Bajo Un Mismo Desperfecto

sueños resquebrajados

La sala se había quedado en un profundo silencio, Yona miraba preocupada a su amigo ya que sólo ella junto con Megu "sabían" del gran amor que sentía esa joven por el antiguo pirata, es más sabían del gran secreto de Kaori: aquel hermoso vestido que la joven lo compró con tanta ilusión, no cabía duda que deseaba casarse con Jae-Ha.

_ Jae-Ha...-intentó decir Ki-Ja pero el peli verde no lo dejó continuar.

_ es lo mejor para ella -se dio vuelta para mirar a sus amigos con una afligida sonrisa.

Hak se mantuvo en silencio, observando como sonreía de esa manera- ojos caídos...¿estas seguro?.

_ ¿Hum? -Cambió su sonrisa a una alegre- por supuesto, además es lo mejor para ella que estar atada a un compromiso falso.

_ Jea-Ha...-susurró Yona mirando la sonrisa del mayor, sintió como le removió su cabello con sus manos.

_ Yona, querida...todo esta bien. -aseguró antes de retirarse dejando a los restantes en un profundo silencio.

_ Zeno puede estar loco pero...creo que la señorita Kaori ha logrado enamorarlo -susurró Zeno.

Yona lo observó irse en un penoso silencio hasta que de su boca salió un bajo susurro- ¿que será de Jae-Ha ahora que Kaori no esta?.

Estaba segura que no era la única que lo había notado, él sonreía más cuando estaba ella, se divertía más...tal vez en un principio no fue sólo para ayudar a la joven, si no que su instinto le pedía estar cerca de ella, protegerla.

_ No lo sé...-susurró Hak abrazando los hombros de su esposa- sólo sé que sin ella, Jae-Ha empezará a perder la cabeza lentamente...-deslizó dejando más preocupados a los demás que seguían mirando por donde se había ido el peli verde.

Mientras tanto Alan caminaba hacia donde estaba su caballo con la Joven en brazos que aun no podía creer lo ocurrido.

_ Jae-Ha...-susurró su nombre- ¿por que...?

_ tranquila Kaori, ahora te dolerá pero con el tiempo veras que es lo mejor -consolo el Príncipe ante los ojos tristes de aquella hermosa joven- créeme que es la primera vez que muestra algo de cordura ese pirata -soltó con odio disfrazado con seriedad.

_ pero...yo lo amo...quiero quedarme con él...-suplicó la joven en voz baja.

_ ahora estas herida -explicó, subiendo de un ágil movimiento al cabello teniendo cuidado de no lastimar a la joven que llevaba en brazos- ese sujeto no esta capacitado para cuidarte como es debido...por el momento te llevaré a Kai, tienes que estar calmada, no puedes moverte como es debido ¿lo recuerdas?- miró como ella se reprimia en llorar por lo que continuó- puedes llorar si así lo deseas...no diré nada.

_ ¿Eh?...-miró al joven que empezó a galopar su caballo con destino al Imperio Kai.

_ tengo entendido que no te gusta mostrar tus debilidades... desde que te vi pude ver que eres especial a las demás...puedes llorar en paz conmigo Kaori -le soltó mirando apasionado a la joven.

_ Alan...

_ escucha yo...-habló algo cohibido- soy consiente de que puedo parecer intimidante, no me sé expresar apropiadamente, no lo puedo evitar así me criaron...puedo llegar a ser frío y tosco, debo serlo para poder gobernar el Imperio Kai pero tú despiertas en mi algo diferente...sacas mi lado más salvaje y sensible a la vez...todo este tiempo que sólo me dedicaba a cuidarte de lejos, amarte en silencio me sirvió para darme cuenta que lo que siento por ti no es un simple capricho -soltó de golpe- es amor de verdad...sólo respiro cuando te veo, así de intenso es lo que siento por ti...lo único que necesito es que me des una oportunidad.

_ Alan...No...-susurró en bajo.

_ por favor Kaori...sólo una -le pidió directo a los ojos de una incómoda peli celeste.

Nadie mencionó nada más en lo que restaba de el viaje, es más por el cansancio la joven se había quedado dormida apoyada en el fuerte pecho de aquel orgulloso guerrero que estaba dispuesto a hacer lo que sea por ella.

Y así pasaron los días, el corazón del antiguo pirata se sumió en una profunda tristeza, más intentaba no demostrarlo ante nadie, salía por las noches hacia aquellos lugares eróticos, trantando de anestesiar su adolorido corazón en brazos de otras mujeres, se repetía una y otra vez que los sentimientos que guardaba hacia la peli celeste se irían con el tiempo aunque él más que nadie sabía que eso sería imposible, borrar el sabor de sus labios era prácticamente algo que no podría hacer. Odiaba admitirlo pero aquella inocente joven había dejado huella en él.

Un día estaba por ir al entrenamiento diario de los dragones pero su corazón dio un vuelco a ver uno de los soldados del Imperio Kai hablando con Hak quien él mismo le entregaba unas ¿flores?. El soldado se inclinó ante él en señal de respeto antes de irse, cuando Hak se dio vuelta para irse se encontró con el peli verde parado mirando por donde se habían ido los soldados, fue ahí que se dio cuenta que él aun la amaba.

_ ¿la extrañas? -le habló ante la mirada seria del peli verde.

_ No... -soltó con una sonrisa- sólo me dio curiosidad.

Hak soltó un pesado suspiro- Vinieron por las cosas de Kaori.

Se tenso en su mismo sitio, sintiendo como con tan sólo mencionar su nombre su corazón se estremecia dolorosamente.

_ ¿qué fue...lo que se llevaron?

El pelinegro Alzó los hombros con desinterés - sólo flores.

_ ¿Nada más? -alzó una de sus cejas confuso.

_ ella sólo pidió eso ya que eran un regalo tuyo -comentó antes de retirarse.

Jae-Ha apretó los labios en una fina línea, podía detectar las palabras de Kaori en lo que dijo Hak. Mal dijo su actuar frente al peli negro, no deseaba que nadie más sepa su dolor.

Retomó su camino hacia dichos entrenamientos hasta que se topó con la que era la habitación de ella, se detuvo en la entrada de esta sintiendo como si en cualquier momento ella saldría de ahí con su habitual sonrisa.

Grande fue su sorpresa al ver como la puerta se abría saliendo de ahí una sirvienta, era Sofía.

_ Oh, que bueno que lo veo Señor Jae-Ha -saludó con un respetuoso inclinamiento- estaba por ir a buscarlo.

_ ¿A mi? -se señaló ingenuo.

_ si -sonrió amable- la reina Yona nos pidió que empaquemos las cosas de la Señorita en caso de que vengan a buscarlo, además de mantener limpio la habitación. Pero me encontré con un pequeño problema -sonrió nerviosa.

_ ¿Cuál? -se interesó entrando a la habitación en silencio, no había entrado en ella desde aquella última vez que la escuchó cantar, aunque la habitación estaba casi vacía por las cosas empaquetadas todo estaba como lo recordaba, más su atención se fijó en un hermoso vestido blanco que había sobre la cama- ¿Qué es esto?.

_ ese es el problema Señor -aseguró la sirvienta- es un vestido de Novia que compró la Señorita hace un tiempo.

_ ¿Qué...dijiste?

Continuará...