04. Secretos

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Nos encontrábamos en el exterior, recorriendo el instituto antes de que comenzara la sesión de la tarde. Yeonjun seguía esperando mi respuesta, mirándome inquisitivamente. Por mi parte, no comprendía nada. Su actitud hacia Kim me parecía demasiado extraña. Finalmente encontramos un lugar tranquilo, sin estudiantes y nos sentamos.

-Kim es un amigo de mi abuelo, si es que le puedo decir así a la relación entre un estudiante y un señor de la tercera edad. La verdad es que no sé cómo o por qué se conocen. De hecho, en las veces anteriores que vine de visita no recuerdo que el abuelo lo haya mencionado. Si me pongo a pensar en eso, no podría resultar más extraño -negué con la cabeza- Pero en resumen, es un fastidio con patas. ¿Por qué?

-Entonces no eres su amiga ni nada parecido -suspiró- Qué bien que... -dejó la frase a medias y me miró con el ceño fruncido- ¿No tienes acento?

-Oh... -emití una risita nerviosa- Eso era lo que te iba a contar. Soy de Seoul, pero se supone que mantendré ese hecho en secreto. Corrijo, mantendremos -lo señalé con mi índice- Nadie puede enterarse de esto.

-De acuerdo -asintió, poco convencido- Pero no entiendo por qué lo ocultas... Da igual. Tu acento de provincia es bastante creíble. Podrás terminar el año sin problemas -el silencio que quedó al finalizar nuestra plática no duró mucho. Cerca de donde nos encontrábamos había una conmoción. Al parecer, había aparecido algo que llamaba mucho la atención. Todos estaban señalándolo reunidos a su alrededor, pero de un momento a otro se hizo una separación en el círculo formado y algo pasó apresuradamente por el pasto hasta llegar a mí y saltar. Era un conejo. Específicamente, era Jungkook. ¿Qué demonios estaba haciendo en el instituto si sabía que el reglamento prohibía las mascotas? El grupo de estudiantes dudó en acercarse a seguir viendo al roedor peludo o marcharse. Lentamente fueron optando todos por la segunda opción.

-¿Qué haces aquí? -repliqué. Kook se dedicó a mover la nariz y sus largos bigotes me hicieron cosquillas al rozar con mi antebrazo. Aún así, no reí. En ningún momento me detuve a pensar en lo extraña que se veía la escena hasta que escuché a Yeonjun.

-¿Sueles hablar con tu mascota en público de ese modo? -no sé veía incómodo por la situación, así que yo tampoco lo estaba- Van a pensar que estás loca. ¿No crees que es demasiado rápido para manchar tu imagen de ese modo?

-Solo estás tú aquí, lo que significa que si alguien lo descubre es porque se lo contaste -me encogí de hombros- Además, no pareces sorprendido.

-No lo estoy. Pero... -se acercó más. Kook me miró, miró a Yeonjun y posteriormente saltó sobre sus brazos- Eso pensé -sonrió. Lo miré sin comprender- Supongo que ya sabes lo que es este conejo, ¿cierto? Es un híbrido.

-¿Cómo lo...?

-Las leyendas sobre híbridos y las historias sobre su avistamento son bastante comunes por aquí -sonrió- Pero principalmente lo sé porque también soy un conejo -hizo una pausa esperando mi reacción, pero curiosamente no estaba sorprendida. La idea de tener dos amigos híbridos se me hacía extraña, sin embargo, no me causaba exaltación- No pareces sorprendida.

-Es que no lo estoy -confesé- Sí te hubiese conocido primero quizás sería diferente pero vivir la misma situación dos veces no es tan emocionante.

-Quisiera mostrarte mi otra forma, pero estamos en el instituto y eso sería peligroso -explicó. Quería decirle que eso no era necesario, pero se notaba feliz de tener a alguien que conociera su secreto así que me callé- Entonces, Kook -se dirigió al conejo- Espero que seamos buenos amigos -se escucharon pasos acercándose a mis espaldas y Jungkook regresó a mis brazos.

-Mira, Alicia y el Sombrerero Loco -señaló uno de los recién llegados con una risita.

-Lo de Alicia lo entiendo, es la dueña del conejo. Pero ¿por qué el otro es el Sombrerero Loco? -su acompañante se giró hacia él.

SPRING BEAR [K.T.H] [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora