solo debes sujetarlo bien aquí (tomo una de sus manos) Con la otra mano sujeta su cabecita, y lo mantienes así, ves? Es fácil mi amor.
Con una sonrisa observo la perfecta imagen de Jungkook, cargando por primera vez a nuestro bebé, es todo lo que puedo desear en la vida.
- Es- es muy chiquito, y muy bonito... como tú Jiminie... (Arruga la nariz, mientras muestra esos dientes de conejito, tan adorable)
Mientras el quedaba con nuestro bebé, me había metido a la ducha, me tomé mi tiempo para disfrutar del agua cayendo sobre mi cuerpo, cubría mis heridas para que el agua no llegara a ellas, sin embargo, sentí que este simple acto de ducharme en mi propia casa, era un momento que tanto había extrañado.
Salgo de la ducha, encontrándome a Jungkook y a conejito en la misma posición en la que los había dejado, lo que me hace sacar una pequeña sonrisa.
Jungkook, también se había duchado, y luego de acostarnos en la cama, por fin juntos, y a un lado la pequeña cuna de nuestro bebé, era la sensación que anhelaba sentir.
Jungkook y yo estamos frente a frente, puedo observar detenidamente su hermoso rostro, con uno de mis dedos voy delineando cada centímetro de su rostro, pasando por sus mejillas, su nariz, sus labios, su mandíbula, todo en el es tan perfecto.
- Jiminie... Se que he fallado en no decirte nada las últimas veces...
- Si Kookie, pero sabes que eso ya no importa, ya quedo atrás.
- Es por eso que prefiero decirte las cosas como son.
- Paso algo? (El corazón sin darme cuenta, se acelera)
- Seung... Seung, está cerca, el no se ha ido...
Y así damos fin a este pequeño maratón, en recompensa por no haber actualizado en días :'v Saben que l@s amo💜 Espero estén satisfechos con estos capítulos precios@s... Sin más que decir, me despido👋😍 Hasta el proooximo capítulo.
I💜YOU
ESTÁS LEYENDO
Eres de mi Propiedad... Park Jimin [Segunda Temporada]
FanficDesde el comienzo, no todo fue color de rosa... y esta vez, nada iba a ser la excepción...