atrevida proposición

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_ veras, como los cuatro dragones son considerados como dioses los tratan con muchísimo respeto, son las personas con más poder después de Yona y Hak claro -sonrió al ver la atenta mirada de la peli celeste- por lo tanto sus esposas como prometidas son tratadas con respeto.

Kaori se sonrrojo ligeramente pero apeno un poco la mirada- pero...yo no soy su prometida verdaderamente.

_ por el momento lo eres -le sonrió- y por lo consiguiente eres la Señora de este Palacio también.

Kaori se mantuvo en silencio, mirando con una penosa sonrisa a la peli rosa.

El día transcurrió entre risas, mientras que el rumor de que Jae-Ha tenía prometida había circulado ya por todo el Palacio causando descontento en las chicas que trabajan en el Castillo puesto que algunas se habían interesado en el peli verde.

Interesadas en ver que aspecto tenía dicha prometida se acercaron a los jardines del Castillo; aceptando la derrota al ver lo hermosa que era, sin mencionar el particular rasgo de la joven.

No cabía duda, Aquella joven mitad elfo había causado sensación, en los pasillos del Castillo no se hablaba otra cosa que no sea acerca de ella.

Un rubio caminaba por lo jardines intentado ver a la mujer que amaba hasta que la vio, tan bella como la conoció. Zeno sonrió antes de correr al divisar a su esposa- ¡Megu! ¡ Zeno está de regreso! -gritó animado.

Megu giro al ver a su esposo, sonrió a Kaori mientras se ponía de pie para retirarse junto con él a su hogar, la joven la vio irse con una sonrisa hasta que sintió una mano sobre su cabeza, haciendo que se gire y al hacerlo se topó con los ojos morados de él. Estaba muy cerca a su rostro.

_ ¿Que tal? ¿Cómo pasaste el día? -Jae-Ha preguntó amablemente aún con su mano sobre su cabeza, Kaori se sonrojó notoriamente, estaba muy cerca de ella...

El muchacho se percató del efecto que tenía en ella, sonrió internamente, le encantaba tener ese tipo de reacción en las mujeres- ¿Te gustaría dar un paseo por el pueblo conmigo? - ofreció con una voz seductora, provocando que la cara de la chica enrojeciera aún más.

Kaori parecía cereza madura, su proposición la había tomado por sorpresa- N-No sería buena idea...no puedo ocultar mis orejas más...-tartamudea al verlo tan cerca.

_ ¿Y?, eso resalta tu belleza -tomó galante una de sus manos depositando un beso sobre el dorso de sus manos- Vamos... no olvides que estamos "comprometidos" hay que guardar las apariencias - trataba de convencerla, aunque eso no era necesario, ella iba a acceder, sólo que estaba tan avergonzada y nerviosa que no pudo contestar a la proposición.

_ e-esta bien... me gustaría... salir... contigo - finalmente respondió bajando la mirada y llevando su mano a su barbilla apenada.

_ Muy bien... andando - tomó la mano de la peliazul y ella sentía que sus mejillas no podían estar más encendidas.

_ Bien -le sonrió igual, siguiendolo fuera del Castillo.

La pareja caminaba por la ciudad de Kuuto, aún tomados de las manos, Kaori continuaba sonrojada, mientras que Jae-ha disfrutaba de verla continuamente provocando que la muchacha desvíe la mirada avergonzada.

No cambia duda que la joven era el centro de atención, no paraban de verla de manera descarada, ocasionando la vergüenza de esta.

Mientras que El dragón verde con una sonrisa socarrona miraba a los alrededores, encontrándose en su camino un puesto de dangos- Vamos allá - habló repentinamente jalando a la peli celeste. Kaori puso una expresión de sorpresa pero caminó en la dirección en la que era conducida.

_ Una orden por favor linda - pidió el peli verde a la encargada galantemente aún que la mujer ya era de una edad avanzada.

Mientras el peliverde pedía los dulces Kaori veía con curiosidad el lugar, la cuidad del palacio era hermosa y muy interesante, su expresión maravillada encantó más al dragón verde.

_ Aquí tienes - le interrumpió de su exploración visual.

_ Muchas gracias - agradeció saliendo de su contemplación.

Jae-ha guió a la joven a sentarse en una mesa con dos sillas, quedando de frente a él.

_ Creo que soy el centro de atención -susurró apenada.

_ Que no te afecte Kaori- sonrió galante- Ahora eres mi prometida.

_ pero...Jae-Ha...yo -callo al momento de ver como el le colocaba un dedo sobre sus labios en señal de que no dijera nada.

Ese espectáculo llamó la atención de diversos espectadores que curiosos miraban la escena romántica ante sus ojos. Aquel dragón que se la pasaba divirtiéndose con mujeres, saliendo a altas horas de la noche sólo para ir a esas zonas "Rojas" ahora comprometido.

Jae-Ha le retira el dedo de la boca con una sonrisa- Kaori...linda ¿me dejas cortejarte?

_ ¿Qué...? -abrió los ojos grande.

_ dame la oportunidad -toma la mano con una sonrisa- ¿me dejas?.

_ ¿Qué...? Yo...es decir...Nosotros - la pobre no sabía ni como contestar.

_ dime la verdad...¿te gusto aunque sea un poco?... -le sonrió acercándose un poco más, intermedio de la mesa causando nervios en la joven- ¿me dejas? -insistió.

_ si...-sonrió amablemente, sintiendo como su corazón latía a mil por hora.

Sin imaginar que un terrible conflicto se desata en el Palacio de Kai.

_ ¡ese maldito dragón verde! -furioso el Príncipe caminaba como León enjaulado.

_ Tranquilo hijo -calmó el Rey- ella regresará a ti como debió ser -miró a un hombre que estaba arrodillado ante ambos- quiero información concreta de ella.

_ Si señor...

_ ¡Quiero la cabeza de ese dragón! -alzó la voz el Príncipe.

_ No te precipites hijo, Kouka es un Reino de armas tomar, tenemos que tener cautela, pero no te preocupes que tu humillación no quedará impune.

Continuará.

Bajo Un Mismo Desperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora