último recurso

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Mientras que Jea-Ha seguía con su huida con la joven en brazos se detiene el la fronteras del Imperio y Kouka para esperar a Zeno que ya los esperaba. No necesito la violencia pues su cuando Intentaron cortar su brazo, este volvió a regenerarse, y aterrados huyeron.

_ Zeno -sonrió Kaori al ver al rubio- ¿estas bien? - deslizó preocupada.

sonrió del mismo modo en saludo- es un gusto tenerla con nosotros de nuevo señorita, y no se preocupe por Zeno, Zeno esta bien - sonrió animado al momento de empezar el camino.

_ ¿a donde vamos Jae-Ha? -preguntó risueña ya que el peli verde no la había soltado en todo el trayecto.

_ a donde perteneces, al Castillo Hiryuu -respondió sin más.

_ ¿¡Qué!?, pero ahí será el primer lugar donde nos buscarán.

_ No me importa -clavó sus ojos morados en ella.

La peliceslte no pudo evitar preocuparse pero se sentía feliz a su lado. Cuando llegaron al Palacio, Megu quién buscaba a Zeno con Kaya en brazos no pudo evitar sorprenderse al ver a aquella chica de nuevo.

_ ¡Kaori! -sonrió alegre la peli Rosa.

_ ¡Megu! -sonrió igual- ya puedes bajarme Jae-Ha, deseo abrazar a Megu.

_ lo harás después -sonrió galante ante la mirada confundida de la más joven- tenemos cosas más importantes que hacer -sonrió al Memento de alejarse de ahí.- Si buscas a Zeno, se adelanto a su hogar - dijo mientras se alejaba con una muy sonrrojada muchacha.

_ ¿¡Qué cosas importantes!? ¡Jae-Ha! -al ver Qué no recibía respuesta se intimidó más- ¡Megu! - la llamó en un intento de auxilio.

La peli rosa sólo pudo soltar una risilla divertida ante aquella escena, por fin Jae-Ha volvía a ser él. Megu decidió seguir su camino hacia su hogar donde le esperaba Zeno.

Cuando llegaron a la alcoba del mayor recosto a la joven en su cama para después acostarse a su lado colocando medio cuerpo sobre ella.

_ J-Jae-Ha -susurró apenada, sintiendo como el corazón se le saldría del pecho ante la penetrante mirada del peli verde, una mirada llena de deseo como si fuese un depredador que había encontrado a su presa. Lentamente se acercó a su cuello y respiró en él.

_ Kaori...-deslizó sus manos hacia su cintura- No sabes como necesitaba oler tu aroma de nuevo...-se relajó sobre ella, al saberla con él de nuevo.

Kaori se quedó callada ante aquella declaración.

_ te extrañe tanto...-continuo con voz suave- me has echo tanta falta...tenía miedo de aceptar que te amaba y eso casi me costó perderte...tu amor me hizo darme cuenta de muchas cosas -elevó su rostro para mirar los ojos llorosos de aquella joven- Perdóname por ser débil aquel momento por favor.

_ Yo también te extrañe -elevó sus manos a su cuello con una sonrisa- cada día pensaba en ti, sabía que vendrías por mi.

Jae-Ha soltó una débil risita, observandola de reojo- me duele verte con ese vestido...aunque te queda hermoso no se parece en nada al que elegiste tu.

Kaori se sobresalto en su mismo sitio- ¿s-supiste sobre el vestido? -apenada desvío su mirada.

_ si...-acarició su mejilla para que lo vea a los ojos- cada día que no estuviste te imaginé en él...

La joven conmovida tiró de él para besarlo suavemente, dejándose llevar por el deseo que suprimieron al estar separados. Dando inicio a una noche llena de pasión.

Y así en esa habitación permanecieron abrazados el uno contra el otro. Hasta que la peli celeste se recosto sobre su pecho y jugando con los cabellos verdes sueltos de él soltó una risita divertida.

_ ¿de que te ríes? -indago mirandola de reojo.

_ nada...sólo que ahora me siento como una mujer que se escapó con su amante -sonrió divertida.

_ ¿Qué? Tú y yo no somos amantes, sólo somos el uno para el otro Kaori -afirmó.

_ pero yo...soy la prometida de otro hombre...

_ No me importa...me enfrentare a cualquier cosa por ti -su mirada seria daba a entender que estaba decidido a seguir los deseos de su corazón.

_ pero...

_ Shh...-colocó un dedo sobre sus labios con una sonrisa- lo único que necesito saber es que me amas como yo a ti.

_ Jae-Ha...-suspiro su nombre.

_ te lo advierto Kaori, no me dentendre hasta que seas mi esposa -declaró a la joven que empezaba a dormirse por las suaves caricias que le daba a sus largos cabellos celestes.

Horas después se dispusieron a levantarse para salir un rato y aunque Jae-Ha la ayudaba tomando su mano, pues aún no podía caminar bien, aunque verla de nuevo de pie le hizo feliz, disfrutar de su compañía era lo que tanto anhelaba. Hasta que Ki-Ja apreció y parecía algo preocupado.

_ La princesa y Hak desan verlos -susurró algo apenado, evitando mirar a los dos.

Jae-Ha apretó la mano de una temerosa Kaori al momento de irse hacia donde estaban los Reyes de Kouka. Al entrar a la sala de reuniones vieron que Yona y Hak no estaban solos si no que Satum y Alan estaban ahí también.

_ esta vez fuiste demasiado lejos Jae-Ha -habló Hak con seriedad ante la angustiosa mirada de Yona muy pocas veces lo llamaba por su nombre, lo que daba a entender que estaba verdaderamente enojado- tienes que devolver a Kaori con su prometido ahora.

_ No -demandó serio.

_ eso no lo decides tu -deslizó con burla Satum.

Yona fruncio el ceño, incómoda por la situación.

_ Eres uno de los principales guardias de la reina de kouka ¿y así te atreves a desquebrantar la ley? -río por lo bajo el gobernante de Kai ante las miradas serias de los reyes de Kouka- si tu decidiste romper el compromiso asume tus actos con hombría, no puedes llevarte a la prometida oficial de otro hombre -sentenció para clavar su mirada en la peli celeste- ella nos pertenece

_ ella no es un objeto...-furioso avanzó hacia él.

_ Alan Llevatela y vámonos de aquí -ordenó su padre.

_ si -se acercó a la joven para tomarla en brazos.

_ ¡Kaori!

Yona se acercó con cautela para tomar su mano con seriedad- tranquilo...no empeores más las cosas.

_ de modo que este fue tu plan ¿no? -apretó sus colmillos con fuerza- por eso no nos seguiste desde un inicio.

_ Tal vez -deslizó con burla, ya que había funcionado. Sabía que su mejor arma era ir contra los soberanos de Kuoka y exigir lo que le correspondía a su hijo por ley. Así evitaba una guerra.

_ te lo dije -habló Alan una vez sostuvo en brazos a la joven- ella es mi prometida ahora, perdiste tu oportunidad ahora es mi turno y en lugar de dejarla vivir una vida en paz rompes las leyes con tal de tenerla... -se dio media vuelta para irse más la voz del antiguo pirata lo detuvo.

_ No puedes llevartela, ella fue mía -deslizó con picardía dejando en un profundo silencio la sala.

_ ¿Qué...dijiste? -habló apenas con fina voz el Príncipe.

_ lo que escuchaste, ella fue mi mujer.

Alan volteó a verlo con una clara expresión de furia hacia el peli verde que no se inmutaba ante él.

_ dime...¿qué harás si después de esta noche ella lleva un hijo mío en su vientre?.

Bajo Un Mismo Desperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora