XXV

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Siento besos por toda mi espalda desnuda, y sonrío por inercia al saber de quien se trata, despertándome del ensoñecimiento. Me giro lentamente, quedando entre los brazos de Riccardo- Bonita, debemos levantarnos, tengo partido hoy.

Debo verme como una loca al no responderle, pero entre que estoy medio dormida y lo cómoda que es su cama y su presencia no puedo salir de este trance. En cambio, estiro mis brazos llevándolos a su espalda y tiro de su cuerpo para que quede encima del mío.

Su buen olor corporal llega a mi y me relaja al instante- Solo, déjame que disfrute un poco más.

-Bebé consentida- Musita soltando algunas carcajadas.

-Consentida mucho, pero el bebé de esta relación siempre serás tu- Le recuerdo, brindándole caricias por toda su espalda. Y me quedo completamente helada después de pronunciar la palabra "relación".

-¿Relación? -Inquiere buscando mi mirada.

Ruedo los ojos algo nerviosa- No, ósea, ya me has entendido.

Después de eso nos levantamos, aún que intento por muchos métodos que deje quedarnos en la cama por lo que queda de día. Nos vestimos y desayunamos en un ambiente demasiado idílico para mi, casi irreal y me asusta. Me asusta mucho, porqué estoy cogiendo hábitos que hacia con Utopia, y solo me uso junto a su amigo.

Nos despedimos en la puerta de su casa- Buena suerte bonito.

-Gracias preciosa.

[...]

Carlos me persigue por todo el jardín trasero de su casa mientras ambos bailamos por todas partes. Finalmente me atrapa levantándom por el cielo y diciendo cosas que no puedo llegar a entender ya que mis gritos opacan todas sus palabras.

-¡Carina! -Aparece la madre de mi mejor amigo con mi teléfono en la mano- Creo que deberías contestar, te han estado llamando bastantes veces y parece importante.

La miro frunciendo el ceño y cojo la llamada de Michael bajo la atenta mirada de Carlos- ¿Carina eres tu? -Inquiere una voz que no reconozco como la de mi amigo.

-Si, esa soy yo- Contesto no muy segura- ¿Quién es usted?

-Soy Mark Evans el entrenador del Raimon- Se explica a si mismo y contesto con un "ajá"- me temo que Riccardo está siendo operado y ha pedido explícitamente que vengas al hospital, no quiere hablar con ninguno de nosotros.

El corazón se me para por un instante, pero recuerdo que aún que quiero ir no debo hacerlo- Lo siento señor, pero debe haber sido un error solo le conozco de las pocas tutorías que le he dado. Debería llamar a sus padres o si tiene a su pareja.

Antes de que pueda acabar me corta- No hay error, ha repetido tu nombre como un menda, y no ha querido entrar en la sala de operaciones hasta que Michael le ha prometido que te llamaría. Sus padres están de viaje de negocios.

Me quedo unos instantes callada- Pero señor, es que no le conozco- Le repito, mintiendo lo mejor que puedo- ¿No puede ir una de vuestras gerentes?

-Niña es tu decisión venir o no, pero el te quiere aquí, más que a cualquiera de nosotros. Algo debiste hacer bien en esas tutorías.

-Si, ser la puta ama- Se escucha a Arion de fondo, siendo regañado por otra voz al no dejar que escuchen la conversación que su entrenador mantiene con migo.

- Señor no sé si realmente seria muy adecuado- Murmuro una última vez.

-Solo piénsatelo niña, pero ahora eres la única que puede entrar en su habitación y saber realmente como está. Los doctores no hablan con gente ajena a la familia y el te ha elegido a ti como representante de la suya mientras sus padres no están.

Tras eso cuelga el teléfono.

[...]

Michael🖤: Mira nena se que no tienes ganas de venir a cuidar de un niño que no conoces

Michael🖤: Yo tampoco entiendo que le pasa a Riccardo

Michael🖤: Pero al menos hazlo por mi, necesito saber como está mi capitán

Yo: te odio

Yo: :)

[...]

Entro por la puerta de emergencias acompañada de Carlos y de mi cara de asco, muy bien actuada. Todas las miradas caen en mi y en mi supuesto estado de animo de mierda- Michael- le llamo, haciendo que este se levante de la silla donde estaba- Después de eso me debes una cita- Declaro.

Este suelta una sonora carcajada- Claro preciosa las que quieras.

-Quiero ir al cine- Continuo explicando- Luego a comer pizza y al final a ese local raro cerca de tu casa a comer chocolate.

-Bien- Acepta encogiéndosela de hombros- Dia de relax- Asiento con la cabeza, viendo a las gerentes algo molestas- Es la habitación 23A.

Asiento con la cabeza, y el hombre que identifico como el entrenador me habla- Gracias por venir, se que es una situación extraña.

Me encojo e hombros- No importa, le estoy haciendo un favor a Michael, los amigos están para eso, vuelvo en unos segundos- Les indico a todos y me encamino por el pasillo del hospital bajo la atenta mirada de todos, y a mi derecha diviso la habitación 23A.

El corazón me va a mil y temo que lo que vea al otro lado vaya a romperme en pedazos.

SMS [Riccardo Di Rigo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora